Festival celebrado en la Campa de la Magdalena, en la capital de Cantabria, con actuaciones de Los Deltonos, Nothing but Thieves, Lori Meyers, The Vaccines, Los Planetas, Sidonie y otras muchas bandas y DJs.
Para hablar del Santander Music Festival hay que empezar aclarando que no es un festival al uso como pueden ser el FIB, el Mad o el BBK por citar alguno. Es algo mucho más pequeño en espacio pero no por ello menor en calidad en su oferta. De hecho ha ido evolucionando a lo largo de los años desde los tiempos del Summer Festival, con cabezas de cartel como Black Eyed Peas, The Prodigy o Pet Shop Boys, a un festival centrado en la escena indie y electrónica básicamente. Eso es uno de los mayores atractivos de su oferta, mención aparte de su ubicación en el recinto del Palacio de la Magdalena, rodeado de playas y vegetación a todo su alrededor. Tampoco es un festival limitado a un espacio como la campa de la Magdalena pues, en estos días, hemos podido disfrutar de las llamadas “sesiones vermú” repartidas en escenarios por toda la ciudad y playas con mención especial a la que nos brindó Bigott, de los que hubiesen merecido un escenario como el de la campa para ellos solos. Esperamos su vuelta pronto.
En cuanto a lo que pudimos disfrutar este año, comenzamos poco a poco y muy íntimamente con M Ward y su blues-folk, sólo él con su guitarra, demostrando que no necesita más para ganarse al respetable. Clásicos versionados (se atrevió hasta con un tema de Bowie irreconocible) y temas propios, desde su ya lejano debut en 1999 con “Duet for Guitars #2” hasta su más reciente “More rain” del año pasado, que fueron dando la bienvenida a la gente a la campa.
Tras la calma llegó la tormenta, en este caso a cargo de los paisanos DelTonos que cumplieron con lo que prometían, una lección de rock y un sonido que ya quisieran algunas bandas supuestamente más “grandes” y que nos han visitado recientemente, caso de los HIM sin ir más lejos. “Magia”, “Miedo”, “Sur”… No hubo tiempos muertos para ir a la barra a repostar. Unos fenómenos y el Sr. Macaya cada día más grande, con permiso de sus compañeros.
Y llegó el parraque colectivo. Sidonie saben lo que gusta y cómo darlo. Y lo dan todo. Por muchas veces que los hayas visto en directo no dejas de disfrutar con cada bolo que hacen. Empezando por el “Os queremos” de su último largo (“El peor grupo del mundo”) y acabando por el “Estáis aquí”, fueron encadenando 14 temas (que resultaron muy pocos) como “Sierra y Canadá”, “El bosque”, “Carreteras infinitas” o “El incendio”. Marc Ros tuvo ocasión de montarse a caballito de un fan y acabar casi en las últimas filas del recinto al tiempo que iba pasando el micro a todo el que se le acercaba. El final, como se esperaba, acabó en una fiesta kitsch al ritmo del “Me colé en una fiesta” de Mecano con topless generalizado de la banda. Muchas bandas de este país deberían de aprender de la cercanía de estos tres catalanes con el público.
Tras la fiesta ochentera y mecanera, los británicos Nothing But Thieves presentaron sus nuevos temas, como “Amsterdam” y “Sorry”, así como de su único disco hasta el momento, el homónimo del 2015. Su líder, Conor Manson, nos dio una lección de voz de las que quedan en el recuerdo. Banda a tener muy en cuenta en próximas citas. Aún tengo esas guitarras marcadas a fuego en mi cabeza.
Roosevelt, la banda de cierre de esta primera jornada, se presentaron cual salidos de “La Naranja Mecánica” de Kubrick para darnos un baño de dance y electro de los que se agradecen a esas horas. No defraudaron para nada las expectativas que habíamos puesto en ellos aunque su hándicap fue el tener que arrastrar el retraso de las bandas anteriores. Esto les perjudicó en su tiempo programado, y a las 4:30 en punto se marcaron un “Enrique Iglesias” que nos dejó a todos con la miel en los labios. Cuando estábamos ya eufóricos tras oir temazos como “Fever”, “Moving on” o “Wait up”, se fueron las luces y comenzó el regreso a cada casa/hotel/tienda de campaña para coger fuerzas con vistas al viernes.
El viernes no desmerecería en absoluto la jornada anterior gracias sobre todo a la presencia de Los Planetas. Casi dos horas de espectáculo que comenzaron de forma un poco lenta para los no iniciados en la discografía del grupo, y es que abrir con temas como “Islamabad”, de su último trabajo, quizás no fuera lo más acertado para levantar al personal, aunque, eso sí, a la media hora del concierto, éste remontó bastante gracias a clásicos como “Parte de lo que me debes” o “Un buen día”, que agradecimos que volvieran a incluir en su setlist después de mucho tiempo sin disfrutarla en directo. Se hizo algo extraño, y bastante mosqueante para los de las últimas filas, que por las pantallas de video gigantes no aparecieran imágenes del grupo en directo sino videoclips de imágenes oníricas acompañando la música, y es que también apetece ver a tu grupo favorito, aunque sea en pantalla, de vez en cuando. A Los Planetas o los amas o los odias, no hay término medio. En esta ocasión se oyó en la campa de todo aunque las voces de sus auténticos fans ahogaron a los que gritaban: “¡Me duermo!” sin ningún conocimiento de causa.
