Stand Still: The Tide

No se me ocurre un calificativo que defina mejor el debut de Stand Still. De las escuchas repetidas no he podido sacar una impresión más positiva, y eso que su estilo no me apasiona precisamente. Pero algo tienen, un componente extraño que me llega y me seduce, que me impulsa a descubrir toda la belleza que esconden bajo su aparentemente arisca propuesta. Puede que sea toda la energía y la rabia que despliegan, la enorme desesperación e intensidad que desprenden sus acordes, la pasión con la que grita Enric o algo que sencillamente se me escapa, pero lo cierto es que me cautivan, y cuanto más escucho estas siete canciones más disfruto de la inteligencia y eficacia con que han sido construidas.

Contadas dosis de melodía en un cuadro infernal donde cohabitan acordes apocalípticos, disonancias desgarradoras y metal asfixiante, pero que también deja espacio al sosiego y las guitarras acústicas. Sí, habéis leído bien, guitarras acústicas en un grupo de Metal emocional, Emo metálico o como te dé la gana llamarlo; con tal de añadir una atmósfera opresiva a los temas se atreven incluso a abrir “Last Bridge” con un Didgeridoo.

Y es que Stand Still son una banda realmente especial capaz de generar una intensidad casi física, ya sea en su faceta más histérica o en la más delicada. Buscarles referentes me lleva a pensar en gente como Undone, ACME (los alemanes, claro) e incluso los Rodan más desquiciados (esos armónicos en “Circus”…), aunque no necesito meterlos en ningún paquete ni compararlos con nadie para seguir escuchando este disco durante horas, pues para mi gusto su calidad está fuera de toda cuestión. Un jodido diez.

Comentario: Jorge X