SHERPA: El regreso de un hombre luchador.
Fue parte esencial de Barón Rojo en su etapa legendaria. Aportó composiciones musicales, su buen hacer al bajo, y, junto a su mujer Carolina Cortés, letras llenas de poesía, que suponían el complemento perfecto para la aportación más dura que hacían los hermanos de Castro.
Juntos los cuatro barones, con la baronesa en la sombra, escribieron páginas de oro de nuestro rock.
Pero el tiempo ha pasado, hace mucho que Sherpa dejó la formación, y también mucho que no volvía abrazarse al rock. Por ello este nuevo disco es tan especial… Nos reencuentra con un músico de gran trayectoria, ha habido muchas experiencias en otros ámbitos tras Barón Rojo, y nos acerca a un universo personal donde la lucha y el dar un paso más ha sido la constante.
Charlamos con él a finales de julio y nos encontramos con un buen conversador, con la cabeza llena de ideas en ebullición, y con una persona entusiasmada por lo que significa su nuevo disco. “Guerrero en el desierto” ha sido una autoproducción total… luchando por todo el concepto en todos los aspectos, desde lo musical a la portada y pasando por toda la cuestión técnica, económica y de promoción.
Once cortes que harán disfrutar a los aficionados al rock, muy atentos los fanáticos de Barón Rojo, y que además, como “detalle” extra, se hace acompañar del libro “Dando la nota”, donde Sherpa recoge algunas de sus más curiosas anécdotas de sus años junto a Barón Rojo.
· Escuchando tu disco uno saca muchas conclusiones y una de ellas es la importancia que tuvo para ti la ruptura de Barón Rojo y lo mucho que te marcó. ¿Este nuevo disco va a servir para cerrar la herida?
Yo creo que sí, aunque creo que la herida ya estaba cerrada, pero si quedó alguna cicatriz este disco es la cirugía plástica. Sí, además necesita de alguna manera exhortizar los viejos fantasmas del pasado, como digo en la canción “Guerrero en el desierto”. Y me ha venido muy bien. Hacía ya años que me rascaba la llamada de la sangre del rock y hace ya dos años que me puse en serio a pensar en el disco. Y el año pasado me puse en serio a trabajar en el disco. Y me ha llevado prácticamente un año… escribir todos los arreglos, escribir todas las letras…
· A muchos seguidores de Barón Rojo nos pasó que una vez que se produjo esa ruptura nos costó mucho aceptar que los hermanos De Castro siguieran con el nombre de Barón Rojo y fueran permutando las formaciones, porque nos parecía que faltaba el 50%. ¿Has escuchando los discos han seguido editando bajo el nombre de Barón Rojo?
No. Y en un principio podía ser por estar quemado, pero luego no ha sido por menosprecio ni nada. Si no porque prácticamente no me he querido interesar por el rock y lo he hecho aposta incluso, como para curarme la herida. Y he estado haciendo otras cosas en la música, otro tipo de producciones, otro tipo de canciones para otra gente… también para sobrevivir. Lo he podido hacer bien, no he necesitado galas ni nada para poder vivir, “yo soy un pobre que vive bien”, siempre digo eso. Y no he escuchado nada que te pueda decir… pero por los comentarios que he oído, y lo digo sin ningún rencor ni ánimo peyorativo, a gente que conoce su discografía me han dicho que no hay grandes cosas, que no hay nada comparable con nuestra época anterior.
· ¿Y has vuelto a tener algún tipo de contacto con ellos?
Muy poco, porque al principio quedamos muy mal, francamente. Quedamos de abogados y todo. La cosa estaba jodida. Porque el nombre era de los cuatro. La antigua Zafiro era una empresa para olvidar… que malos recuerdos tengo yo de esa empresa, que mal nos trató, que forma más mísera de tratarnos… nos puso la trampa de que si queríamos irnos de la compañía, después de estar 10 años con ellos, teníamos que comprarles el nombre… el nombre que era nuestro. Pero Zafiro se lo apropió como se apropiaba de todo en aquella época. Eran auténticamente miserables y nos pillaron con un contrato leonino y dijimos… “¿qué hacemos para recuperar el nombre?”. Y para recuperarlo tuvimos que firmar que renunciábamos de por vida a “royalties” y derechos de las canciones. ¡Alucina!.
· ¿Esto como se arregló?
