Llenazo total para una actuación de una las bandas más polémicas del metal en los últimos años. Incomprendidos por muchos, adorados por otros, mostraron todo su podería en un gran concierto.
El concierto de Type 0 Negative en la sala Caracol de Madrid formaba parte de la primera gira de la banda de Brooklyn por España. En los casi 20 años de actividad del grupo nunca antes los fans españoles han podido disfrutar de una muestra en directo de su música. Música que ha sabido sintetizar y fusionar el legado de bandas tan aparentemente dispares como Beatles, Black Sabbath, Sisters of Mercy o los propios Carnivore.
En los alrededores de la sala, desde horas antes del comienzo se observaba una larga cola de seguidores, muchos de ellos vestidos con camisetas del grupo, y resultaba obvio que la totalidad del público estaba muy ilusionado ante la inminente actuación.
Durante el tiempo que permanecimos en la cola pudimos observar a Josh Silver, teclista y co-productor de los discos de la banda subiendo y bajando del gigantesco autobús de gira que lleva a Type 0 por Europa. Todo contribuía a la creciente excitación entre los allí congregados.
Una vez en el vestíbulo de la Caracol y tras franquear la imponente presencia de los guardias de seguridad que con toda certeza pertenecían a la crew de la banda, un fugaz Peter Steele, cargado con un maletín, atravesó la entrada, provocando los comentarios de la gente. Nadie se atrevió a pedirle una foto. Demasiado grande y demasiado serio… Supongo.
El escenario se encontraba cubierto por un gigantesco telón traslucido, que revelaba parcialmente algunos símbolos y el color verde, tan característico de la imagen del grupo. Como teloneros, Infernoise, banda española de metal que sigue al pie de la letra las instrucciones marcadas por Pantera durante la pasada década. Estrenaban disco, pero no consiguieron calentar demasiado al público.
Minutos después de que Infernoise abandonaran el escenario, y con el respetable a punto de arrancar el telón, las siluetas de los cuatro jinetes de Brooklyn se acercaron a sus instrumentos. Con una acelerada versión del Magical Mistery Tour de los Beatles, comienza el espectáculo: Kenny Hickey pone las guitarras y la voz en este primer tema y los puños en alto comienzan a elevarse. No bajaran hasta casi dos horas después.
Prosiguen con la energía hardcore de We Hate Everyone, de su celebrado Bloody Kisses. Peter Steele se yergue como un titán detrás del atril, con una botella de vino tinto a su lado. Entre trago y trago, arroja bendiciones con el rojo líquido sobre las primeras filas. La gente casi enloquece, pero los problemas de sonido iniciales hacen que el líder pare el tema, para retomarlo tras una sentida aunque parca disculpa.
Profits of Doom, primer single de Dead Again, consigue la adhesion del público, a pesar de que siguen los problemas de sonido, con unos teclados y unos coros demasiado bajos. Anesthesia, de su anterior Life is Killing Me y These Three Things, con sus más de 14 minutos hacen que el ritmo del concierto baje un poco. La banda se encuentra un poco incomoda. Pronto van a retomar las riendas.
Son los espectáculos de los que más disfruto: Cuando una banda consigue recuperarse de un bache semejante, es porque sobran tablas y canciones. Exactamente eso es lo que Ocurrió con Type 0 Negative.
Kill You Tonight, del principio de sus tiempos, marca el inicio de la gloriosa y larga recta final del concierto. Los problemas de sonido prácticamente quedan resueltos y Josh Silver, con el micrófono enroscado en su brazo , abandona los teclados y se ocupa de cantar medio tema en brazos de un público entregado. Posteriormente, y durante aproximadamente media hora nos ponen los pelos de punta con los que quizás sean sus tres temas de mayor éxito: Love You To Death, Christian Woman y Black No.1… Sin casi un respiro, con gran parte del público coreando los gloriosos estribillos, y con los ojos de alguna fan a punto de estallar en lágrimas, es como se despiden estos cuatro artistas. Consiguen emocionar a quienes a lo largo de los años han seguido su carrera, y quizás también a aquellos que no les conocen tanto.
Esperamos que esta banda, bendecida o condenada a no dar un salto hasta las masas, siga ofreciéndonos intensas noches de amor y muerte por muchos años.
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