Son parte de la escena indie de la ciudad condal y su propuesta busca desmarcarse de cualquier otra: el fin como principio y actuaciones que van más allá de la música.
Una banda barcelonesa, nacida a principios de la década del 2000, al calor de la escena independiente de su ciudad.
No fue hasta el año 2005 que publicaron su primera referecia, el EP “Universal Practice Room”, en el que ofrecían 5 canciones en inglés. Un trabajo que apuntaba algunos de los rasgos que definirían a la banda, pero otros muchos que se quedarían por el camino… No en vano en su primer larga duración, que llegó en el 2008 de la mano de Grabaciones Míticas, “Plan Magistral”, ya habían optado por el español como idioma para sus letras y el sonido se había vuelto más limpio.
A partir de ese momento el grupo empieza a llegar a más público, los conciertos se hacen más frecuentes y continúa su proceso de maduración, hasta llegar a su nuevo trabajo, publicado el pasado mes de marzo y que tiene un curioso nombre: “i”.
Este disco ha sido producido musicalmente por Vladi Martyn, se ha registrado en estudios de Barcelona y Guadalajara y se ha masterizado en Londres. En él desarrollan canciones entorno a una referencia conceptual, basada en la muerte como el inicio de muchas cosas… inspiradora de los miedos, los mitos del ser humano y su espiritualidad.
Además, para la puesta en escena del álbum han planteado un espectáculo especial para sus directos, en los que se mezclan varias disciplinas: fotografía, vídeo, pintura, escultura, iluminación… además la experiencia está abierta a la participación del público que pueden remitir al grupo sus fotos y grabaciones en vídeo.
Victor G. Barriocanal, cantante del grupo ha respondido a nuestras preguntas:
¿Qué os llevó en un principio a fundar una banda de rock?
Ya desde el principio nuestra idea era poder dar respuesta a una necesidad expresiva. Echando la vista atrás, formar una banda de rock era (y sigue siendo) para nosotros algo atrayente también por muchos otros motivos: emoción, diversión, contraste generacional, reafirmación personal, creatividad…
Y después de estos años y con lo difíciles que están las cosas… ¿Qué os motiva para seguir adelante?
Quizá las mismas razones que nos llevaron a formar Sweater. Sin embargo, ahora existe un compromiso con nosotros mismos, con lo que somos y sentimos. Es algo a lo que no podemos renunciar. Algo que forma parte de nuestra manera de entender la vida. Es un camino que exploramos día a día y, en ocasiones, de manera casi inconsciente. Por decirlo de alguna manera, la música en si, es una razón más para seguir adelante. No la única, pero si de las más importantes.
¿Qué las cosas están difíciles? Según como se mire es cierto, pero también es verdad que actualmente existen muchos más canales de llegar a la gente y de poder crear sin necesidad de terceras personas. Afortunadamente, si se pone empeño y dedicación, es más fácil establecer puentes entre el artista y aquellos a los que va destinada su obra.
Vuestro sonido resulta muy personal y es algo que se suele destacar… pero me gustaría que nos hablaseis de vuestros gustos musicales y de los artistas o grupos que podéis considerar una influencia…
Son muchos y muy diversos, de ahí que nuestro sonido acabe resultando, como mínimo, peculiar. Nosotros crecimos en plena expansión del brit-pop. Esa fue nuestra primera influencia y por extensión todo lo que lo provocó (rock y pop de los 60 y 70) y todo lo que vino después. Nos encantan músicos que buscan dar a conocer su idea, su mensaje; y que lo hacen de una manera muy personal. Gente como Radiohead, Jeff Buckley, Wilco. También somos conscientes, muy conscientes, de cual es nuestro pasado musical y del lugar en el que hemos crecido. Por ese motivo, podemos sentarnos a escuchar cosas tan variopintas como la copla o el flamenco. Actualmente nos llaman mucho la atención bandas que tienen una forma de crear basada en la suma de texturas. Con letras de cierta profundidad. Que elaboran discos con un objetivo y cierta unificación conceptual. Escuchamos muchos Arcade Fire y Standstill, son un ejemplo.
Ahora tenéis muy reciente la publicación de vuestro tercer álbum… Después de la buena acogida de “Plan Magistral”… ¿tenéis unas expectativas a cumplir para este nuevo disco?
Lo de las expectativas acaba siempre siendo un arma de doble filo. En ocasiones una lotería incluso. Con “Plan Magistral”, por ejemplo, nuestras expectativas no iban más allá de poder tocar en el máximo de locales posibles y resultó, que conseguimos plantarnos, casi sin buscarlo, en escenarios frente a más de 7.000 personas.
Con “i” nuestro objetivo es hacer llegar a aquel que lo escuche una idea. Que puedan sentir como nosotros entendemos lo que es la música y puedan disfrutar en ese proceso. Compartir lo que nos emociona, lo que pensamos y nos hace pensar. Darles un trocito de lo que somos y recibir, al tiempo, algo de lo que son ellos. Con eso nos damos por satisfechos. Lo otro, en la mayoría de ocasiones, depende de factores que ni podemos ni queremos controlar.
Desde el anterior álbum han pasado tres años… ¿Lo fuisteis componiendo poco a poco o fue creado poco antes de entrar en el estudio?
Durante la gira de “Plan Magistral” no dejamos de componer. Tocábamos y volvíamos al local de ensayo para crear nuevas piezas. Al acabar todo el periplo resultó que teníamos un buen número de canciones. Sin embargo nuestra idea para el siguiente disco, no era recopilarlas y ya está. Así, el último año lo dedicamos a ordenar las ideas. A tirar a la basura todo aquello que no nos convencía y a darle al resto del material un concepto unificador. Ésta fue la parte más ardua de todo el proceso, pero al llegar al estudio ya teníamos muy claro como iba a ser “i”.
