La banda catalana lanza el EP “La desconexión” con seis temas inéditos y colaboraciones interesantes,
Sigmund Wilder nació como proyecto personal de David Martínez a mediados de la década pasada. Desde entonces ha ido evolucionando a la vez que ha publicado diferentes trabajos. Pero ha sido con este nuevo lanzamiento de “La desconexión” con el que la formación barcelonesa intenta mostrar su carta de presentación definitiva ahora ya como una banda. Estuvimos hablando con David Martínez, alma mater y semilla de lo que fue ese proyecto inicial y estas son sus impresiones.
¿Como está Sigmund Wilder? ¿Tenemos Sigmund Wilder para rato?
Estamos mejor que nunca. Con este nuevo lanzamiento de “La desconexión”, ha sido la primera vez que nos hemos encerrado como banda en un estudio, ya que antes era un proyecto personal. Ahora somos cuatro músicos que hacemos una piña entre nosotros y que nos entendemos musicalmente hablando a las mil maravillas. Todo esto hace que, a día de hoy, estemos mejor que nunca porque este disco refleja lo que dice el dicho de que la unión hace la fuerza. Queda patente en el disco que somos cuatro tipos remando en la misma dirección. A ello sumamos a un quinto miembro indispensable como es Fluren.
Yo te acabo de conocer ¿puedes darme un par de pinceladas sobre quien es Sigmund Wilder, su historia y por ejemplo el origen del nombre? Es decir, el Preludio a la entrevista…
Pues todo empezó en 2017 con la publicación de “The art of self-boycott”. Por aquellos entonces escribíamos y cantábamos en inglés pero, con el tiempo, nos dimos cuenta de la barrera comunicativa que representaba el idioma cuando todos tus conciertos los dabas frente a gente que no lo hablaba. Tenemos dos LP y tres EP y nuestro último disco titulado “Desorden” data de hace 4 años. “La desconexión” arranca con este lanzamiento de “Desorden”, cuando nos damos cuenta de que el proyecto, tal y como estaba concebido entonces, deja de ser sostenible como proyecto personal. El concepto requería de esa banda-piña que te he comentado anteriormente. Ahí arranca el proceso de construir una banda buscando a los mejores, para empezar a tocar juntos como si empezáramos de cero, trabajando sobre las mismas ideas. Y todo ello desemboca hace año y medio en un estudio, donde nos encerramos y arranca un proceso arduo y costoso, pues es difícil encontrar ese momento en el que dices: “ahora ya le puedo dar al play”.
Tu anterior trabajo fue “Olympia”, donde revisitaste temas antiguos pero vistos bajo el prisma de cuatro grandes productores como son Sean Beavan, Paul Corkett, Steve Lyon y Tim Palmer. ¿Cuándo se apreciará definitivamente el papel que tienen los productores en un disco?
Yo creo que nunca y mira que su peso es infinito. Es una figura muy poco reivindicada históricamente. Creo que ahí tiene mucho que ver el ego de los artistas, el reconocer que hay un personaje ahí dentro que ha sido capaz de convertir tus ideas en un resultado final. Y mira que trabajas mano a mano con ellos como si fueras un equipo pero, desgraciadamente, son figuras muy poco reconocidas y creo que cada vez está más diluido. Destacar su figura implica ser humilde y hacerse pequeño. Pero así funciona la industria de la música. En la vida nadie consigue nada solo y la música no iba a ser menos.
Yo no concibo este trabajo (por ejemplo) sin la figura de los productores.
Tras cuatro trabajos y ocho años de vida, ¿el proyecto de Sigmund Wilder ha alcanzado su mayoría de edad, su estacionario? ¿Podríamos señalar un tema de este disco como lo que realmente define el sonido que anhelabas para Sigmund Wilder?
Sí, yo creo que sí. Con este disco yo creo que nos acercamos muchísimo al concepto que yo tenía cuando cree el concepto de Sigmund Wilder. En “La desconexión” hay un tema titulado “La bella Lugosi” que yo creo que define a la perfección la visión original del grupo. Es cierto que estas cosas solo se pueden ver a toro pasado. Cuando tú arrancas con un proyecto (sea lo que sea), empiezas con lo que tienes y vas construyendo poco a poca, a base invertir tiempo, energía o lo que sea y tiras de la técnica ensayo-error. De esta forma ves lo que te funciona y lo que no. Yo creo que ahora, tras ocho de vida, el sonido de “La desconexión” representa el sonido que Sigmund Wilder buscaba.
En este trabajo hay dos que destacan por contar con colaboraciones destacadas. ¿Por qué Mikel para “Toxico”? ¿Quién o qué ha sido tóxico para David en su vida?
Tristemente, la evolución de la sociedad en general y en este 2025 en el que nos encontramos, ya nos despertamos por la mañana inhalando toxicidad por todos los lados. Afortunadamente el día llega a su fin y nos volvemos a meter en la cama y desconectamos de todo lo que nos rodea. Escuchar noticias en la tele, en la radio, en la prensa es impregnarse de toxicidad. O las redes sociales, que son la toxicidad personificada. Y, de alguna forma, este disco habla de eso, de desconectar como método de supervivencia. Para ello no hace falta desconectar la tele, ni las redes ni las relaciones humanas. Hay que desconectar de la toxicidad. Respecto a lo de Mikel, el planteamiento fue similar al concepto del disco “Olympia” donde como íbamos nosotros a pensar que esos cuatro monstruos de la música iban a dignarse a trabajar con nuestro producto. Nosotros siempre partimos de la lista de deseos, de que nos gustaría que sucediera, porque partimos del no. Así que, igual que contactamos con estos cuatro señores, le hice llegar a Mikel, a través de una amiga en común que tenemos, esta canción. Desde que empezamos con la primera demo del disco, yo escuchaba a Mikel en esa canción. Y eso que, a nivel estilístico, no coincidimos, aunque para mí Erentxun es un referente en cuanto a la forma de interpretación y de entender la música. Y es que creo que ya en la génesis de ”Tóxico” está el ADN de Mikel. Así que lanzamos la caña y a los pocos días nos contestó diciendo que estaba encantado de participar en el tema.
