No esperaba que la disidencia del grupo madre diera frutos tan pronto, pero la edición de este trabajo está ahí para demostrar que Max Cavalera ya se ha montado su propio grupo estable (esto no es un proyecto) y se quiere olvidar lo antes posible de Sepultura.
A los que no les va a resultar tan fácil hacerlo es a los que le hemos escuchado en su anterior etapa y más concretamente su anterior álbum, porque a “Soulfly” sólo se le puede definir como “Roots 2”, y que no se escandalice nadie porque es la pura verdad. Mismo productor, sonido similar, estructuras similares, ambientes de percusión similares, partes casi calcadas… prácticamente lo mismo que el último disco de Sepultura.
Sería algo injusto decir que estamos ante una fotocopia de “Roots” ya que hay algunas diferencias que confieren bastante interés al trabajo y que no estaría de más señalar. Por ejemplo, creo que Soulfly son mucho más broncas, más ruidosos, con una vibración más Hardcore y algo más abiertos en lo que se refiere al uso de elementos brasileños que reivindican como parte de su cultura y herencia aborigen, desde ciertas guitarras y percusiones a idioma, canciones tradicionales (“Tribe”) e historia (“Quilombo”); incluso la pasión futbolera tiene cabida en la rítmica “Umbabarauma”.
Los temas parecen estar hechos de una forma menos rígida, con más espacios para la improvisación que aprovechan para montarse jams de percusión que a veces molan y a veces no, depende de si son cortitas o se empanan, como al final de “Prejudice”. Bueno, y otro de los puntos destacables es que Mr. Max empieza a plantearse otras maneras de cantar y hasta se atreve con fraseos tipo ragga, pero a lo cafre claro.
Defectos no tienen casi, quizá que los temas no son muy variados y el disco entero escuchado de un tirón acaba empachando, pero en pequeñas dosis no pierde nada de su valor y poderío. Como os decía antes, la producción es de Ross Robinson y va en su ya patentada onda de ruidaco saturado. De las mezclas se encargaron Andy Wallace en general y Mario Caldato Jr. en un par de temas, o sea que calidad en lo que se refiere a grabación hay, luego ya será que te guste o no como se lo hace esta gente.
Y poco más en realidad, sólo decir que hay por ahí una edición limitada en caja negra que tiene tres temas más que la edición normal, “Cangaceiro” y las versiones de Discharge “Ain’t No Feeble Bastard” y “The Possibilty Of Life’s Destruction” (las dos primeras también están en el single “Bleed”). Supongo que si a todo esto le añado toda la galería de colaboradores (Deftones, Dub War, Fear Factory, Limp Bizkit, House Of Pain…) el conjunto sonará aún más apetecible, pero lo más probable es que ya estuvieras convencido con la pegatina de la portada. ¿O no?.
Comentario por Jorge X
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