Suenan en el telediario de la 2, la Sexta les dedica reportajes, en su currículum constan primeras posiciones en varios concursos, y el público está respondiendo muy positivamente. Un grupo con un prometedor futuro.
Tienen predilección por el sonido de los grupos ingleses y reconocen como influencias a The Smiths, Echo & The Bunnymen, Swing, Vétales y Björk. Últimamente están ganando presencia mediática y el público está respondiendo muy bien a sus canciones, tanto en directo como en formato enlatado. De hecho, el impulso inicial clave para que se tomaran en serio su música fue el apoyo que recibieron de miles de internautas, que se volcaron en escuchar sus canciones colgadas en el MySpace y les infundieron ánimos sinceros y entusiastas.
La banda está liderada por el canario Victor Ordóñez, que se fue a vivir a Barcelona, y Sergi Pueyo, cantante de Onangel a quien conoció en la ciudad condal. Entre ambos dieron forma al concepto y a las canciones de The Good Company, si bien cuentan con otros tres músicos amigos para dar vida a su música.
Ahora tienen muy reciente la publicación de su álbum debut, “28”, un trabajo que hila todas las canciones entorno a la figura de un personaje ficticio que desvela momentos importantes de su vida, en los que se retratan sus anhelos, sus aspiraciones y las dificultades para avanzar y superar el pasado.
Nacisteis en el año 2007 y ahora acabáis de publicar vuestro primer álbum… en plena crisis económica y en un declive alarmante de la venta de discos… ¿Está siendo muy dificultosa vuestra andadura en estos tiempos?
Igual de dificultosa que para el resto de grupos que luchan por tocar y darse a conocer. A un nivel económico hoy por hoy es prácticamente un suicidio, claro, pero eso ya lo sabíamos cuando empezamos con esto.
¿En qué proyectos musicales estabais antes de formar The Good Company?
Yo toco en El Gel de Onán. Que antes era Onangel. También tocaba con Negritos, un grupo argenito-catalán, y bueno, anteriormente a eso llevo toda la vida tocando en bandas. Víctor antes de formar The Good Company tocaba en Link.
¿Cuáles son vuestros gustos musicales más destacados? ¿Alguna banda creéis que ha influido decisivamente en lo que es vuestra música?
Tenemos influencias muy variadas. No nos cerramos en ningún estilo.
Si tengo que nombrar algunas bandas de referencia para nosotros, te puedo decir Wilco, Radiohead, James Brown, Beatles, Bowie, Portishead…
Por cierto vuestro nombre coincide con una canción de Queen… ¿es un homenaje o casualidad?
Nos encanta Queen, pero el nombre no lo pusimos por eso.
Desde vuestra formación habéis participado en algunos concursos y ganasteis una edición del Recycle Demo… ¿qué tal esas experiencias?
No tenemos demasiadas expectativas con los concursos, pero la verdad es que en los pocos que hemos participado nos ha ido bastante bien y eso nos a ayudado a darnos a conocer, y a tocar en sitios que si no fuera por el concurso, probablemente habríamos tardado un poco más en conseguirlo.
Las canciones de vuestro discos giran entorno a un personaje ficticio que emprende un viaje vital hacia sus sueños, dejando por el camino sus lastres… ¿es un reflejo de lo que supone para vosotros la aventura de The Good Company?
Pues sí. Es una buena metáfora de lo que supone esta aventura que es tocar en un grupo y dejarte la piel, nos lleve a donde nos lleve. A parte de eso, creo que también es una metáfora de otras facetas de la vida de alguien que se tome las cosas desde un punto de vista parecido al nuestro.
Hablarnos del proceso de grabación del disco… del personal involucrado, del estudio, de los días que pasasteis grabando…
Empezamos a grabar el disco en nuestra casa, que en ese momento podía ser una habitación en Gracia, en Barcelona, o un piso en Las Palmas. Fuimos a algún estudio para grabar cosas puntuales, como alguna batería o ciertas tomas de voz. Cuando nos quedamos satisfechos con las pistas grabadas, nos movimos hasta Infusiones Musicales en el Masnou, donde Ricky Falkner nos echó una mano con las mezclas.
Vuestros directos tienes planteamientos muy variados, que van de lo acústicos a despliegues teatrales… ¿nos podéis contar como planificáis cada actuación y cuales son los criterios por optar por una forma u otra de presentaros ante el público?
Planificamos cada concierto de manera individual, o sea, dependiendo de la infraestructura del sitio donde vayamos a tocar y del presupuesto que haya. Si tocamos en un escenario más o menos grande y nos lo podemos permitir, probablemente seamos 6 o 7 tíos tocando -o representando- los temas. Si el garito es más bien pequeño y no se puede hacer mucho ruido, tocamos Víctor y yo en formato acústico-electrónico. Pero a partir de ahora, creo que como más tocaremos será con la formación clásica de The Good Company, es decir, 4 tíos en el escenario tocando rock.
Antes hablábamos de las dificultades para los grupos en la situación actual… algo que influye en la bajada de ventas, sin duda, es lo sencillo que resulta descargarse discos gratis… ¿qué opináis de las descargas no permitidas? ¿Creéis que los grupos están condenados, en breve, a regalar su música grabada por sistema?
Probablemente se acaben regalando la mayoría de discos, y tampoco me parece mal. Lo que nos importa es que nuestra música llegue al máximo número de personas posible, y creo que lo que podamos perder no vendiendo esos discos lo ganaremos con una mayor afluencia de público en nuestros conciertos, ya que a muchos de esos que se lo descarguen, si les gusta, vendrán luego a vernos actuar. Los tiempos están cambiando, es una realidad. Hay que intentar adaptarse. El modelo de negocio musical de la década pasada hoy es caduco
¿Cuáles son vuestras aspiraciones con “28”?
Tocar, tocar y tocar.
¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
Vamos a estar un tiempo presentando “28” en donde nos dejen hacerlo, y paralelamente, en breve empezaremos a grabar el segundo disco.
¿Os gustaría añadir algo más para nuestros lectores?
Sí; que son muy majos todos.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Entrevistas).
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