Un nuevo trabajo de Sôber y de repente su música se oye en todas partes y el grupo pasa de desconocido a sonar en radiofórmulas, a tener póster en grandes almacenes y de ser una banda de minorías, aunque crecientes, pega el salto y lo conocen hasta los fans de Bisbal y familia.
¿El secreto?. Sôber ha fichado por Muxxic la etiqueta de Gran Vía Musical para sus artistas objetivo… una gran inversión en promoción y ya tenemos a un grupo en que todo el mundo se fija.
De todas formas es no es ningún reproche, tan sólo la descripción de la situación de la banda con la salida del nuevo disco… que está entrando en un nivel de público masivo. Al menos nos satisface que una banda de verdad, que se ha madurado con tiempo (podéis leer la entrevista que les hicimos en el 98 cuando grabaron su disco “Torcidos”) logre entrar en ese nivel y vivir bien de la música, en lugar de tanto artista mediocre de pop “latinorro” o música melódica ultracomercial.
Algo que deja tranquilo es escuchar el disco, pues no se han vendido con esperanzas de abarcar más público. Siguen siendo Sôber, quizás algo más limpios y accesibles, pero es un álbum que enlaza de forma natural con su anterior “Synthesis” y además la producción ha corrido a cargo del propio grupo (con Alberto Seara como técnico de sonido).
En las canciones hay metal que se debate entre las melodías, los riffs y las explosiones de contundencia. Con algunos temas especialmente pegadizos: “Arrepentido”, “Diez años”, “Hemoglobina”, “Cápsula”… y una temática que habitualmente juega con la ambigüedad entre las relaciones interpersonales y cuestiones psicológicas de reafirmación de la personalidad: la culpabilidad (“Arrepentido”), la libertad (“Diez años”), ansias de cambiar (“No perdones”), mantener la identidad y superar los golpes de la vida (“No perdones”), el temor al paso del tiempo (“Paradysso)… Además en ocasiones hacen referencia religiosas (“Arrepentido”, “Lejos”), pero siempre con cierto halo de misterio que obliga a reescuchas y relecturas de las letras y abre el campo de las interpretaciones.
El sonido del disco es potente, a la vez elegante, con arreglos de cuerda en “Hemoglobina” y “Paradysso”. También tiene un piano en el tema oculto que se haya en la pista once (varios minutos después de “Pardysso”).
En conjunto “Paradysso” es un buen disco, accesible, e incluso comercial (pero dicho esto sino sin ánimo peyorativo). Eso sí, Sôber siguen recordando con claridad a los americos Tool.
Para terminar, decir que Sôber se me antojan como el relevo destinado a llenar el hueco que dejaron Héroes del Silencio entre el público. No tanto por la música (que hay una gran diferencia) sino por la combinación de estética, personalidad, el tipo de letras (un trasfondo profundo, aunque permiten primeras lecturas más facilonas) y ese equilibrio entre dureza roquera y accesibilidad.
Comentario: F-MHop
(Fecha de la publicación: 03/10/2002)
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