Tortoise: Elysee Montmartre (París). 21 de septiembre del 2002

Tortoise: Elysee Montmartre (París). 21 de septiembre del 2002
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Observaciones: Elysee Montmartre (París). 21 de septiembre del 2002. 23 euros en taquilla.

Elysee Montmartre (París). 21 de septiembre del 2002. 23 euros en taquilla.

Visita inesperada de los veneradísimos Tortoise a París para homenajear al sello independiente Thill Jockey. A pesar de tratarse de cinco componentes, Tortoise lo traía todo a pares: dos baterías, dos xilófonos, dos guitarras y dos bajos además de los endiablados sintetizadores que poblaban los escasos espacios muertos del escenario.

TORTOISE ( Dato pendiente : Elysee Montmartre (París). 21 de septiembre del 2002 ) La cosa no podía comenzar con más confusión: ambas baterías a la vez abusando de platos nos introducen el tema “Seneca”, con el que abre también su último trabajo “Standars”. Suenan sin cocinar, visceralmente crudos y antiguos, lo que contrasta irritantemente con sus composiciones de vanguardia. El espectáculo crecía progresivamente mientras estos cinco individuos no paraban de moverse por el escenario intercambiándose los instrumentos, eso sí, desechando todo virtuosismo.

Momentos especialmente intensos cuando hacen uso de sus xilófonos enfrentados en el delirante “Eros” o cuando realizan en un admirable ejercicio de coordinación, doblando al unísono una frase de batería. De tanta sincronización parecían autómatas.

Con el emotivo “I set my face on the hillslide” o “Monica” nos recordaron que a pesar de ser tratados como guardianes de la post modernidad también tienen alma y la ponen completamente al trasluz en sus trabajos.

Para despedirse tras los bises un frenético “Black jack” dejó patente que cualquier cosa que aparezca en sus discos, por extraña y etérea que parezca, puede ser perfectamente ejecutada sobre el escenario.

Sin duda estos músicos, procedentes de estilos tan dispares como la electrónica, el punk o el jazz underground encarnan a toda una generación que se ha quedado demasiado mayor para el rock indie y demasiado joven e inquieta para consagrarse al jazz profesional. Toda una suerte para nosotros disfrutar de estos grupos que van por la vida ensanchando los márgenes de nuestra música. Después de una hora y media y contra todos los tópicos, el público parisino pidió a grito pelado más música durante al menos diez minutos de silbidos, Tortoise sin embargo no volvió a aparecer, quizás lo encontremos algún día por España, ¿quién sabe?.

Muchos pueden pensar que es difícil salir de un concierto del quinteto de Chicago cuerdo del todo, yo sin embargo, según abandonaba el recinto sentí unas ganas inaplazables de irme a escuchar sus discos.

Artículo: Making.
(Fecha de la publicación: 31/10/2002)

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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