Atmósfera ultratecnificada a la par que tribal, cyberdelia Funk, ambientes envolventes, carisma subterraneamente latino… Se trata de “From Inside”, el tremendo pepinazo con que se abre “Enfants Hiperactives Americains”, debut del madrileño Eduardo Benito (aka Soleil) y trabajo destinado a cambiarle la cara a la electrónica estatal.
Tanto “From Inside” como el orientalismo de “Osho Meditation”, la siguiente en la secuencia, desvelan parte de la columna vertebral del sonido Soleil, esto es, ritmos rotos, espíritu irresistiblemente groove, paisajes mestizos en continuo claroscuro y un ambiente hipnótico que, aún en los fragmentos más luminosos, lo domina todo. Ritmos de pulso tremendo que dan paso a composiciones de carácter aparentemente menos denso como “Chatte Solar”, Funk callejero de la vieja escuela que evoluciona hacia un delicioso pero inquietante Acid Jazz maquinal para, finalmente, hibridar ambas formas; o “Kyoko Date” y su Bossa Nova mutante, redefinida en un imparable y tribal monstruo House a medida que pasan los minutos. Pues bien, he aquí otra de las características de Soleil: nunca sucumbe al optimismo de las materias primas que maneja. No lo hace en “Kyoko Date”; tampoco se deja seducir en “Soleil”, cuyo relajante inicio marítimo se tiñe con un son brasileño deformado, sombrío, perfecto prólogo del House mecánico al que sucumbirá más tarde. Eso sí, que nadie me entienda mal cuando utilizo adjetivos como “maquinal” o “mecánico” pues me estoy refiriendo a las sensaciones que transmiten ciertos pasajes y no al sonido del disco, cuya excelente producción y masterización (Big Toxic en Toxic Audiodrome) le dan una vibración muy orgánica, rica en texturas.
“Compress It” hace honor a su nombre comprimiendo a base de potentes beats un torpedo de Funk guarrindongo cuyo peso sobre el cuerpo aumenta paulatinamente, logrando una presión demoledora que sólo se mitiga merced a un guiño final para Orbital que sirve de enlace con “No Soleil”, el último tema del disco, apoyado en un fragmento vocal de “Corcobado” y caracterizado por defragmentaciones estilísticas en la línea de los cortes iniciales: sensual, un tanto más etéreo pero muy infeccioso, con un hermosísimo epílogo escrito por piano y sedantes efectos que sirve a la postre como relajante cierre para “Enfants Hiperactives Americains”, un disco que sorprende por su elegancia, madurez y coherencia, que hacen pensar en un proyecto con varios trabajos a sus espaldas más que en un disco de debut, pero sobre todo por la gran variedad de postales sonoras que Soleil es capaz de ofrecer, dueñas todas ellas de particularidades individuales muy definidas pero unidas por un nexo común: la calidad. Enhorabuena.
Comentario: Jorge X.
(Fecha de la publicación: 11/10/2001)
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