Pues con la Zafiro actual, que son gente seria y llegamos a un acuerdo y recuperamos parte de los “royalties” que ha generado. Y gracias a Ariola (Nota: compañía que compró Zafiro) se palió esa historia. Lo que pasa que como nuestra relación no era nada buena… había dos bandos… los hermanos por un lado y Hermes y yo por otro… ¿Cómo se solucionaba eso?. Yo no podía seguir en el grupo con el mal rollo que había, era de no hablarnos durante meses, era una cosa espantosa. Al final la cosa se quedó en que podía haber habido dos Barón Rojo perfectamente. Hermes y yo podíamos haber hecho una formación y los hermanos haber hecho otra… Y eso a mí me parecía tan espantoso, tan horrible, que preferible alejarme del asunto y el tiempo dirá… Y yo creo que el tiempo ha dicho.
· ¿Y con Hermes has seguido en contacto?
Hermes es una de las mejores personas, y más nobles, que yo me he encontrado en mi vida. Y gracias a él el grupo duró 10 años, porque si no hubiera estado Hermes de por medio templando ánimos, creo que yo al tercer año habría salido rebotado de la historia. Porque hubo muchos malos rollos y yo tuve que tragarme muchos sapos, supongo que los hermanos por su lado también se los tragaron conmigo evidentemente… Cada uno tiene su versión y yo no pretendo tener la razón. Ahora, lo que yo sí te digo, es que yo siempre puse el corazón en todo lo que hice y di mucho al grupo, creo que fui bastante generoso con el grupo, yo aporté idea, canciones, letras, portadas, el anagrama de Barón Rojo, que Zafiro ni me lo pagó y se apropió de él de forma fraudulenta. Yo creo sinceramente, que he dado mucho y he dado mucho cariño a mis compañeros y que no ha sido la recíproca. Yo he recibido muchas puñaladas y he sufrido, porque soy una persona sensible. Soy un guerrero, pero un guerrero que siente, un guerrero que acusa los golpes… y ha habido muchos golpes que me han dolido mucho, mucho, mucho… Y luego durante muchos años se han dicho cosas de mí, que han sido muy ofensivas.
Yo he estado callado porque no quería meterme en esas historias chungas, de rencores. Pero estamos en otro tiempo y para adelante… en la carretera de nuevo.
· Para los que conocimos Barón Rojo un poco tarde, por cuestión de edad, percibimos aquella época desde el 81 hasta el 85 o como algo mítico con el rock duro y heavy metal arriba de las ventas y llenando estadios. ¿Fue realmente así? ¿Hubo una relación con el público tan especial?
Sí, lo fue así. Y sin ánimo de darme ningunas ínfulas, ni poner a mi grupo por delante de nadie. La verdad es que a Barón Rojo el rock español debe agradecerle el que le subiera de categoría. Lo digo de una forma absolutamente sincera. Barón Rojo con sus letras y con la aportación de Carolina Cortés, mi mujer, que era la quinta barón, y con la clase y la cultura que se imprimió en nuestras letras. Por primera vez en la historia del rock español, hubo gente como Paco Umbral, como Joaquín Leguina cuando era presidente de la Comunidad, e incluso Felipe Gonzalez, e incluso periodistas y afamados escritores que se confesaban fans del Barón. Porque éramos un grupo serio, que decíamos las cosas de forma culta y de forma seria. Y gracias a Dios ahora nos lo reconocen muchos compañeros… “la verdad es que fuisteis la locomotora para nosotros”. Y es más… cuando Barón se eclipsó, se eclipsó el rock otra vez.
· Resulta curioso, que en aquella época estuvísteis vosotros, estuvo Obús, Bloque, Asfalto… Un montón de grupos fantásticos y sin embargo mucha gente piensa que solo existió lo que se llamó “la movida madrileña”…
Sí, desgraciadamente nosotros éramos gente incómoda, porque éramos gente que protestaba y no es lo mismo decir “criminales disfrazados, seres sin razón, ni piedad, no hay palabras en el mundo que definan vuestra maldad, resistiré hasta el fin”, que decir “terror en el hipermercado, horror en el ultramarinos”… Qué tenía su rollo también eso… tenía su rollo cachondo. Pero nosotros éramos los incómodos, éramos los melenudos.
