Aman el sonido del rock clásico de los 60 y 70. Han aprendido de los maestros y les rinden tributo en sus directos. Pero ante todo tienen un repertorio propio que merece la pena disfrutar.
Una interesante banda de rock radicada en Santander, formada por tres músicos cántabros, un berciano y un norteamericano, original de Detroit, que es quien compone el repertorio y marca la línea conceptual del grupo.
El grupo lo componen Mon Castellanos (batería; quien ha tocado en Los Deltonos, Los Nada, Mr. Snoid y Backstabbers), Javi Oña (teclista; veterano de Segerencia, Concierto Café), Balbino Iglesias (guitarrista; Miguel & Balbiloni, Cave Canem, Pandora, Spitfire, Dr. Spock, Mr. Snoid), Fran Díaz (bajista; New Jerks, Mami) y Scotty Ray Bango (voz, guitarras, compositor; Dark Carnaval, She Smiled, Empty Head, Backstabbers).
Ahora acaban de publicar su álbum debut, en el que ofrecen canciones que conquistan al oyente con facilidad, ofreciendo un sonido de onda clásica americana, donde se dan cita el pop, el folk, el country y el rock.
El disco lo han lanzado desde la autogestión y son ellos mismos quienes lo están distribuyendo, siendo sus conciertos sus mejores puntos de venta… en ellos además de sus propias canciones, tocan versiones de clásicos del rock de los 60 y 70… The Band, Bruce Sprinsteen, Lou Reed… Sin duda un buen fichaje para quienes tengan un local y quieran ofrecer un buen espectáculo a su clientela:
Vuestra banda nació en el año 2008, aunque parte de los músicos ya os conocíais de antes… Me gustaría que nos relatarais como fueron los comienzos de Sweet Daddy Ray, como os llevó a uniros y como se fueron incorporando los distintos músicos al proyecto…
Scott: De 1997 a 2000, Scotty Ray Bango y Mon Castellanos tocaban en un conjunto de soul blanco, llamado Backstabbers. En el 2007, Castellanos y Balbino Iglesias, compañeros en un proyecto acústico, deciden llamar al teclista, Javi Oña, para incorporarlo a la banda. Estos se comunican con Bango para llevarlo al grupo. Una vez visto que aquel proyecto iba en serio, se unió a ellos. Así, los cuatro comienzan sus ensayos y pequeños conciertos por Santander. El que fuera a ocupar el hasta entonces inestable puesto de bajista dentro del grupo sería Fran Díaz, en el 2008.
Parece ser que habéis militado en un montón de bandas con anterioridad a Sweet Daddy Ray… ¿Podéis hacer un repaso a todas esas aventuras musicales por las que habéis pasado?
Scott: En Detroit, toque con gente importante como Ron Ashton (Stooges) o Chad Smith. Mi grupo se llamaba The Rays y Rob Tyner (MC5 era fan nuestro. En Cantabria, empecé tocando el bajo en She Smiled, una banda de 3 británicos, un yankee y Fernando Calderón. Nos reímos cantidad en ese grupo. Después, toqué en varias versiones de Empty Head con Nico Moramarco. Todos los que desfilaron por Empty Head eran muy buena gente. En 1997, formé Backstabbers con Mon y Félix Antolín, un pianista formidable. Pretendimos hacer música negra, soul, funk, Hip Hop y hasta rap. Nuestros directos siempre eran unas fiestas locas, pero un día me escuché haciendo rap en una grabación y pensé, “¿Qué haces, tío?”. Aunque soy de Detroit y traigo eso a la mesa, no soy ni negro ni nacido en el norte de Filadelfia y nunca iba a cantar como Stevie Wonder. Estaba haciendo el ridículo. Cuando dejé de intentar ser algo que no soy y volví a lo que soy, es cuando se sembró la semilla de lo que iba a ser ‘Home from the Sea´.