Antes de Los Planetas los chicos de Triángulo de Amor Bizarro, con Isabel a la cabeza, fueron sobre todo presentando los temas de su último y laureado largo “Salve Discordia” de los que “Barca quemada” y sobre todo “Baila Sumeria” fueron los más celebrados. Como ya anticipamos, TDAB son una apisonadora en directo y sus descargas hicieron brincar a la campa al completo.
También pudimos disfrutar del directo de Shinova y francamente os digo que no me extrañaría verlos en unos años de cabeza de cartel de algún festival, o al menos entre los cabezas. La solvencia de Gabriel de la Rosa en vivo es innegable. Quizás no son muy conocidos sus temas pero dadles tiempo. De momento este verano se lo están currando en todo festival que se precie.
The Vaccines era otra de las visitas esperadas del día y tuvieron un concierto irregular. Buen arranque, tiempo medio tedioso y final apoteósico. “If you wanna” consiguió levantar a toda la campa como se presuponía.
Delorean fue otro pinchazo del día a mi parecer. El rumbo que está tomando esta banda en los últimos años poco o nada tiene que ver con sus comienzos y más pienso que les está haciendo perder adeptos que ganar un nuevo mercado. Aún no es tarde para cambiar el rumbo.
Y llegamos a la jornada del sábado y llegamos a la lluvia como buen festival del norte que se precie debe de soportar. Bajo un “calabobos” que no presagiaba nada bueno, saltó al ruedo Anni B Sweet para darnos una lección de buen hacer y para acallar las bocas de aquellos que dicen que no es una artista para escenarios grandes sino para salas pequeñas o teatros. Aparte ya de sus temas más conocidos como “At last”, “Chasing Illusions”, “Getting Older” o “Ridiculous Games” se marcó una versión del “White Rabbit” de los Jefferson Airplane que me hizo olvidar el Pad Thai y las Gyozas que me estaba cenando y de la lluvia que empezaba a caer cada vez más fuerte. Bravo por su buen gusto a la hora de escoger versiones en vivo.
El “calabobos” cada vez era más un “chaparrón en toda regla” pero eso no impidió a Lori Meyers ofrecernos el, para mi gusto, mejor concierto de los tres días en cuestión de sonido y de visuales. Tuvieron algún que otro chascarrillo con el personal a cuenta de la lluvia incesante, especialmente en el tema “Cuando brilla el sol” (ejem), y dieron un buen repaso a su carrera, sin faltar “Mi realidad”, “El tiempo pasará”, “Luces de Neón”, “Emborracharme” o el delirio final con “¿Aha han vuelto?”, junto a temas de su último trabajo “En la Espiral”, que quizás no se ha recibido como se esperaba pero que atesora joyas como “Evolución”.
Belako, a continuación, se aprovecharon del subidón que habían dejado los Meyers entre el público y supieron aprovecharlo. Les ha visto ya en un par de ocasiones y no defraudan nunca en directo. La gente estuvo a la altura y se quitó los ponchos para la lluvia de los chinos, en una pequeña tregua que pareció darnos Urano, y brincó todo lo que pudo sobre la abundante colección de mini piscinas que se iban formando en la campa a medida que avanzaba la noche.
Finalmente, Guille Milkyway y su banda tomaron la Magdalena por las orejas y espabilaron al personal que aún no se había decidido a bailar a conciencia. Comenzando por su reciente “Podría ser peor” que no “podía ser mejor” y siguiendo por el clásico “Chicle Cosmos” fueron empalmando hit tras hit con “Sucumbir”, “Los chicos hoy saltarán a la pista”, “Superguay”, “Como un fan”, “No más Myolastán”, “Esta noche sólo cantan para mí”, “La fiesta Universal”, “Cerca de Shibuya” o su casi-eurovisivo “La revolución sexual”. Se nos hizo muy corta la hora escasa de concierto a todos los que allí aguantamos a pesar de la lluvia pero nos preparó el cuerpo para rematar la noche con Elyella que dieron al Señor Caballito DJ una lección de lo que se debe de pinchar en un festival y lo que no. Brillante fin de fiesta con algarabía de confeti como para una boda.
En cuanto al tema de los djs que amenizaban entre actuación y actuación destacar a DJ Amable de la jornada del viernes que estuvo brillantísimo en su elección de temas y L.A. Dj Set que hicieron lo propio el jueves. Lo de Caballito del sábado no tiene nombre y espero que lo tengan en cuenta para futuros festivales. Hay cosas que en un festival indie o electrónico no se pueden pinchar y este “fenómeno” las pinchó todas. Pero bueno, vamos a quedarnos con todo lo demás que nos ha dejado un muy buen sabor de boca y un mono tremendo de repetir el año que viene. Por favor, Viva Suecia!, Los Punsetes, Ojete Calor y Chvrches. No pido más. Si acaso Phoenix pero admito que puede estar complicado…
Lo mejor:
– El buen rollito que transmiten Sidonie con el público.
– El buen hacer de Los DelTonos en directo.
– El vozarrón del líder de Nothing but Thieves.
– El montaje audiovisual de Lori Meyers.
Lo peor:
– Caballito DJ.
– Caballito DJ.
– Caballito DJ.
Nota: Un saludo a Zaka de Burgos. Espero verte en más festivales!
Enlaces de interés:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).