Te voy a contar una anécdota que me dolió muchísimo, y no quiero con esto dar la sensación de estar resentido, aunque sí lo he estado durante muchos años… Cuando Barón Rojo estaba arriba, La Cruz Roja española hizo una campaña televisiva, para el Oro de la Cruz Roja, en el que salían muchos artistas diciendo “compra los lingotes de la Cruz Roja…”. Entonces pidieron la colaboración de los artistas que más sonaban en aquella época… Radio Futura, Gabinete Caligari, Miguel Bosé y en el rock… Barón Rojo. Entonces el productor que iba a hacer el spot, porque era un spot cantado, me llamó y me dijo “estaría muy bien meter a Barón Rojo aquí, porque me lo han pedido”… “ha, estupendo, ¿cuándo quedamos?”. Nos citó a mí y al grupo a una hora determinada un día concreto y justo ese mismo día, dos o tres horas antes, me llama el productor musical y me dice… “oye Sherpa… en fin es que no sé como decírtelo… que no vengáis al estudio”. “¿Y esto?, ¿qué problema hay?… háblame claro”. “Es que el presidente de la Cruz Roja me ha dicho que no quiere pelos largos”. Fue un golpe a mi dignidad y a la del grupo.
Pero aún así, te das cuenta de que nunca nos podemos quitar el estigma de ser los hijos de Caín, esos gruñones que protestan y que van con los pelos largos, aunque luego, cuando nos conocen, como nos conocían en muchos hoteles que íbamos, nos decían… “se ve con esa pinta tan agresiva y luego resulta que sois unos caballeros”. Claro que éramos unos caballeros, porque no está reñido lo cortés con lo valiente. Y nosotros éramos unos tíos que en el escenario adoptábamos una aptitud roquera dura, pero nuestras canciones no incitaban a la violencia, incitaban a pensar… a reflexionar libres, que es muy distinto.
· ¿Y la relación con el público?
Siempre ha sido fantástica. Mira, curiósamente… nunca hemos tenido altercados de rollo violento. Jamás. Porque nuestras canciones apaciguaban. Nuestras canciones tenían una válvula de escape que era la marcha. Y la marcha te libera, porque es como una catarsis. Pero nuestras letras eran para pensar y de hecho actos violentos en nuestros conciertos ha habido los mínimos. Porque nosotros no éramos como el movimiento punk, que escupía, sacaba los cuernos y vomitaba a la gente. Nosotros éramos de otra historia.
Yo siempre lo comparaba con caballeros templarios o con los cruzados de la
abla del rey Arturo. Y nuestro grial era la libertad.
· Algo que caracterizaba al público en aquella época es que estaba muy delimitado la gente que le gustaba el heavy metal, la gente que le gustaba el punk, la que le gustaba el pop… Y eso ha ido evolucionando… ¿has costado esa evolución? ¿cómo la consideras?
Yo soy un tío que no me he cerrado nunca a ningún movimiento musical, ni a ningún movimiento artístico. Yo aunque estaba muy desconectado un día iba en el coche oyendo la radio y oí un grupo que dije… “qué grupo más bueno, ¿qué grupo es éste?”. Y era Sôber. Ni tan siquiera me quedé con el nombre. Y decían, “decir sí a ser libre”. Sin embargo no es heavy metal clásico, ni tan siquiera sé los nombres que se da a esos estilos… yo le llamo rock tenebroso en el sentido de que tiene acordes muy graves. Para mí sería rock undeground, que quiere decir que sale de debajo de la tierra, que tiembla cuando suena por los acordes graves que tiene y las melodías y las armonías… Y luego, he visto otros grupos… por ejemplo a mí, hay ciertos raps que me encantan y hay cierto Hip Hop que me gusta. A mí me gustan muchísimo Red Hot Chilli Peppers, por ejemplo. Y también Papa Roach y Linkin’ Park, aunque estos me aburren ya un poco porque repiten demasiado la fórmula. Y Marilin Manson y Slipnot. No te digo que me pudiera dar un atracón de ello, pero mira que riffs más potentes y más acojonantes. Y ¿es que eso no es heavy metal?. ¿Y quien sería capaz de decir lo que es heavy metal?. ¿Quién sería capaz de negar a Deep Purple, Metallica, Motorhead o AC/DC?…
Si comparas a AC/DC con Deep Purple no tienen nada que ver y sin embargo se les acepta. Y por que los chavales, lo que no lo aceptan, no lo hacen en el mismo bloque a grupos como Sôber o como Sherpa… Si todos hacemos música hecha con el alma, con el corazón, y bien hecha, y profesional.
· Pero supongo que cuando hayas ido a conciertos habrás visto esa apertura… Que en un concierto de metal hay gente con camisetas de rap.