Vuestro álbum debut se ha publicado recientemente… Lo habéis grabado en el Estudio de Mac y Fernando Macaya firma la producción musical a medias con vosotros… ¿Qué tal trabajar con Fernando? ¿Qué tal os complementasteis a la hora de tomar las decisiones?
Scott: Fernando formó una parte íntegra del sonido y el espíritu del disco. No se dedicó solo a dar a los botones sino que se involucró al 100%. Se puede decir que es el 6º miembro de SDR. Aprendimos mucho de él.
Fran: Y estamos deseando volver a trabajar con él.
Balbi: Con Fernando muy bien. Sabe lo que hace, conoce muchísima música, tiene un oído privilegiado y además acababa de llegar de Nashville, donde estuvo con Quique González cuando hizo Daikiri Blues, haciendo el reportaje de aquella aventura y se le veía con ganas, además de que estrenaba estudio. Grabar con él fue la mejor decisión que pudimos tomar.
¿Cuánto tiempo invertisteis en la grabación?
Scott: Empezamos el 7 de enero, 2010 y terminamos el 9 de febrero. Grabamos las pistas muy rápido y pasamos una eternidad en las mezclas. Para el siguiente trabajo, haremos lo contrario; cuidaremos mucho más las pistas para luego tener mucho más fácil el trabajo de la mezcla.
Fran: En mi opinión quizás le pusimos “demasiada ropa” a unas canciones que cuando Scott nos la presentó con la guitarra acústica ya sonaban ‘hechas´.
Han participado como músicos adicionales Luisa Bahillo, Rebeca Terán Cobo y el propio Fernando Macaya… ¿Qué nos podéis contar sobre sus aportaciones y los lazos que os unen con ellos?
Scott: Javi Oña tenía arreglos de cuerdas preciosos hechos en teclado pero a la hora de grabar, queríamos que fuesen naturales. Toqué con Luisa en Empty Head y la llamamos para poner las pistas de violines. Estudió los arreglos y los hizo muy bien. Para el sabor country del disco, era natural que Macaya metiera pedal steel: todo un lujo. Luego, en “Ramon´s Window”, quería una voz femenina muy suave que doblara las partes de mi madre. Rebeca, que tocó flauta y cantó en Shulabula, las hizo en una toma.
En todo lo que leo sobre vosotros se habla de “estilo americano”, “onda americana” y términos similares… ¿Cuáles son vuestros gustos musicales? ¿Algún grupo con el que especialmente os sentáis identificados?
Scott: Pues, eso, música de la categoría llamada, “Americana”, que es muy amplia. Me crié en Detroit en los ´60 con el sonido Motown, Jackie Wilson y Aretha Franklin, a la vez de la llegada de The Beatles y luego el Rock de Michigan como Bob Seger, Grand Funk mezclado con el Funk real de James Brown y EWF de los ´70, pop-jazz de Steely Dan y George Benson – todo esto en ‘tiempo real´. La radio y la tele estaban inundadas de música, de jazz, pop americano, musicales. Mis padres tenían a Sinatra, Los Panchos con Eydie Gormé y Juan Legido en casa. Mi tío Tom solo escuchaba al country como Hank Williams y George Jones. En fin: una inmersión total y constante. Mi historia es muy parecida a muchos de mi generación allí. En los 2000, al escuchar el disco, “Magic” de Springsteen, se me abrieron otra vez los horizontes.
Fran: Yo crecí con la música que mi padre ponía en el coche: rock de los 50 como Elvis o Roy Orbison, mucho soul de los 60 y mucho country. A los 12 años escuché a Springsteen por primera vez y su música caló en mí de forma natural; Garry Tallent, el bajista de su banda (The E Street Band) hizo que me enamorara del sonido del bajo antes de tan siquiera saber lo que era un bajo. Entre mis bandas favoritas están también The Band, Tom Petty & The Heartbreakers y un sin fin más.
Balbi: Yo no hago mucho caso a las etiquetas. Además, hoy en día todo está mezclado. Me gustan muchos grupos, sobre todo de los 70 y no me siento identificado con ninguno en concreto, sí con determinadas canciones o discos.
