Varios: 1ª y 2ª Muestras de Música Joven de Alcobendas

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Dicen los organizadores de la muestra de música joven de Alcobendas que ellos no están por la competitividad, que ellos no son amigos de la palabra concurso ni de destacar a uno u otro “ganador”.

Lo cierto es que estos dos CD’s presentan a aquellos considerados más aptos (no se me ocurre otra palabra que se concilie mejor con el espíritu anticompetitivo que dice poseer esta muestra) para ocupar las pistas ópticas.

Los dos volúmenes reúnen en su interior lo más granado de las dos ediciones, hasta ahora, de la muestra: nueve bandas (cuatro en el primer CD y cinco en el segundo) con diversos estilos y que por un motivo u otro llamaron la atención de los seleccionadores.

Abre el primer disco los cuatro temas de los catalanes FLY PUCK, con la personal voz de la encantadora Mayka erigiendo robustos pasajes sonoros. Destaca el tercer tema , “”Yourself”, una arrastrada, demoledora máquina de ritmo contenido que justifica por sí sola la presencia de estos muchachotes en la muestra.

CINENARY combinan sabiamente las voces desgarradas estilo nuevo metal de los noventa ( ya sabéis: Fear Factory, Machine Head, y toda la basca) con guitarras que recuerdan a un Tommy Iommi de bajada de anfetas. “Buttercup” y “Swing” condimentan un sabroso caldo de hard rock litronero y barriobajero muy saludable entre tanto grupo políticamente correcto. Quizá constituyan la alternativa más sabia a los grupos de heavy taleguero tan en boga en estos tiempos (mejor no decir nombres), aunque hay que advertir que en algún tema, como en “Solo”, se les va un poco la olla llegando a recordar a unos Dinosaur Jr. con sobredosis de burro de palo.

VIOLENCIA SENIL, son otra cosa, éstos van de rollete hiphopero cañí , temas cortos, directos y peleones, influidos quizá por gente como Def Con Dos y Sindicato del Crimen, aunque sin llegar al despliegue ultra guitarrero de éstos, su historia va más por el lado negroide del rap metal. En “Piel Sobre pellejo” exponen sus nada peregrinas opiniones sobre el negocio de la peletería, ya sabes, aquello de: ¿tu madre lleva un abrigo de pieles? A la mía la mataron para quitársela. No se cortan un pelo, oyessss.

Lo de PETA ZETA parece circunscribirse al rock and roll peleón y cachondo, donde las melodías sanfermineras tienen cabida al lado de rancheras tan hilarantes como el tema de apertura de su espacio: “McCoy”. Descargas sonoras denunciando a golpe de charanga y pitorreo fino el alienamiento, y defendiendo la cultura vernácula (léase buenas fabadas contra las hamburguesas McDonalds y su puta madre) ante la invasión yanqui que nos viene a través de los tubos catódicos, la caja tonta, vaya.

El segundo volumen lo inauguran las tres descargas de STONED FISH, poderoso cuarteto que aúna la distorsión de unos Teenage Fanclub primerizos con las voces de unos Oasis que se hubieran desayunado con un lingotazo de bourbon en lugar de -como suelen hacerlo, seguro- con un bol de corn flakes. Se aprecia cierta anorexia rítmica en el instrumental Megaton yeye , pero en las dos restantes composiciones cumplen de sobra con el expediente, siempre peliagudo, que supone figurar en una muestra de este tipo.

DOLPHIN PEOPLE pasan por esta segunda parte de la muestra ofreciendo una de cal y otra de arena, ni siquiera los ritmos pseudolatinos de su segundo tema logran elevar un listón que -oh, sorpresa- levantan en su tema final ,”Maters of the Universe”, un sustancioso conglomerado de voces masculinas y femeninas, arropadas por una guitarra de alto octanaje que deja , al fin, un buen sabor de boca.

Desde su mismo nombre, ROADHOUSE, ya se distinguen por una vuelta a sonidos guitarreros y senderos desérticos transitados por personajes tan conspicuos como el mismísimo Neil Young; sus guitarras suenan al célebre dueto de aquél con los inefables Crazy Horse, comparación que no debe tomar el grupo como una acusación de plagio sino como un aplauso a lo acertado de sus influencias musicales en un país donde prima el tocomocho electrónico y la papilla pop punk; un diez para ellos.

A EBOLA se les ve un poco perdidos, su discurso adolece de claridad guitarrística y vocal que, no obstante, se ve compensada por una base rítmica de las que quitan el hipo; de todas formas su punk cibernético les acerca al intachable hacer de los ínclitos LAGARTIJA NICK de los que se les adivina influencias lejanas sobre todo en la parte vocalísica y melódica.

BOL abren su tríada con un vertiginoso y desacomplejado “Sally and jake”, un espídico artefacto que apenas deja lucirse a su correcta vocalista. En “Ibrahim” la búsqueda de ambientes morunos se queda en un quiero y no puedo que, sin embargo, queda olvidada ante el buen hacer de la banda en su tema final, el que da nombre a la banda, “Bol”, donde las guitarras y la voz se pasean a gusto por terrenos noise y punk, dando como resultado final un robusto paquete melódico.

 

Comentario: Dr. Willet.

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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