Un guitarrista legendario, con un talento admirado por muchos y generoso para que su arte sea compartido, y aprendido, por otros. Genio y figura... desde los 60 al siglo XXI... y más allá.
Para muchos aficionados al rock en nuestro país, especialmente entre aquellos que sienten una debilidad especial por el heavy metal, el nombre de Salvado Domínguez produce una mezcla de respeto y admiración. Respeto por la larga cantidad de años que ha dedicado al rock. Admiración por su talento en la guitarra, sus discos y por sus métodos de apredizaje, que han servido de referencia para otros muchos músicos, algunos de los cuales han llegado a formar parte de bandas de éxito.
Salvador Domínguez nació en Madrid, el 10 de mayo del año 1953. Tuvo una infancia atípica para los españoles de la época, pues en realidad se crió entre Miami y Caracas. Además tuvo un acceso muy temprano a la música rock y con doce años demostró una capacidad innata para la música, siendo capaz de componer canciones en las que refleja sus gustos… The Beatles, Rolling Stones, The Kinks, The Yardbirds, Jimi Hendrix o The Doors.
Continuó desarrollando su talento musical y para cuando regresó a España junto con su familia, con 17 años, ya estaba preparado para trabajar como músico de sesión profesional.
Combinó esa labor con tocar en varios grupos de pequeña repercusión, hasta que en el año 1972 le llegó la primera oportunidad importante al ser fichado por Los Canarios, banda que lideraba Teddy Baustista (este grupo estaba muy adelantado para la realidad musical española de aquel entonces y grabó cuatro discos ciertamente interesantes).
Después de unos años con Los Canarios deja esa formación para ser parte de Los Pekenikes, un grupo que estaba logrando un gran éxito entre la juventud.
A finales de los 70 inicia su primera etapa en solitario, editando los discos “Banana” (Polydor, 1978) y “Recién Pinchado” (Polydor, 1979). Se siente insatisfecho con los planteamientos que su sello discográfico quiere fijar para su carrera y decide irse a vivir una temporada a Londres.
Allí entró en contacto con el círculo de músicos y grupos que empezaban a conformar el movimiento denominado “New Wave Of The British Heavy Metal” (tendencia que marcó el devenir del heavy metal durante los años 80 y cuya influencia continua hasta hoy en día).
Trabajó dentro de aquel entorno hasta que en el 82 decide regresar a España y fundar Banzai, una banda de Heavy Metal que logró gran éxito con sus discos “Banzai” (Hispavox, 1983) y “Duro y potente” (WEA, 1984), girando por toda España con aforos completos, que incluyeron espectaculares llenazos de Plazas de Toros y Polideportivos.
En 1985 Salvador decidí dar por finalizado a Banzai y se enrola en otro proyecto: Tarzen. Un cuarteto de hard rock, orientado al mercado internacional, con letras en inglés y en el que se acompaña de músicos que habían pasado por UFO y que habían tocado con Ozzy Osbourne.
Tarzen publicó dos discos, “Tarzen” (Atlantic-Valentino, 1984) y “Madrid” (Hallley, 1989). El grupo realizó infinidad de conciertos por Estados Unidos y latinoamérica, logrando un gran éxito y alcanzando una importante popularidad, si bien en España no logró pasar de ser una banda de culto.
En 1990 publica el libro “La Jungla de las Seis Cuerdas”, lanzado discretamente dentro del catálogo de venta por correo Discoplay y que sin embargo agotó varias ediciones y se convirtió en un método legendario, que aún hoy en día sigue siendo citado como referencia de otros libros publicados y recomendado por infinidad de profesores de guitarra.
En el año 1991 Tarzen se disuelve y Salvador Domínguez inicia una segunda etapa en solitario. Al año siguiente publica el disco “Sangre en la arena” (Pasión / Área Creativa, 1992). Y pasan seis años hasta que lanza un nuevo álbum “Psicópatas Urbanos” (Énfasis Records, 1998), un trabajo en el que se atreve con la incorporación de algunos recursos expresivos de la electrónica.
Al año siguiente publica un nuevo método de guitarra, “Psicópatas del Mastil” (Carish, 1999), después un ensayo entorno al blues, “Leyendas de la guitarra de Blues 1926-2000” (Carish, 2001) y posteriormente dos enormes volúmenes enciclopédicos sobre el rock en español: “Bienvenido MR. Rock…” (SGAE, 2002) y “Los hijos del rock” (SGAE, 2004).
Avanzando el pasado año editó su último disco por el momento, “New Flower Power” (Factoría Autor, 2005), un álbum de carácter principalmente instrumental, donde su guitarra es la gran protagonista, pero en el que emplea a fondo recursos del Hip Hop y el drum´n´bass… programaciones, loops, sampleados, programas de edición digital, etc.
El disco tiene una intención conceptual, sirviendo todo él de grito enrabietado contra la política militarista de los Estados Unidos. Hace un guiño en el título a los movimientos pacifistas de los años 60 y está dedicado a diversas organizaciones que luchan contra las injusticias y por el respeto a los derechos humanos.
