De nuevo teníamos la oportunidad de ver a Sex Museum en el Indian, el segundo año casi consecutivo que esto sucedía, lo cual resultaba un magnífico plan para esa noche, si te gustaba la buena música en directo.
De camino al Indian iba pensando en lo injusto que es que un grupazo como Sex Museum no sea mas conocido en España. Nacidos a mediados de los ochenta en el castizo barrio de Malasaña, son exponentes claros del poderío hard-rockero, garagero-psicodélico en España. Tal vez el cantar en inglés (hubo un pequeño experimento en español al principio de su carrera) no les haya permitido llegar a cotas mas altas de popularidad, como en el caso de Los enemigos, coetáneos de Sex museum. Y digo tal vez, porque no se me ocurre otro motivo para que esta banda, con quizás el mejor directo de rock de España y parte del extranjero, no sea una banda realmente conocida mas allá de los círculos habituales del publico roquero español.
Con estos pensamientos llegué a la sala Indian, donde pude comprobar que la afluencia de público era menor de la que yo me imaginaba (en torno a 150 personas), quizás la entrada fuera un pelín cara, aunque visto lo visto, merecía la pena.
El escenario estaba dispuesto tal y como las bandas de los 70´s solían hacer. Batería transparente a lo John Bonham, cabezal y pantalla de bajo, el trepidante Marshall de 1959 del alma mater y compositor del grupo, Fernando Pardo, y el poderoso y efectivo Hammond marca de la casa, manejado por Marta Ruiz (atención cotilleo marujil; Según me entere esa noche, casada con Fernando Pardo).
La verdad es que el concierto no defraudó para nada. Sonido potente y de elevado volumen (como debe ser en un concierto de rock) sirvieron de marco para que fuesen desfilando los clásicos de Sex Museum (mas de 8 discos a sus espaldas). Two Sisters, I´m moving, Flying high, y por supuesto no podían faltar las míticas versiones de los australianos AC/DC “Whole lotta rosie”, de los ingleses Deep purple “Speedkings”, y The Who “I´m free”.
La voz de Miguel Pardo sonaba casi enterrada entre el trepidante ritmo impuesto por la base rítmica, a la que se sumaba la fiereza guitarril de Fernando Pardo y el incendiario Hammond. Incluso son capaces de mezclar su sonido setentero con toques electrónicos (samplers y demás efecto pre-grabados) que utilizaron en mas de una canción con resultados óptimos.
Así, de esta manera tan brutal, los madrileños pusieron patas arriba el local dejando claro que su último disco (un directo grabado en Madrid en la sala Caracol) con 16 canciones (12 propias mas 4 versiones) llamado “Fly by night”(nada que ver con Rush) es una pequeña e incendiaria muestra de lo que son capaces de hacer Sex museum sobre un escenario.
Si tienes oportunidad de verlos en directo, no la desaproveches, si te gusta el rock, te gustarán Sex museum. Palabra de honor.
Artículo por: Pier Vinyl
(Fecha de publicación: 17/06/2004)
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