Tanned Tin: La escena musical independiente en españa 1991-1999

Como ponentes se contó con Joako Ezpeleta (codirector de “Viaje a los sueños polares”, programa de la Cadena 40 sobre música independiente), Salvador Catalán (responsable musical del Diario de Cadiz y colaborar de otras publicaciones y programas de radio), Victor Lenore (colaborador de Rock De Lux), Rafael López (director de la distribuidora Gree Ufo’s), Aldo Linares (colaborador de “La Luna” del diario el Mundo y responsable de promoción de Acuarela) y Jesús Ordovás (responsable del “Diario Pop” de Radio 3).  También estaba prevista la presencia de Ernesto González (cantante de Pribata Idaho y responsable de la promoción del Festival de Benicassim) y Miguel Morán (director del Festival de Benicassim), quienes finalmente no pudieron asistir.
Sin la existencia de un guión previo y con Salvador Catalán encargado de articular la sesión (la destinada a todo el público), se hizo un repaso a estos años en los que se ha popularizado el término “música independiente”.  Para comenzar se trató de definir el significado de esta expresión, algo que todos estuvieron de acuerdo en que era difícil de hacer y con unos límites nada claros. A destacar la opinión de Victor Lenore, quien prefirió utilizar ejemplos para explicar lo que para él era la “música independiente”: Fermín Muguruza, Camela y Javier Krahe. Además coincidió con Aldo Linares en que era preferible el término alternativa a independiente. Pero todavía más destacable fue lo expresado por Jesús Ordovás, que con la experiencia que le ha dado vivir el panorama independiente desde los primeros sollozos del pop español de los 80, concluyó que la música independiente estaba asociada a vender poco.
Para Jesús, los grupos y sellos que alcanzan un nivel de ventas importante solo tienen dos salidas, o mantenerse independiente y con ello asumir el ostracismo, o ser absorbidos por las multinacionales o comportarse como ellas, con su juego de presiones y tejemanejes económicos.

Algo pareció quedar claro en la mesa, se asume el sistema económico actual y, aspiraciones como la autogestión o establecer un circuito ajeno a las multinacionales, se ven como un imposible o una utopía pasada de moda.

De aquí el debate derivó a distinguir entre una independencia de tipo económico y organizativo, frente una independencia artística. Sobre ésta, todos estuvieron de acuerdo en que era la fundamental, aunque Jesús Ordovás recordó que grandes nombres respetados por muchos como Bob Dylan, Rolling Stones o Neil Young, han cedido en eliminar temas de sus discos, modificar portadas, sonidos o aceptar entrevistas con medios con los que no sintonizaban pero que eran buenos para las ventas.

Otro punto importante del debate se produjo cuando se comparó nuestra escena frente a las extranjeras. Joako Ezpeleta destacó el poco apoyo por parte de las instituciones y de la falta de unas estructuras para dar salida a la producción independiente, añorando de países como Gran Bretaña la existencia de listas independientes, tiendas especializadas y mejores discográficas independientes. Jesús Ordovás le rebatió indicando que España es el país del mundo con mayor número de sellos independientes y que la imagén que tenía del mercado inglés no correspondía con la realidad, pues los superventas de las listas independientes venden un número de discos semejantes a los de grupos nacionales como Los Planetas (se habló de 25 mil copias). Hendrik Roever, componente de Los Del Tonos, quien asistía como oyente, puntualizó que la gran mayoría de sellos de los que hablaba Jesús eran mini-etiquetas personales para auto-editar trabajos, no verdaderas discográficas.

Algo pareció quedar claro en la sucesión de opiniones de los contertulios: la continuidad de una producción artística independiente está supeditada a una viabilidad económica. Sin duda fue un tema clave del debate, pues cuando se consigue un número de ventas exitoso, como el caso de Subterfuge, se argumentó que se comienza a entrar en un funcionamiento semejante al de las multinacionales.

A destacar también la distinción entre calidad y producción independiente, pues todos dejaron claro que conocen cientos de “productos independientes” totalmente faltos de calidad.

La participación de los asistentes también abrieron nuevos caminos para el debate, así se señalo el patente pesimismo que se desprendía de todo lo dicho hasta el momento. Aldo Linares argumentó que tan solo era realismo, pero que en realidad todos eran muy optimistas, porque si no habrían arrojado la toalla mucho tiempo atrás.

El representante de La Factoría del Ritmo, también tuvo la oportunidad de preguntar varias cuestiones. La primera hizo referencia al impacto de las nuevas tecnologías en la producción independiente, con las facilidades de grabación que han surgido y los novedosos medios de distribución, que permiten poner en contacto directo al artista y al oyente. Los conferenciantes estuvieron de acuerdo en la importancia de estas novedades, pero también en que no se trata de alternativas radicales, sino que coexistirán las formas tradicionales con las modernas… además se puso sobre la mesa la dificultad de filtrar la calidad ante la enormidad de Internet.

La segunda intervención por mi parte tuvo la intención de poner en el centro de mira la relación de la SGAE con el mundo de la creación independiente. Aquí se estuvo de acuerdo que ésta sociedad no solo no colabora, sino que su funcionamiento parece encaminado a entorpecer al máximo la existencia de nuevos artistas y sellos, favoreciendo a los establecidos. Se criticó a los Premios Amigo, se habló de la falta de alternativas en la gestión de derechos de autor (en otros países sí existe), de las extrañas desapariciones de los dineros recaudados para los artistas poco conocidos, etc… Un asistente preguntó si era posible difundir su música sin la intervención de la SGAE. Rafael López, aclaró que sí era posible, pero de forma ilegal y favoreciendo de forma indirecta a los autores más vendedores, que son los que más se lleva del “bote común”.

Esto fue lo más destacado de esta mesa redonda, que ha sido la primera de este tipo en organizarse en España, siendo sin duda una oportunidad positiva para conocer los entresijos de la cultura musical independiente. Aunque hay un reproche importante a hacer, como es el hecho de haberse centrado solo en un entorno limitado de toda la producción independiente (la del pop), pues creo más acertado hablar de escenas independientes, en lugar de escena (plural frente a singular), cada una con sus peculiaridades aunque interconectadas. Esto lo señalé en el pase “solo para prensa”, donde los asistentes (Victor, Aldo y Joako) reconocieron este hecho y señalaron, que ellos, por gustos, estaban cercanos a los sonidos “pop y rock”, pero que solo era una opción personal.

Artículo por: F-MHop.
Fotos por: Jose Miguel Quijano Alonso (aparecen por cortesía del Centro Cultural Caja Cantabria).