A continuación os ofrecemos una extensa entrevista con Salvador Domínguez, quien ha accedido a responder a nuestro cuestionario con una sinceridad y una humildad que muestran que su calidad como persona iguala a su talento como músico.
• A lo largo de tu carrera profesional has formado parte de algunos grupos realmente legendarios… La primera banda que ha pasado a la historia en la que estuviste fue Los Canarios, donde también estaba Teddy Baustista, actual director de la SGAE… ¿Qué recuerdos tienes de aquella época en que formaste parte de Los Canarios?
Para mí fue un impacto cuando, en enero de 1972, con 18 años, me propusieron unirme a ellos, gracias a que el productor Alain Milhaud (Los Bravos, Los Canarios, Los Pop-Tops) les había dado el soplo, hablándoles bien de mí. Recuerdo que me llamaron por teléfono a casa de mis padres, e hice una especie de prueba en su local de ensayo, que al parecer pasé con éxito. Al finalizar, ya en una cafetería, Teddy, que era el líder de facto del grupo, me dijo que le gustaba mucho mi estilo, pero que quería ser legal conmigo y decirme que aún tenían que probar a otro guitarrista: el de Blue Bar, un power trío madrileño de hard-rock. Yo me quedé a cuadros, porque ese otro guitarrista era yo también, así que les recomendé que no se molestaran en telefonearlo. Te puedes imaginar como me subió el ego aquella tarde. Lógicamente, al día siguiente me lo estaba tragando, porque en este negocio más vale tener los pies en el suelo.
Pasados 34 años de aquello, todavía tengo muchísimo que agradecerles, pues eran unos músicos fabulosos, muy curtidos y tremendamente profesionales, que habían recorrido toda España, Europa y Estados Unidos tocando Rhythm and Blues y Soul Music. Actuar y grabar junto a ellos y aprender de ellos fue un privilegio inimaginable. Teddy era un cantante y compositor excepcional, la base rítmica alucinante, y la sección de vientos ensayaba unas 10 horas diarias para conjuntar entre ellos cada mínimo soplo del instrumento. Además, me acogieron de maravilla. Sin duda, fue el mejor comienzo para mi carrera profesional como guitarrista de rock.
• ¿Cuánto había de idealismo en los Canarios de aquella época? ¿Se notaba que Teddy y el resto amaban realmente la música?
Aquellas bandas de los años 60 tenían una preparación y una mentalización realmente asombrosas; si no es inexplicable que hubiesen podido subsistir en un medio tan ingratamente hostil como era la España de entonces. A los músicos que integraron aquellos grupos españoles de los años 60 les tengo enorme respeto y cariño, porque supieron sobrevivir y lanzar su música hacia delante muy a pesar de la garruléz generalizada del entorno.
Montarse una banda de rock, pop o rhythm and blues, en aquella época equivalía a enfrentarse al Sistema impuesto por Franco. Toda esta época -con sus circunstancias musicales, sociales, políticas y geográficas- la reflejé al detalle en mi libro “Bienvenido Mr. Rock … Los primeros grupos hispanos 1957-1975” (Fundación Autor/SGAE, 2002), ya que sus propios protagonistas son los que dan testimonio de ella.
En cuanto a si Los Canarios amaban realmente la música, no es que la amasen, sino que, como muchas otras bandas ?grandes o pequeñas-, la adoraban y vivían por y para ella. Su dedicación y profesionalidad eran tremendas. Fuera de la norma, diría yo.
• Luego formaste parte de Los Pekenikes, un grupo que tuvo un éxito tremendo en aquel momento… ¿Cómo era el fenómeno fan de aquellos años en nuestro país?
No lo sé. Nunca he estado en ningún grupo para fans, para desgracia mía, pues me hubiese inflado a practicar el sexo en vez de estar practicando guitarra horas, horas y más horas. En 1978, después de pasar por Los Canarios y Los Pekenikes, cuando por fin enfoqué mi carrera de una manera más personal -y grabé mis dos primeros discos en solitario-, la compañía de discos quiso colarme por ese registro y terminé huyendo del país, espantado, rumbo a Inglaterra, para intentar montarme una buena banda de hard rock. Me costó un mundo conseguirlo, pero al final me salí con la mía. ¡Banzai!!!!!
• ¿Se os veía con cariño y respeto o comos unos jóvenes locos que pervertían lo moralmente correcto?
Cariño y respeto ninguno. Todo lo contrario. No sé cuantas noches terminé durmiendo en una comisaría por el mero hecho de tener aspecto de guitarrista de rock (risas). Aparte de eso, yo tampoco me esforzaba en parecer un “hombre de orden moralmente correcto”.
• Durante los 70 grabaste tus primeros discos en solitario y según he leído en tu página web hubo un momento que fijaste tu residencia en Londres y “participaste en la génesis de la célebre New Wave Of The British Heavy Metal”… Me gustaría que nos explicases esta participación en un movimiento de tanta trascendencia para el rock…
Aquel fue un período de mi vida muy intenso. Había decidido jugármela a tope: abandonar la seguridad profesional que me aseguraba mi país, España, para desarrollar mis ideas en un lugar acorde a mis intereses musicales. Como ya te conté antes, tuve que salir pitando de aquí, y casi empezar de cero, porque Inglaterra, en lo tocante al rock, es un país bastante chauvinista. Se creen la historia de que ellos lo inventaron, y cuesta trabajo demostrarles que un extranjero puede ser tan buen profesional como ellos. Si los convences con hechos, te respetarán y te acogerán con grandísimo cariño.