Sí, si lo he visto y me gusta. Pero en aquella época estaba muy radicalizado todo. Demasiado. Y a mí lo radical no me gusta. Yo no soy radical. Lo detesto. Porque todo tiene una época y la época radical ya pasó, ahora llega la época de reflexionar, de pensar, y de ser más inteligente de lo que hemos sido.
Nosotros, por ejemplo, tenemos mucha culpa de que la movida nos segregara, porque había gente que decía en el micrófono “Mecano son unos moñas y unos gilipollas”. Pues Mecano tenía unas canciones “cojonudas”, queramos o no queramos, otra cosa es que tú vibres con esas canciones, pero no tienes que dejar de reconocer que sus canciones eran “conjonudas” y no en vano eran los número uno de su estilo. Y otra gente las tenía… y yo escucho a Isabel Pantoja y digo, esta canción es “cojonuda”… en su rollo, en su historia. Yo no me compro un disco de Isabel Pantoja, como ella no se lo comprará de mí. Pero no dejo de reconocer que es una cosa hecha de “puta madre” y que en su estilo es la mejor. Y eso es pensar con un poquito de inteligencia y no ser radical. Y no decir “estos son unos moñas” y los otros “esos del heavy metal llevan los pelos sucios y son unos guarros”. Pues eso nos hizo mucho daño.
· ¿En qué proyectos estuviste antes de Barón Rojo?
Antes yo estaba un poco perdido, porque a mí me querían lanzar en plan cantante guapito y roquero, cuando era delgadito y joven. Y yo no me veía en ese rollo, a mí me gustaba la caña, me gustaba el rock and roll. Yo quería sonido de grupo, a mí me encantan las guitarras eléctricas, la batería, el bajo y los punteos. Es lo que me pide mi hígado y mis pulmones. Entonces estaba ahí, que sí, que no, medio solista, medio grupo. Hasta que me metí en el conservatorio y estudie cinco años de solfeo y tres de contrabajo. Y ahí conocí a los hermanos De Castro y un día nos juntamos para hacer unas galas como el grupo Coz. Y después dijimos… “bueno chicos, ha sido un placer, hasta luego”… y de repente “pero porqué nos vamos a separar, si esto suena cojonudo… hay química entre nosotros… ¿porqué no seguimos y hacemos otro grupo? ¿qué ideas tenemos?”. Yo saqué varias ideas y saqué “El pobre” por ejemplo y “Barón Rojo”, todavía no había nacido Barón Rojo pero seguimos los cuatro, hasta que llegó Vicente Romero y dijo, “eh!, troncos, darme una maqueta que se la voy a enseñar a Zafiro, que esto suena “que te cagas””. Y con el sello Chapa de repente buscamos nombre, nos pusimos Barón Rojo, comenzamos a vender discos y fue la vorágine.
El sonido de las guitarras de los hermanos y el sonido de mi bajo, que yo venía además del jazz-rock… Estaba muy metido en Chick Corea, Stanley Clark, Weather Report… y de hecho en muchas armonías de las que hago en con el bajo en las canciones de Barón Rojo hay reminiscencias de esa época. Escuché mucho a King Crimson, que es uno de mis grupos favoritos, tengo todos los discos de Génesis, tengo casi toda la discografía de Yes, y me gustaba muchísimo Cream con Eric Clapton.
· En tu nuevo disco le dedicas una canción a AC/DC, un grupo del que se notaba la influencia en Barón Rojo. ¿Qué significó para ti AC/DC y que significa actualmente?
AC/DC era un cañonazo. Ver a Augus Young, que es el alma del grupo en un escenario, es electrizante totalmente. Yo me acuerdo que Manuel Vicent, que es un cachondo, presenció el concierto de AC/DC en el pabellón de Madrid y decía “ese guitarrista, que parece un niño furioso al que le han enchufado un cable de 15.000 voltios en el culo”… me hace mucha gracia por que el tío estaba flipando viendo a Augus Young tocando de esa manera. AC/DC son la hostia. Quizá repiten demasiado también su fórmula, que es una fórmula muy sencilla, muy básica, pero tienen unan canciones que para mí son acojonantes. Con tan pocos medios no se puede hacer tanto sin talento que tiene estos tíos.
· Antes comentabas que para hacer éste disco has estado como un año de preparación y otro más de trabajo. Y sin embargo los de Operación Triunfo no sé si tardaban dos o tres semanas en sacar un disco entero. A quienes además tú les dedicas una canción. ¿Esta gente te da más rabia o pena?
