Tres jornadas para los amantes de las propuestas innovadoras: Orbital, Animal Colective, Grace Jones, The Wizard, La Roux, Crystal Castels, Busy P o Alva Noto.
La Factoría del Ritmo estuvo presente durante los tres días de la muestra a través de la agencia independiente PressRiot. El festival consentido de Barcelona aguantó la embestida de la crisis económica global con una apuesta muy fuerte por la electrónica pura y las nuevas generaciones de espectadores, incluidos los niños.
Ha tenido que pasar casi una década del nuevo siglo para que la hora de la verdad de la esquivada palabrita “crisis” dejara de ser un ave de paso y se convirtiera en un residente permanente de este mundo occidental tan aparentemente rico y desarrollado.
El 2009 comenzó viendo cómo dicha crisis se instalaba a nivel global y atacaba directamente a los cimientos de la economía de mercado; un día tras otro las bolsas se fueron en caída libre, el desempleo fue creciente, los cierres de las industrias una realidad y el fuerte descenso del consumo -que es lo que mantiene en marcha una economía basada en la voracidad del consumo- la comidilla en todas las conversaciones de pasillo y el titular en todos los telediarios. La industria musical no ha sido ajena a todo este proceso y también ha sentido los efectos del ¡crash! Los artistas tuvieron que volver a salir a la carretera y saltar al escenario como única forma de mantener sus ingresos y su supervivencia (se acabó eso de estar tan acomodado y en casa esperando el cheque del sello discográfico) y aquella oferta de música en directo que se había incrementado años atrás (tanto en España como en el resto de Europa) con festivales de todo tipo de música y para todo tipo de público que a su vez contaban con el beneplácito de las administraciones y la industria privada; se redujo para el año en curso. Los bancos han cerrado la llave del crédito, las administraciones y los gobiernos salen al rescate de sus industrias más grandes y tratan de frenar como pueden el alud de desempleados, las empresas recortan gastos principalmente en publicidad y como consecuencia los últimos de la fila son aquellos que dependen de subvenciones y espónsores para sacar adelante sus eventos. Algunos festivales que estaban plenamente consolidados en grandes capitales Europeas han tenido que cerrar sus puertas ó, peor aún, no abrirlas en el 2009.
Sin embargo, el Sónar resistió y aguantó la embestida y como en el título del primer disco de los argentinos Les Luthiers, “Sonamos pese a todo”. Con un 35% menos de presupuesto en su decimosexta edición, el Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia de Barcelona hizo una apuesta muy fuerte por la electrónica pura, las propuestas frescas y las nuevas generaciones de espectadores (incluidos los niños), para salvar la papeleta de un año en el que todos quieren pasar de rositas como si no hubiera existido.
Con menos recursos y medios y el mismo coraje que siempre, el Sónar por un año más inauguró el verano europeo con una cartel arriesgado pero interesante que por lo menos garantizaba un digno “Sónar de trámite”, pero que al fin y al cabo dejó, una vez más, buenos recuerdos y dulces sabores de boca a las 74 mil personas que pasaron por los escenarios durante los tres días y dos noches de su programación.
La crisis de todas maneras no impidió que el festival presentara algo nuevo y distinto que pudiera causar impacto y así fue, en el espacio que tiene dentro del Macba/CCCB en el centro de Barcelona se celebró una muestra de música electrónica y arte multimedia enfocada directamente para los niños -el Sonar Kids-; en el cual además de las actuaciones de los Dj’s más conocidos de la escena adulta también se desarrollaron talleres, clases de baile y actuaciones teatrales. Aunque mucha gente se quejó porque el evento fue demasiado infantil y los niños de 12 a 17 años no encontraron dentro de éste una oferta acorde con su edad, el Sónar Kids fue todo un éxito en asistencia y en la nota final que le dieron los padres de los más chicos, padres que luego de dejar a sus críos en casa regresaron por más.
Orbital (UK): Última oportunidad
Son este tipo de sorpresas las que arrastran público. Orbital subió de nuevo al escenario, los chicos de las gafas linterna reaparecieron tras un lustro de silencio y pusieron a bailar a casi diez mil personas, como en los viejos tiempo. Un show que casi se puede llamar como épico, sabiendo que posiblemente esta fue una de las últimas oportunidades de ver a la pareja de hermanos que revolucionaron la música electrónica.
Grace Jones (JM): De pantera a huracán
Simplemente una Diva, pero una impresionante diva de 60 años, que se mantiene en forma y de la aún queda mucho de aquella pantera negra que hace 25 años vimos en la película “Conan the Destroyer”. ¿Qué pinta Grace Jones en el Sónar? Fue la pregunta de muchos ante la aparición de Jones en el festival, y sin duda recibieron más de lo que esperaban: un show a full screen y con diferentes trajes a través del cual la artista presentó su disco de 2008 “Hurricane”. Un buen show, mucha energía y una Grace muy por encima de las expectativas que despertó en los días previos al festival con relación a los medios de comunicación nacionales e internacionales.
