Una banda madrileña que apuesta por una línea de rock elegante y de aunar bases, melodías y armonías de los 70, 80 con sonidos más actuales. Un grupo que trataremos de no perderle la pista, porque con formaciones como las que nos ocupa, sin duda, el futuro del rock and roll está asegurado.
La primera sensación que tuve nada más oír los teclados y primeros acordes guitarrísticos del tema de rock duro, que abre el disco “Water of fortune”, fue tan gratificante que me puso los vellos como escarpias. A partir de ahí, os podréis imaginar, que no estamos ante cualquier banda novel. Sino, ante una de esas formaciones emergentes, que te levantan el ánimo, en un mal día, en medio de un festival a modo de grata sorpresa o como es el caso de Stonebeat, que han logrado un magnífico debut en forma de disco, titulado genéricamente “The wild days”. Que esperemos signifique ser el primero de muchos otros trabajos, tanto o más salvajes, desde el punto de vista musical de la expresión. Con jóvenes bandas, como es el caso de Stonebeat, está asegurado el futuro inmediato del hard rock y heavy metal, sin lugar a dudas.
Volviendo, al primer tema “Water of fortune”, que abre este sorprendente disco, sinceramente me transportó a un tiempo, donde los “mágicos” órganos Hammond de Jon Lord de Deep Purple o Dan Wright de Kansas, te transportaban a otras dimensiones del sentido, donde la energía del rock, suponía ser la quintaesencia de la música de vanguardia de la época. Recrear todo aquello, hoy día, en estos tiempos, tan poco empáticos para la música y ya no digamos, para la creación en otras ramas del arte y la cultura, en general; influencias de este corte, se agradecen y de qué manera. Y más, cuando independientemente, de que sus integrantes, hayan bebido de fuentes más clásicas del hard rock y heavy metal internacional, tipo Black Sabbath, Queen o Iron Maiden. Lo importante, de todo esto, es meter todo este crédito en la misma coctelera y luego saber dosificar y manifestar su propia impronta. Y eso a mi parecer, puedo atestiguar que logran mantener la tensión necesaria, entre posibles influjos y la cosecha propia, gracias a la destreza y el talento que despliegan en cada corte del disco.
El siguiente tema, “Ridin’ tonight”, casi sin tiempo para reaccionar, comienza más contundente, casi me atrevería a sugerir, con ese personal toque, a medio camino entre el stoner más elegante y ciertos juegos de las seis cuerdas y la contundente base rítmica, que podrían recordar a escalas, solos y recursos muy recurrentes en bandas de la NWOBHM, como Iron Maiden. La voz de Rafa Aguilar, además de haber presentado muy buenas credenciales en un tema que comienza más próximo al medio tiempo, como el anterior, en cambio en este, que se torna más vertiginoso desde el comienzo de su ejecución, sin llegarla a romper del todo el registro de voz, muestra ese puntito de agresividad más duro, más rockero, para terminar certificando que puede ser versátil e ir probando distintas posibilidades vocales, en realidad a lo largo de todo el CD.
“Scream my name” arranca con la guitarra de Nacho Fernández, siempre muy presente en todo el disco, que le confiere ese toque rockero, en este caso, quizás muy influido por unos riffs iniciales a lo Black Sabbath que los termina llevando a un terreno más propio de bandas más “speed” como Motörhead o Metallica, le imprime unas dosis de caña, muy bien arropado por la base rítmica, formada por los también excelentes bajista Javier Abarca y el batería Alex Ríos. Y cuando parece que la línea a seguir, va a ser todo el rato el riffs cañeros, de repente aparecen los dedos mágicos del genial Ángel Arquero, en medio del tema, a modo de impasse melódico, para luego continuar la línea endiabladamente rockera en sintonía con el comienzo. Sin duda, uno de mis temas favoritos del disco.
Otro de los sorprendentes temas del disco, es sin duda la hermosa “My sweet piano”. Y es que una banda, con tantísimas influencias y recursos, incluido ese toque “progresivo” o sinfónico, tipo Kansas, le posibilita componer temas tan ricos en armonías y cambios singulares y efectivos de tempo. O pasar de lo meramente acústico y desnudo, a lo eléctrico más salvaje, de forma natural y convincente. Una verdadera gozada para los sentidos, donde cada uno de sus integrantes, saca lo mejor de sí mismos.
“Whispers from my soul” arranca más relajada, donde destaca la intro de guitarra más acústica y relajada, para dar paso, a la parte más lírica de la banda, en líneas generales, en unas tesituras muy parecidas al anterior tema. Y es que vuelvo a remarcar, que los integrantes que conforman Stonebeat, conforman un magnífico line-up, una banda de ilimitados recursos técnicos, versátiles y muy convincentes por la obra registrada.
Con el tema que cierran el disco “Rock N’ roll”, como era de intuir, vuelven a ese rock con el que desde el comienzo, te atrapa su música, conjugando las mejores influencias de los años 70 y 80, en un estupendo disco que espero les augure un magnífico futuro aún mejor.
En cuanto al envoltorio, lo que sería el cover art del disco, el concepto del diseño parte del propio grupo Stonebeat, que complementa y rubrica una maravillosa diseñadora e ilustradora, Silvia Ramírez. Las buenísimas fotos que adornan el interior del libreto, corren a cargo de Esther Martínez. La parte gráfica, a veces no demasiado bien valorada, aquí está a la altura de las circunstancias, y por ello hay que recalcarlo y estimarlo, porque al fin y al cabo es lo primero que captamos por los sentidos, incluso antes de oír un disco tan excepcional como este.
En la parte técnica, Víctor Saiz fue el encargado de grabar, mezclar y masterizar el disco en California Studios de Madrid. La producción artística corrió a cargo de Nacho Fernández. Labores complejas y encomiables, por las horas y la dedicación, además de la sensibilidad necesaria, para no restar ni un ápice, a los artistas que intervienen, de la buena energía o buena onda, que dirían nuestros hermanos del rock and roll, del otro lado del charco, excelente trabajo en todas sus facetas. Y acabaré con otra apreciación al más puro estilo fan, como empecé esta reseña, y es que sinceramente me habéis ganado entre vuestros adeptos. Cuanto más lo escucho, más me gusta, enhorabuena.
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