El disco se ha publicado de forma autoeditada, con apoyo de Miedito Records, un sello cántabro que resuelve cuestiones legales y logísticas a los grupos que se autofinancian. ¿Con qué distribución cuenta el álbum? ¿Se puede conseguir fuera de Cantabria?
Scott: ¡Ja! La distribución consiste en lleva copias por ahí en una bolsa de plástico. Es un poco patético pero no, no hay distribución oficial. Y fuera de Cantabria, solo se puede conseguir en nuestra página web, (www.sweetdaddymusic.com) – de momento.
Balbi: La distribución va por nuestra cuenta y aquí en Santander hay dos o tres puntos de venta, La Tienduca (Río de la Pila) o Vagalume (C/Magallanes).
Ya habéis presentado el disco en algunas actuaciones… ¿Qué tal están funcionando estas canciones en directo?
Scott: Muy bien. Mejor de lo que esperábamos. Es una satisfacción ver como el público reacciona, con sonrisas y los ojos como platos, formando una relación personal con las canciones. Lo pasan bien. Es importante que las canciones sean más bien acontecimientos. Mucha gente me comenta a diario que nos escuchan en casa, en el coche y una y otra vez. ¿Sabéis lo que es oír eso de tu trabajo?
Fran: Hoy mismo he ido a una tienda de pianos y en una mesa tenían una pila de discos para su escucha personal. ¡El disco que estaba arriba del todo era el nuestro! Supongo que los discos que no gustan son los que se suelen ir al fondo de la pila; lo comente con la chica que me estaba atendiendo y me dijo que les gustaba mucho. Por otra parte, en directo siempre hay alguien que pide una o otra canción, así que la respuesta es buena.
¿Tenéis perspectiva de salir a actuar fuera de Cantabria?
Scott: ¿Perspectiva? Hombre, tenemos ganas de tocar el disco por ahí para ver la misma reacción en las caras de gente nueva, de otras regiones, pero ya no tenemos 20 años y no vemos la necesidad de lanzarnos a la carretera. Nuestra meta principal con el disco fue de mejorar la categoría de actuaciones que podríamos conseguir en Cantabria y tal vez Asturias, Burgos y Vizcaya. Poco a poco, vamos abriendo camino.
Vuestro guitarrista y cantante, Scotty Ray Bango, nació en Detroit y allí tocó en varios grupos… ¿Existe la posibilidad de que en algún momento vayáis allí a tocar?
Scott: Allí ya tenemos algunos fans, sobre todo en Michigan, pero de eso a ir allá, iba a resultar terriblemente caro. No existe demanda suficiente — ¡de momento!
Balbi: Eso lo soñé el otro día…
Esta pregunta es para Scotty Ray Bango… en los 80 tocaste en una banda que se llamaba Juan Bizarro, donde tocaba la batería Chad Smith, que tiempo más tarde ingresó en Red Hot Chilli Peppers… Hoy en día es un batería muy refutado y hasta tiene publicado un método de aprendizaje para bateristas. ¿Ya en aquella época despuntaba como un músico de un talento especial? ¿Has seguido en contacto con él?
Scott: Toma asiento, que esto es la hostia. Yo tocaba en mi banda, The Rays, en carteles en Detroit a los principios de los ‘80 junto a un grupo que se llamaba Tobby Redd. Chad Smith era su baterista y siempre decíamos que ‘alguien´ le iba a pillar porque era el mejor. Decíamos que Bob Seger tenía que cogerle desde que perdió a su baterista, Charlie Martin, que se quedó parapléjico en un accidente de coche. Pues, no fue así. ‘Fast-forward´ a 1987 u ‘88 y todos nos encontrábamos en California, mis colegas en L.A. trabajando en el cine, y yo en San Francisco. Mi ex-baterista, Dave Waroquier, tenía una cita de prueba con los Red Hot Chili Peppers, que buscaban batera. Dave sabía que no iban a cogerle a él, pero que Chad, recién llegado a LA, tenía sus opciones. Dave le dejó a Chad su cita y el resto es historia. ¡Los RHCP cogieron a Chad en 10 minutos! Cuando toqué con él en el ´90 en L.A., Chad había hecho el LP de “Mother´s Milk” y ya era “rico y famoso”. Venía a nuestra casa en Melrose todos los días en su Harley recién comprada y decía, “¿Comemos por ahí?”
