Skunk Df: El año del dragón

Skunk Df: El año del dragón
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Skunk DF se han caracterizado desde sus inicios por ser una de las bandas más inquietas del panorama metálico, y es que el grupo siempre ha intentado buscar con qué innovar, y a su vez sorprender a la audiencia heavy.

No es que sus anteriores trabajos hayan dejado de existir, pero es que con “El año del dragón” el quinteto madrileño acaba de reafirmar su sitio entre los grandes del panorama nacional. La banda regresa con su nuevo trabajo, un disco que invita a las interpretaciones. La mía, tras escuchar varias veces el disco, es que Skunk DF van un paso más lejos que otras bandas del estilo. Si algo se puede alabar de este nuevo trabajo de Skunk DF es su originalidad porque frente a los miles de intentos “new metal” que cada día nos escupe la MTV y canales similares, el grupo ha pasado de seguir al pie de la letra los cánones del metal donde los riffs se repiten hasta la saciedad, imprimiéndole al álbum una linealidad y una coherencia que refleja la madurez que ha adquirido la banda. A lo largo de once temas, la banda desprende toda la imaginación y sabiduría posible, así como la experiencia de todos estos años, creando una obra llena de matices, variada, potente, y con muchos arreglos. El plástico comienza con el corte que lleva por título “22:50”, un pelotazo, con un estribillo de esos que siempre han gustado tanto al grupo, para con “Musa”, otro gran corte, más ralentizado pero igual de intenso. “El año del dragón”, “Alicia” o ” Nada será igual”, intensos, potentes, con una gran fuerza. Con “Mantis” la banda nos deja exhaustos en velocidad y potencia, todo bajo la gran voz de Germán González, más agresivo de lo habitual. “Polvo de estrellas”, “Dosis de fe” o “Icaro” con estribillos cañeros, contagiosos, conformando un conjunto de temas una vez más excepcionales. Y para cerrar el plástico el tema escogido es “Ego”, con el que reivindican como nunca la gran calidad que las bandas de aquí pueden llegar a ofrecer, y es que los de Madrid, han sabido seguir y mejorar con el paso de los años, convirtiéndose en toda una realidad, capaz de competir con las bandas de fuera. Claramente, se puede decir que el disco viaja en dos direcciones: por un lado se recupera la fuerza y la rabia propia del grupo, con riffs contundentes y pesados. Aquí hay que señalar la acertadísima labor de Alberto Marín a las guitarras que refuerza el sonido del grupo. Pero además de los poderosos ritmos, estandartes de una banda de este género, hay que resaltar el lado más emocional que nos muestran todas las canciones de este nuevo trabajo. Las letras vuelven a bucear en la interioridad de las personas, acompañadas de un alto componente de compromiso que nos retrata la decadencia de esta sociedad o las injusticias del mundo. El trabajo en el estudio ha dado un resultado envidiable incluso para tratarse de una banda nacional. Una vez más queda patente que no hace falta irse al extranjero para pulir un buen trabajo. “El año del dragón” se descubre en todo su esplendor cuando más lo escuchas, un disco del que sales totalmente satisfecho. Más que rock. Sin duda, éste es el año Skunk DF. Comentario: Cristina Cuenca.(Fecha de publicación: 2005/06/02)

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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