Yo creo que soy una persona bastante respetuosa, pero hay cosas que me soliviantan. Yo te pondría un ejemplo… a mí me gusta mucho la montaña… Imaginemos que en el monte Everest, que es el más alto del mundo, en la cima está el poder y la gloria, como decían Saxon. Imaginemos que todos ansiamos el poder y la gloria. Y tenemos el derecho a ansiarlo y tenemos la capacidad de ascender con nuestro esfuerzo. Y entonces todos somos montañeros y estamos escalando por la cima del Everest hasta llegar al poder y la gloria, la fama y el dinero… Unos llegan, otros llegan sin oxígeno, otros medio hechos polvo, otros se despeñan y se matan, otros se quedan congelados clavados en una pared y cuando tu estás llegando a la cima, oyes el ruido de un helicóptero y de repente se posa en la cumbre y llegan los triunfitos. Y dicen, “hemos llegado al poder y la gloria”. Joder!, que no es esto el juego, que os ha traído un helicóptero. Os ha traído una televisión que os ha estado promocionando año y medio sin parar todos los días y a todas las horas. Y a mí me han negado el pan y la sal y a mis compañeros, a muchos grupos, a muchos cantantes. Para conseguir un programita de televisión, hemos tenido que mendigar, que hacer pasillo, que llorar, que rasgarnos las vestiduras… y eso escuece. Sobre todo cuando te quitan el trabajo. ¿A quien contratan los ayuntamientos en verano?. Pues a quien está en el candelero… en televisión saliendo todo el día. Y durante tres años los que han trabajado, los primeros, han sido ellos. Y eso no me parece justo. Me parece justo que trabajen, pero no que me quiten el trabajo a mí de rebote. Esa es la historia y yo no hablo por mi mismo, porque yo no he necesitado galas para vivir, pero he visto a muchos amigos míos que las han pasado putas, putas, putas… Y no solo amigos del rock, sino amigos incluso de orquestas, que las han pasado putas para llegar a fin de mes. Y veías a Rosa que cobraba 12 millones. ¡¡No hay derecho, tío!!. ¿Porqué cobras 12 millones?. Porque estás saliendo todo el día en la tele.
· En esa canción colabora Fortu, Julio Castejón y Carlos de Sôber. Y existe esa leyenda de esa rivalidad que existía entre Obús y Barón Rojo. Y nunca he sabido si era una rivalidad real o una rivalidad promovida por la discográfica.
Era una rivalidad real, pero no era tanto rivalidad artística, porque Obús han sido lo suficiéntemente inteligentes y sensatos como para reconocer la valía del Barón. Y nosotros también éramos lo suficiéntemente sensatos, para reconocer que los tíos encontraron su público y sus canciones. Lo que había era una rivalidad territorial, porque como nos metían juntos en todos los sitios. Y en aquella época los escenarios no eran “supercalifragilísticos” y llevábamos “equipatas” de toneladas y nos pegábamos por colocar nuestros equipos. Era ese tipo de rivalidad, pero rivalidad artística en absoluto.
Y además ahora nos llevamos de puta madre.
· Y luego está Carlos de Sôber, sabemos que en el Viñarock saliste al escenario con ellos.
Sí, me invitaron y estuve muy feliz.
· ¿Cómo se produjo el contacto?. ¿Casualidades de la vida o lo buscaste tú?
Casualidades, porque me llamó el hijo de Papi, del que son los locales de ensayo y me dijo “Sherpa, a ver si te pasas un día por aquí, que hace años que no te vemos. Y además tengo aquí ensayando a Sôber, que de vez en cuando hablan de vosotros. Y estaría muy bien que os conociérais.”. Así día les llamé y le dije que si les gustaría colaborar en un disco mío. Los tíos encantadores dijeron que por supuesto y así surgió.
Luego me han comentado, que cuando eran jovencitos… Porque cuando Barón Rojo estaba pegando, Carlos tenía 9 años y Jorge tenía 12. Osea que eran unos chavalitos, que se encontraron con Barón Rojo y con Iron Maiden. Y que los chavales sepan que Sôber son fans de este tipo de grupos. De ahí surgió una simpatía y una amistad.
Estuvo muy bonito, cuando salimos a cantar “Los roqueros” en el Viña Rock, que la hicieron de puta madre además. Yo estaba un poco “acojonao”, porque había como 60.000 personas gritando. Pero creo que hice una faena que estuvo bien.
· Te iba a preguntar sobre la canción “Guerrero en el desierto” en la que hablas sobre los libros de Carlos Castañeda. Y la verdad es que yo no le conozco y me gustaría que nos hablaras un poco sobre ese autor y sobre los temas que tratan sus libros.