Por cierto… ¿cómo es vuestro proceso creativo?
La parte musical es compartida. Nacen de una idea individual o de un momento compartido. Sin embargo, todo el peso de la composición recae sobre Vladi. Él ordena todas las ideas. Las unifica y les da forma. Luego vuelven al local y allí las tocamos y aparecen nuevos arreglos o se sufren modificaciones.
En cuanto a las letras, siempre las escribo yo. De hecho, normalmente ya están escritas de antemano y lo que hago es adaptarlas a los temas y a las melodías de voz que creamos.
Este disco gira entorno a una idea conceptual… ¿se la podéis explicar a nuestros lectores?
El disco gira en torno al concepto de muerte. Cómo la entendemos, cómo nos han educado para aceptarla o darle un sentido concreto y cómo eso, inevitablemente, cambia la manera de comprender nuestra existencia y todo lo que nos rodea.
Es ahondar en lo que es la muerte para entender la vida. Puede parecer una ironía, pero es la conclusión más importante a la que hemos llegado.
El resultado, y eso se puede apreciar al escuchar el disco, no es nada oscuro. Más bien al contrario, “i” está repleto de momentos de gran luminosidad. Hay melancolía y tristeza, pero también la felicidad que provoca el saber aceptar lo que somos gracias, en parte, a la capacidad de concebirnos como seres finitos y con un tiempo determinado. Afortunadamente en eso, hay multitud de sociedades y culturas que nos llevan muchos años de ventaja. En ellas nos hemos sumergido y hemos investigado, para poder transmitir lo que para nosotros es todo este periplo vital que acaba, inexorablemente con la muerte y gracias al cual hemos reforzado, quizás, parte de nuestra faceta espiritual.
El disco lo ha producido vuestro guitarrista, Vladi Martyn… ¿Teníais experiencia previa en el mundo de la producción? ¿Valorasteis contar con un productor ajeno al grupo?
Trabajar con diferentes productores durante estos años y valorar otras producciones ajenas ha sido nuestra mejor experiencia. Siempre hemos vivenciado el proceso de producción, y ahora era el momento de llevarlo a cabo.
Es algo que desde un primer momento tuvimos claro. Aunque manejamos algunos nombres, al final no hubo mucho espacio para las dudas y los temores. Decidimos que nadie mejor que Vladi para entender y llevar a buen puerto todo aquello que musicalmente queríamos hacer llegar a la gente. Vladi tenia claro cual era el sonido que quería crear y hacia dónde lo que quería llevar.
Tenemos entendido que para las nuevas actuaciones tenéis preparada una puesta escena muy especial, en la que se utilizan obras de artistas de distintas disciplinas… ¿En qué consiste esa puesta en escena?
Nos gustaría decir que es una obra artística que va más allá de la música. Tiene partes en las que el cine o la video creación dan una visión conceptual que complementa lo que nosotros y los músicos de apoyo que llevamos (cuerdas, vientos, guitarra flamenco) interpretamos encima del escenario. Unas veces puede parecer una película que se explica a partir de una banda sonora (que ejecutamos sobre el escenario). En otras, que las imágenes o la escenografía dan otro punto de vista del mensaje que se transmite por medio de las canciones.
La idea original al trabajar con Andrés, Alberto y Olvido (Colectivo artístico Conjunto Vacío), era que ellos interpretasen con sus “armas” aquello que “i” les provocaba. El objetivo era sumergir, aún más si cabe, al espectador en ese mundo conceptual que estábamos intentando explicar.
En el álbum se incluye una pegatina con una invitación a que los asistentes a vuestros conciertos os envíen fotos y grabaciones… ¿Qué tal está resultado la experiencia?
La interacción nos resulta muy interesante y, en ocasiones conmovedora. Nos interesa mucho saber que sienten aquellos que asisten a nuestros conciertos. Qué les interesa, qué les llama la atención. Cómo viven cada momento.
Es una manera de establecer un feed-back entre Sweater y su público. Una forma de retratar el momento y de hacer partícipe de todo esto a aquellos que en realidad, son los responsables finales de darle vida. Sin ellos, nuestro trabajo no tiene razón de ser. Es también una manera de darles las gracias por estar ahí y de que formen parte activa de nuestro arte.
¿Qué tal están funcionando los conciertos de presentación del álbum?
La experiencia ha sido muy positiva. Para nosotros llevar “i” a los escenarios era, a priori, todo un reto. Hay momentos en que somos once músicos sobre el escenario. Eso para una banda de pop-rock es algo poco usual.
Al plantearnos “inercia” (espectáculo en directo) apareció un alto grado de responsabilidad. Una necesidad de decir exactamente aquello que queríamos decir. Para ello era necesaria una gran coordinación entre todos: los que estábamos sobre el escenario y los que trabajaban desde la mesa lanzando imágenes y creando atmósferas.
Como digo la valoración de los conciertos en Razzmatazz y Moby Dick ha sido muy enriquecedora. Nos ha ayudado a analizar muchos aspectos que no habíamos anticipado y a darle una vuelta de tuerca más a muchos otros.
¿Os gustaría añadir algo más para nuestros lectores?
Simplemente que el próximo 16 de junio estamos en la sala Catwalk Club de Barcelona, en la fiesta de presentación del Contempopranea 2011 y si quieren conocer algo más sobre “i”nercia podeis visitar nuestra web: www.sweaterband.com
Video “teasers” del espectáculo i”Nercia”:
Enlaces de interés:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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