Nosotros le mirábamos y sacábamos los bolsillos al revés, vacíos, y Chad decía: “Invito yo”.
Le preguntábamos, “Pero Chad, tocas en la banda más grande del planeta en estos momentos, eres casi millonario, has hecho giras por todo el mundo. ¿Por qué vienes todos los días a buscarnos?”
Y dijo: “Porque me aburro y quiero estar con mis colegas.”
“¡Te Aburres! Joder…” Así pasamos el verano de 1990, viendo como nuestros Pistons, los “Bad Boys”, ganaron la liga NBA y tocamos dos bolos con Chad en la sala ‘Lingerie´.
Luego, en el 2005, Phil Grijuela me llevó a Vergara a ver a Glenn Hughes (Deep Purple) con Chad en la batería. Me acerqué a Chad, inseguro de si iba a reconocerme. Cuando me vio, abrió de brazos y exclamó, “Brother! What are you doing here?!” Era el mismo tío bueno y humilde, como siempre.
Vuestro repertorio de directo también incluye versiones de temas clásicos del rock… ¿Qué os aporta trabajar sobre esos temas clásicos? ¿Es más importante lo que aprendéis como músicos con ellas o lo que facilita al público enganchar con vuestra música, al “sonarles” parte de las canciones, en los directos?
Scott: Solo diría que he querido hacer estas versiones toda la vida y con los chicos de SDR, mi sueño se realiza. No son versiones típicas, como “Hey Joe”. Imagina poder tocar canciones raras de The Band, Bob Seger´, Dylan y Springsteen, ¡todo en el mismo bolo! Los fanáticos conocen algunas de estas versiones pero para muchos, es la primera vez que oyen esta música sublime. A mí, me hace muy feliz.
Fran: La primera vez que fui invitado al local de ensayo mi idea era pasar un buen rato y amablemente rechazar la oferta de tocar con ellos… ¡fue imposible! ¿Cómo iba a decir que no a unos tíos que podían tocar “Born To Run” de Springsteen o “It Makes No Difference” de The Band?
Balbi: La versiones las tocamos para darnos el gusto, homenajear a nuestros “ascendentes” y regalar al público momentos irrepetibles de la historia del rock. Es todo un reto hacerlo bien y con respeto.
¿Qué os parece la escena musical en Cantabria? ¿Qué os parece que falta para que tan pocos grupos lleguen a ser conocidos fuera de Cantabria?
Scott: Muchísimo talento y muy buena gente. Todos estamos en el mismo barco, con mucho que aportar y poca salida para desarrollar nuestro arte. Por eso, existe muy poca rivalidad. Al contrario, nos llevamos fenomenal y nos apoyamos mucho. Lástima que la industria y el mercado no nos apoyen de la misma manera.
Fran: Quizás sólo sea una impresión mía, pero creo que algo bueno se avecina para la música en Cantabria, creo que el talento y las ganas de tocar por parte de los músicos es indudable y hay una actitud positiva por parte de las instituciones para darnos la oportunidad de desarrollar nuestra música e integrarla en la cultura de nuestra tierra.
Y nada más, salvo desearos mucha suerte y dejaros espacio para si deseáis añadir algo más…
Scott: Gracias por el interés y que todos sepan que estamos engrasados y listos para que cuenten con nosotros para animar cualquier fiesta.
Balbi: Nos vemos en alguna tocata.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Entrevistas).
Be the first to comment