Lo primero de todo, yo no quiero hacer proselitismo de las ideas de Carlos Castañeda. Yo simplemente he contado una experiencia mía, de algo que me hizo mucho bien, que fue leer su libro. Su primer libro, porque tiene una saga como de 15 libros. Así someramente explicado… Carlos Castañeda es un escritor “best seller” en el mundo entero. Ha vendido millones de libros y siguen vendiéndolos. Era un antropólogo que estudió en la Universidad de California, en Los Ángeles, que como final de carrera tuvo que hacer una tesina sobre las plantas psicotrópicas y los usos y costumbres de los indios del desierto de Sonora. Y se encontró, porque el destino así lo quiso, con un indio que en apariencia era un viejecito, pero que resultó ser un gran brujo, un gran hechicero y un gran sabio. Que le enseñó cosas que se pueden calificar de espeluznantes, sobre otras realidades que hay en otras dimensiones, en otros mundos, en otros universos paralelos. Y éste hombre comenzó a engancharse con la historia, se olvidó de hacer su tesina. Pasó de lo de las plantas psicotrópicas y adquirió otros conocimientos, que poco a poco durante años el brujo, llamado Juan Matus, le iba proporcionando. Haciéndole cierto tipo de rituales, de iniciaciones. Y a mi me hizo mucho bien ese libro, porque cuando estás deprimido, estás perdido y estás hecho polvo, de repente encontrar una guía, un faro que te guía durante un trecho del camino, pues eso se agradece.
Y yo quería hacerle un homenaje, a Carlos Catañeda, y desde luego aquel que es buscador y yo me considero un buscador, no digo de categoría, porque hay buscadores muy aguerridos y muy valientes. Yo soy un buscador pequeñito, chiquitito, pero busco el porqué, la verdad. Me gusta la verdad siempre, odio la mentira y además se me da muy mal mentir y no quiero mentir. Porque para mentir hay que gastar mucha energía, hay que organizar muchos esquemas para que no te pillen. A mi gusta la verdad y me gusta más la verdad suprema… que coño hago en este planeta, porque he nacido, para que he nacido y porque me voy a morir. Yo eso me lo planteo todos los días.
Y como en un momento, cuando era jovencito, fui un cristiano sincero. Osea que el personaje de Jesucristo a mi me caló muy profúndamente, luego en otra época seguí a un Gurú e hice meditación trascendental, en otra me enganché con la doctrina de Buda, y que creo que sigo enganchado todavía, pues también en otro momento me enganché con el movimiento de Carlos Castañeda y creo que me hizo mucho bien.
Es ir buscando y usar en el camino lo que te sirva, es como en el marathon cuando encuentras mesitas cada “X” kilómetros puestas y cogen una botella se la beben y la tiran. Pues eso nos pasa en la vida, a los que vamos buscando… de vez en cuando encuentras una mesita y bebes de un libro o de una persona que conoces y eso te refresca y sigues con el camino. Porque no importa llegar al final.
· Tienes dos canciones, una dedicada a Fidel Castro y otra al rey de Marruecos. ¿Hechas de menos esa parte de reivindicación política que había hace años en el rock y que ahora se ha perdido o bien se ha quedado en reductos muy underground?
La verdad es que no lo sé, porque en esto soy muy paleto. Tengo muy poca información sobre los grupos de ahora y sobre sus letras. Pero yo sigo siendo el mismo. Yo soy un protestón, cuando algo no me gusta protesto y me cabreo.
En una época de mi vida, cuando era más joven, tenía simpatía por la revolución cubana. Cuando eres joven ves las cosas de una manera.. pero cuando la revolución cubana dura 45 años ya, dices… “aquí está fallando algo”. Si la gente se tira al mar en una balsa y es capaz de arriesgar su vida con sus niños pequeños, agarrados a una balsa y que se los coman los tiburones, es que están mal… ¡joder!. Es que algo no funciona en ese país. Por mucho que me quieran poner en los telediarios que hay un millón de personas escuchando durante 10 horas un discurso de Fidel Castro. Algo pasa ahí… Y además la gente no puede hablar libremente. ¿Porqué la revolución tiene que durar 50 años?. ¿Y porque un señor tiene que decir lo que tiene que pensar o lo que tiene que desear una persona?.
