Tercer disco del proyecto liderado por Iñigo (Etsaiak) en el que sigue apostando por un punk veloz, de disfrute inmediato y con letras de alguien que se niega a aceptar las restricciones de nuestra sociedad.
Iñigo "Txapel", miembro del grupo Etsaiak (uno de los más destacados del rock vasco de los años 90), inició un nuevo proyecto musical a principios de la actual década. Se trataba de una iniciativa personal, para la cual contó con músicos de apoyo, y en la que apostaba de forma decidida por la música punk más directa y visceral.
Desde aquellos inicios ha sacado tres discos, siempre con una formación de músicos cambiantes, pero con una línea estilística constante… Canciones breves, intensas, básicas y con ganchos en las letras o en los estribillos de esos que se clavan al instante.
En su tercer trabajo, "Tonto el que lo lea" (editado a finales del 2004), el proyecto varió ligeramente su nombre, pasando de Txapelpunk a Txapel, aunque manteniendo las coordenadas antes expuestas, además de variar el número de músicos para convertirse en quinteto (entró el guitarrista Kana, para que Iñigo se centrara únicamente en la voz).
Sin ninguna sorpresa para el oyente, Txapel ofrece catorce canciones que casi en su totalidad están por debajo de los tres minutos, en las que se alterna el uso del castellano (que predomina) y el euskera.
Aceptado este hecho, que ni hay sorpresas ni el artista parece haberlo pretendido en ningún momento, nos podemos fijar en las melodía pegadiza de "Tonto del Kulo", a una velocidad moderada, o el trallazo "Jodido", donde colabora Kutxi Romero, el cantante de Marea; también en la canción de amor "Yo soy feliz", una de las más efectivas del disco, o en "Nunka más", otro de los mejores temas, dedicado al desastre del Prestige; "Rekuerdos" es un tema nostálgico de juergas y conciertos y "Realidad Virtual" describe el aislamiento de un desequilibrado; y el disco se cierra con "Muñeka de trapo", un tema con momentos casi metaleros. Estando el resto de los temas en coordenadas similares a los descritos aquí.
Como ya hemos dicho el disco no tienen nada sorprendente, pero hay que reconocer que los temas funcionan bien, resulta tan fugaces como energéticos y muchas de las canciones resultan ciertamente pegadizas. En definitiva, si quieres evadirte y pasarte un rato pegando saltos y tarareando pequeñas rabietas este disco te sirve a la perfección.
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