¿Qué habéis querido representar con ese videoclip de una persona que vive obsesionada con algo, que parece que se le ha ido la pinza…? ¿Son las enfermedades mentales la plaga del siglo XXI?
Pues con el video introducimos un ingrediente que hasta ahora no habíamos manejado y que es el humor. Nosotros siempre hemos sido seriotes y no nos hemos dado a las risas. Y, aunque el tema que se trata en la canción es muy serio como es la toxicidad, el propio tema nos inspiraba a ir a un concepto de video que tuviera una historia divertida detrás, desdramatizando. Y así, como en “El show de Truman”, mostramos el día en la vida del tóxico que se levanta por la mañana, compra el “Ruta 66” y ve que tocamos en su ciudad. Y todo el video es la historia del boikoteo de ese concierto. Es como la película de “Misery”.
¿Y por qué “Cuando todo era inmortal” para Santi Balmes? ¿Ese verano del 93 te marcó tanto como a Bryan Adams el del 69?
Sí, sí. Love of Lesbian es otro de los grupos que llevo siguiendo desde hace mucho tiempo. Este tema se concibió como una canción que dispone de un fragmento recitado en medio de la misma. Eso me llevó al disco “El poeta Halley” de esta banda, donde en el tema homónimo al disco, hay un poema que lo recita Serrat. Y me pasó igual que con Mikel. Ese concepto me llevaba de lleno a este disco de los Love of Lesbian y que quedaría chulo seguir con la cadena. Serrar recitó en el suyo, Santi recita en el nuestro y quien sabe si yo algún día recitaré en el disco de otro artista.
Segundo trabajo seguido en castellano. ¿Lo del inglés lo tenemos ya aparcado definitivamente? ¿Has pensado alguna vez en regrabar en castellano lo que en su momento hiciste en inglés?
Sí que hemos pensado en regrabarlo todo en castellano. Esa tentación ha estado ahí siempre. De alguna forma sería acercar todas esas canciones a la forma que concebimos ahora de comunicarnos con nuestro público. El tema es si puedo invertir tiempo, dinero y cosas en reconfigurar lo que hicimos hace ocho años, que es como viajar hacia atrás u optas por pensar que eso se hizo así porque entonces pensabas que era lo correcto y que ahora toca construir presente y futuro. Y, en esa batalla, siempre pesa más la opción b.
El título de disco es “La Desconexión”. ¿De qué desconecta Sigmund cada vez que se sube a un escenario? ¿Del propio David?
Sin duda. Cualquier arte escénica requiere de esa desconexión. Pero el trasfondo que subyace tras la desconexión del título del disco es separar la autenticidad respecto a la superficialidad, la vanidad. Desconexión está sacado de la letra de “Cuando todo era inmortal”, que es un alegato a huir de todo eso. Pero cuando subes a un escenario desconectas de todo eso y toca meterte de lleno en las canciones y las historias que tienen dentro.
Aunque la música del disco está elaborada, sin embargo, su portada es de lo más sencillo. ¿Qué has querido plasmar en ella?
Creo que la simplicidad de las artes de nuestros discos persigue transmitir la información básica que necesitas saber sobre la banda: estos somos nosotros, esto es lo que proponemos y esto es lo que encontrarás. Y, por encima de todo, que el protagonismo de todo se lo lleven las canciones. Nosotros ya estamos dentro de los cuarenta largos y ya no estamos para ir haciendo portadas en las que salgamos bien guapos y pertrechados. Es que si no ese concepto iría en sentido contrario a lo que promulga el disco.
Siempre has hecho gala de tus influencias británicas, entre las que destacan David Bowie o The Cure, a los que has visto (según he leído) más de 80 veces. Si en una sola ocasión Robert Smith asistiera a un concierto de Sigmund Wilder ¿qué te gustaría que viera? ¿qué impresión te gustaría que se llevara?
Que pregunta más buena y que complicada la respuesta…Me gustaría que pensara que lo que ha visto ha sido de verdad. Tan simple como eso. No pretendería impresionarlo ni que saliera de la sala pensando que Sigmund Wilder es su nueva banda favorita. Con que se llevara la impresión de que lo que ha visto es auténtico me daría por contentado.
Eres periodista y músico. En ambas profesiones se pretende trasmitir algo. ¿Es más fácil hacerlo con la música o con la palabra?
Joder…has dejado las preguntas más complicadas para el final…Las dos cosas tienen matices. Como periodista cada vez es más difícil transmitir, pues ahora ya está todo prostituido. Si el matiz está en la transmisión escrita o en la musical, para mí es más fácil transmitir una historia desde el lenguaje escrito y mucho más fácil transmitir las emociones acompañado de una banda.
¿A que aspiran David y Sigmund Wilder en el mundo de la música? Este es el Postludio a la entrevista…
Perseguimos hacer discos que, si nosotros no fuéramos Sigmund Wilder, aun así, iríamos a la tienda de discos a comprarlos. También perseguimos que las canciones generen emociones en la gente que las escucha. Nada más.
La Factoría del Ritmo quiere agradecer a David Martínez de Sigmund Wilder y a Sara Moreno de Background Noise las facilidades dadas para llevar a cabo esta entrevista.
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).
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