Yo hace poco le oí a Fidel Castro en la televisión que dijo “los que se van en la balsa, lo que quieren es tener una nevera y un carro, un coche”. Y digo yo… “Claro que sí, y ¿quién coño eres tú para censurar lo que quiere una persona o a lo que aspire una persona? ¿Quién eres tú para decir que alguien quiere una nevera?. Seguro que tú, en tu palacio, tienes una nevera y seguro que tienes un buen coche”. Es que es muy fácil, cuando estás arriba en el poder, dictar como se debe portar un pueblo. Y eso a mí me indigna.
Y lo que me indignó sobre todo fue cuando fusiló a estos pobres chavales que el mayor creo que tenía 19 años. ¿Cómo fusilas a unos chavales que no han matado a nadie?. Que sí… que han intentado secuestrar un barco para irse a Estados Unidos y que tienen que tener su castigo ejemplar, porque tal… hasta ahí incluso puedo llegar… pero que les quites la vida, ¿con qué derecho?. ¿Con qué derecho matas a unos chicos jóvenes?. Sobre todo cuando la muerte te está esperando ya muy cerquita, porque ya tiene una edad… Vete del mundo, pero no te vayas con esas tres muertes sobre tu conciencia. Que es horrible, que es una lástima que hayas fusilado a unos chavales.
Sin embargo muchos compañeros míos no protestan por eso. Y a mí eso me ha indignado… que tiparraco, que tipo más miserable, voy a hacer una canción y le dedica una canción.
Sé que me voy a crear enemistades, pero me importa una mierda.
· Luego tienes una canción dedicada al rey de Marruecos… el caso es que enlazan la una con la otra y al final los extremos se tocan.
Sí, porque está el sultán del Caribe y el sultán del Mediterraneo. Aunque en realidad ni tan siquiera está dedicada al rey de Marruecos, para mi no tienen ninguna categoría para dedicarle una canción mía. Está dedicada a la pobre gente que se muere ahogada intentando llegar a nuestras costas. Está dedicada a esa pobre gente. “Cuerpos sin vida, pobre final, que a la deriva flotando van…”.
Lo que pasa que a mí me choca muchísimo, un pueblo que vive prácticamente en la miseria, que tenga su padre espiritual, que se supone que es el comendador de los creyentes, y sea una de las mayores fortunas del planeta. A mi eso… me rechinan los dientes.
Y la gente se está yendo, intentando llegar a la otra costa y se ahogan y se mueren. Algo terrible pasa ahí. Y lo ves en los telediarios y te estomaga… se te quitan las ganas de comer. A esa gente está dedicada la canción.
Yo ya sé, que… haciendo amigos. Pero lo siento, a mi edad ya… tengo que decir lo que siento, porque sino a lo mejor me muero de un cancer de no decir lo que siento.
· Hasta la grabación de éste disco has estado apartado del mundo del rock, pero no del mundo de la música y según la información que hemos obtenido hiciste un disco de country, has escrito música sinfónica… Cuéntanos un poco todo eso…
El disco de country que hice fue para Coyote Dax, que lo grabé en Nasville, que es el corazón country de Estados Unidos y por ende del mundo entero. Donde están los mejores músicos de country e hice una producción de disfrutar mucho.
Luego hice una producción para Ariola, de un grupo que se llamaba Tic Tac, un grupo de niños. Con canciones muy bonitas. Canciones serias, eh!, no canciones de “Coco gugua”, sino canciones serias. Con letras bonitas, hechas por Carolina, por mi mujer. Y se vendieron bastantes discos además.
Luego formamos un grupo para hacer canciones de los años 60, sobre todo de los Beatles. Para disfrutar, para reirnos. Hacíamos un show en sitios así pequeños, en tipo Rock’n’Roll Café, tipo Hard Rock, y hablábamos con la gente, decíamos cosas, contábamos chistes.. Y luego tocábamos “de puta madre” canciones de los años 60. Y disfruté mucho.
Luego he estado haciendo grabaciones para otra gente, he hecho coros… Realmente estos años me lo he pasado bien.
· Y lo de la música sinfónica…
Me encargaron hacer un arreglo para el himno de Asturias, el “Asturias Patria Querida”, y yo le hice una overtura que me quedó fráncamente bonita. Y le hice unos arreglos orquestales que allí en el teatro, la estrenamos con los Virtuosos de Moscú, que es una formación de contrabajos, chelos, violines, trompa, fagot, oboe… los que se escindieron de la famosa Sinfónica de Moscú. Y aquello sonaba maravilloso… Fue una experiencia bonita, bonita, y allí está mi himno de Asturias, que aunque no es muy conocido, me han dicho que el arreglo que hice es el más bonito que se ha hecho.