Animal Collective (US): El primer legado del Siglo XXI
Para muchos era el show a no perderse de este Sónar 09, además porque los de Baltimore no se dejan ver mucho por el Viejo Continente. Pero se animaron a cruzar el charco y presentar su nuevo y magnífico trabajo “Merriweather Post Pavillion”. En muy poco tiempo, Animal Collective se ha convertido en la primera banda de culto del nuevo siglo/milenio, con su autodenominado post folk de base electrónica que ha creado adeptos tanto entre los oídos más cultos como entre el público más corriente, sediento de degustar sus percusiones tribales, extrañas polifonías y unas formas electrónicas muy diferentes, mezcladas a su vez con unas armonías vocales bastante sicodélicas. Unos verdaderos animales sobre el escenario.
The Wizard (US): La leyenda se escribe en el Sónar
Jeff Mills es un incondicional del Sónar, participa prácticamente en todas las ediciones y año tras año se da el lujo de hacerle quitar el sombrero a los más entendidos y al público general con sus actuaciones. El año pasado ya había dado una lección de maestría, buen gusto, sencillez y genialidad con su concierto bajo el nombre de X-102 Discovers the Rings of Saturn (a dúo con Mike Brikes); y en este 2009 retomó el nombre bajo el cual comenzó hace más de 20 años The Wisard, proyecto con el cual ayudó a dar forma a lo que hoy en día conocemos como Dj y música Techno. Techno con una pureza cercana al 100% y con otra novedad que el público agradeció: la de tocar en el Sonar Day, bajo el sol y con un público más fresco que el de la noche. Un verdadero lujo.
La Roux (UK): La nueva Diva del Electro Pop
Elly Jackson es referenciada como la nueva diva de esta corriente y su concierto en el escenario Sónar Village supo responder a las expectativas con un guiño muy gay pero con un directo clarísimo: encarna toda la esencia de los legados de Eurythmics o The Human League, y su Electro Pop melódico y purista invita a bailar desenfrenadamente. Ahora que el Rey del Pop ha muerto y sus seguidores buscan nuevos monarcas, La Roux bien podría mandarse a hacer una corona.
Crystal Castles (CA): Simplemente inaudito
El debut de Alice Glass y los Crystal Castles en Europa era muy esperado y miles de personas se acercaron al Sónar Nigth solo por ver a la canadiense dando gritos y revolcándose por el suelo. Todos querían ponerse a los pies de su ataque sonoro. Pero a veces hay fenómenos inexplicables y Crystal Castles pecó de inocente en Barcelona, con un retraso en el inicio de su show al que luego se sumó una serie de fallas en el sonido. La voz de Alice Glass apenas se podía distinguir y el público le dedicó una reverenda chiflada que la obligó a volver al camerino mientras el ingeniero del dúo trataba de enmendar lo sucedido. Aunque posteriormente el sonido mejoró algo, nunca llegó a estar al nivel de un grupo que basa su música en la voz de una sola persona. Será para una próxima.
Busy P (FR): El jefe de todo esto
El jefe, el duro, el patrón, el mandamás, cualquier calificativo se le queda pequeño a Pedro Winter, el amo de Ed Bagner Records y alguien con un palmarés bastante pero bastante envidiable; un tipo que pasó por ser arreglista de algunos de los discos de Kraftwerk, antiguo manager de Daft Punk o actual manager de Justice. Este cerebrito francés revolucionó la tarde del Sónar Day y puso patas arriba el Sónar Village enloqueciendo a un público sediento de baile y de emociones fuertes, presentando lo más destacado de su sello, valores jóvenes pero que derrochan talento como Jamie Pants, DSL o Breakbot para luego dar cierre a la edición de día del Sónar 09 con su directo bajo el seudónimo de Busy P. Una propuesta electro muy purista, pero que Winter quiere que suene en todo el planeta. No hay duda que lo conseguirá.
Konono Nº 1 (CG): Una mirada a la esencia
Era necesario que el Sónar diera una mirada a África y abriera sus escenarios al Continente Negro, en últimas de allí vienen todos los ritmos que componen nuestra música tanto antigua como las fusiones más modernas. La actuación de Konono Nº 1 fue muy esperada en el Sónar, de hecho los del Congo aprovecharon el viaje para hacer una gira adicional. Konono es música negra pero con un cierto aire punk. Este grupo lleva 25 años sobre los escenarios y su música es el resultado de mezclar la música tradicional de la etnia Bazombo del Congo con la electrónica, los instrumentos tradicionales de su tribu con los aparatos electrónicos construidos por ellos mismos con piezas de carros abandonados. Simplemente soberbio.
Alva Noto (DE): Sibaritismo musical
Más que un músico Alva Noto es un artista en todo el sentido de la palabra, un experimentador que ha sido capaz de construir un universo sonoro propio. Sus conciertos suelen ser un derroche de tecnología, arte y música, y casi siempre se hacen acompañar de más músicos como lo hizo en Barcelona en el 2006 con Insen y Ryuichi Sakamoto. Tres años después, en el Sónar, Noto exploró el lado minimalista pero sobretodo plástico de la electrónica por cuenta propia hasta convencer.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
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