· También sé que tienes mucha vocación por la pintura.
Sí. La pintura es que es hermana de la música. Y yo soy muy impresionista expresionista, que son los roqueros de la pintura. El movimiento este aleman de pintores como Cocosca y toda ésta gente. Que son pincelada muy gruesa y todo muy espontáneo… Muchos oscuros, muchos rojos, muchos blancos y muchos grises. Y es que mi carácter es así además. Y curiosamente es la pintura que mejor me sale. Además he hecho exposiciones y he vendido bastante bien. Y ya te digo, la pintura es hermana de la música totalmente.
· También te iba a preguntar por Carolina Cortés, que además de ser tu mujer, firmó parte de las canciones de Barón Rojo. También hay una canción que ella firma contigo en el nuevo disco. Luego me has comentado las canciones que ella escribió para Tic Tac. Es como una gran desconocida… a todo el mundo que nos gusta Barón Rojo sabemos que está ahí, que su figura fue muy importante, pero no sabemos si antes estuvo en algún grupo…
Ella es actriz profesional. Además con carnet de actriz. Carolina hizo la carrera de Arte Dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático que estaba en el conservatorio de Madrid.
Lo que pasa es que el mundo del teatro ha estado siempre muy mal. Trabajas por dos pesetas y hacías dos funciones diarias… Y prác
icamente yo no la dejé irse por ahí a ganar 2.000 pelillas y hacer dos funciones. Como nos buscábamos la vida por otro lado, pues bueno… Pero Carolina es una persona interesantísima y escribe maravillosamente bien. Tiene dos novelas escritas, que haber si las termina y Carolina es un artista.
· En otro terreno… el año pasado estuviste en la convención Barón Rojo. Y es que una de las personas que lo organiza, Jose Francisco de Guevara Ferri, es una de las personas que colabora en La Factoría del Ritmo. ¿Cómo fue ese encuentro?
Muy bonito, muy cariñoso… encontrarte con la gente que te quiere y te recuerda… emocionante.
· Y última pregunta… Es sobre una anécdota que a mí me vino varias veces, pero no sé si será cierta… lo que se contaba es que hubo una actuación que organizó el Ayuntamiento de Madrid en la que actuaba Barón Rojo y la Polla Records… Y que hubo altercados porque se pegaron los heavys y los punkis. Era por preguntarte si eso fue cierto…
No. Francamente, no me suena. No me suena el haber actuado con esos chicos, y además que hubiera una pelea… Porque si hubiera habido una pelea yo la habría parado, como he parado varias… Yo en varias ocasiones en estos 10 años yo vi que se estaba peleando gente y paré de actuar. Y cuando paras ya la gente dice… “hay, que ha pasado”. Y dices, oye troncos, a que hemos venido aquí. ¿Hemos venido a divertirnos, a desfogarnos con la música o a matarnos?. A ver a que hemos venido… “no, no, a divertirnos, el rock…”. Es el rock lo que nos mola o es matarnos, no?. “No, no, el rock”. Pues venga, pues el rock. Así que… y de repente era como un hecho mágico… la gente se dejaba de pegar. Era como un hecho mágico.
Yo en el escenario sentía bastante poder de convicción. Y si encima los chavales te entienden y te quieren, pues te hacen caso…
La verdad si hubiera pasado algo de eso, yo me acordaría.
· Y una despedida final…
Quería decir a los colegas que nos están leyendo, que el Libro de “Dando la Nota”, que muchos chavales lo anelaban, lo ansiaban porque no lo tenían, lo regalamos con el disco. Además en un formato como CD que es muy rico para guadárselo en el bolsillo y leerlo en el metro, en el autobús o en el tren. Y además que sepan los chavales que éste disco me lo he sufragado yo, con un socio, con un amigo mío, que ha creído en el disco y nos hemos pagado la grabación, la edición, el prensaje, yo me he hecho las fotos, la portada del disco, la contraportada, la pintura de la portada, el diseño lo ha hecho otro amigo. Osea que ha sido una autogestión y que aquí ya no hay multinacionales, ni leches. Y que el disco, junto con el libro que se regala, está a un perfil muy asequible en cualquier gran superficie y cualquier tienda de discos. Eso que lo sepan los chavales, porque hemos hecho un gran esfuerzo.
Entrevista por: F-MHop
Fotos por cortesía de Fernando Bravo Marketing y Comunicación
(Fecha de publicación: 19/08/2004)
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 18 (sección: Entrevistas).
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