• A principio de los 80 regresas a España, formas Banzai y grabas con ellos dos discos… El primero de los cuales forma parte de la banda sonora de mi vida y fue uno de mis discos favoritos cuando tenía 15 o 16 años… El caso es que yo ese álbum, y el resto de discos del heavy metal de los 80, por mi edad, los descubrí y disfrute años después de que se publicaran… y sigo siendo un apasionado de esa época del heavy metal español y tanto yo como otros aficionados la tenemos como “una época legendaria”… ¿Cómo fueron aquellos años? ¿Fueron tan bonitos como pensamos?… Es que he leído que había algunos “piques” tontos entre grupos que hicieron que el heavy metal decayera…
Sí, fueron unos años de mucha ebullición rockera. Parecía que al fin se iba a cumplir el sueño de que España pudiera llegar a convertirse en una potencia rockera de primer orden, pero el globo se desinfló, se pinchó, o lo reventaron.
Esos piques de los que hablas no creo que fuesen el detonante para que la cosa se torciera, pero indudablemente algo debieron influir. Considero que para tratar este asunto debe hacerse un análisis serio y minucioso, como el que planteé en mi libro “Los Hijos del Rock” (SGAE, 2004). No es algo que se pueda responder en unas pocas líneas, por lo que perdóname si no me extiendo más en ello.
• En el aquel momento Banzai llenaba estadios de fútbol y plazas de toros… ¿Era el heavy metal y el hard rock la música juvenil más popular en España? ¿Porqué con el paso de los años parece que fue “la movida” la que ocupó ese lugar?
Aquí cada cual arrima el ascua a su sardina, pero no te engañes: el rock duro era lo que llenaba y volvía a llenar sistemáticamente estadios y polideportivos de toda España. Ten en cuenta que ese movimiento llevaba gestándose desde principios de los años 70 (con Blue Bar, Tapi-Man, Storm, Eva Rock, Brakaman, Bloque, Ñu, Coz, Unión Pacific, etc., etc.), por lo que ya existía un culto tremendo a su alrededor.
Piensa que incluso Miguel Ríos, hasta entonces rocanrolero nato y extraordinario cantante de baladas (El Río, El Himno a la Alegría, Santa Lucía), incluyó en su repertorio un montón de temas netamente hardrockeros, y la peña se volvía loca con él, pues su show aglutinaba esos tres palos: rocanrol clásico, bonitas baladas y temas de rock duro a todo trapo. Bandas como Leño, Obús y Barón Rojo causaban verdadera sensación en cada rincón del país, conectando de pleno con los gustos de la gente joven y no tan joven.
Por otro lado, existía también un gran numero de chavales que veían imposible llegar a tocar como Jimi Hendrix o Ritchie Blackmore en dos semanas, por lo que asumieron con sumo gusto la propuesta de Sex Pistols, Clash, The Damned y otros combos punk, o la de los grupos pertenecientes al New Wave. Era una apuesta tan válida como cualquier otra, pero lo triste del asunto es que ambos bandos se enzarzaron en una estúpida cruzada sobre la legitimidad de sus postulados. Los”heavies” llamando “maricones modernos y arribistas” a los de la Nueva Ola, y éstos tachando de “jevis horteras jipitruscos” a los hardrockeros.
Bajo mi punto de vista, esa radicalización, que por otro lado se estaba cociendo igualmente en el resto del Planeta, no tenía razón de ser, pues yo, como músico profesional que era, igual iba a ver un concierto de Ozzy Osbourne con Randy Rhoads que uno de The Clash o de Nick Lowe & Rockpile.
Nunca me han seducido las categorizaciones, aunque parece que son necesarias para orientar al personal sobre lo que está oyendo, o para animarle a consumir determinado producto. A mí, desde luego, no me sirven para nada, y conste que lo digo sin ningún atisbo de petulancia musical.
• Después llegó Tarzen… un supergrupo que creo que tuvo mucha mayor proyección fuera de nuestro país que dentro… y con el que hiciste unas grandes giras por Estados Unidos y Sudamérica… ¿Cómo fue esa etapa con Tarzen?
Personalmente y profesionalmente fue una etapa muy bonita y gratificante. Durante cinco años nos recorrimos medio mundo tocando nuestras canciones, y tuve la oportunidad de conocer gente maravillosa, ya fueran espectadores, periodistas, disc-jockeys de radio, mánagers, productores, músicos, editores musicales, técnicos de sonido, azafatas politoxicómanas, agentes de la DEA …
Actuábamos en polideportivos con capacidad para 20.000 personas, abarrotados hasta la bandera, donde se podía masticar el ambiente rockero en su máxima expresión. Para mí fue algo muy importante y muy bonito. Tarzen era un grupo en el que la camaradería era muy fuerte. No podía ser de otra manera, pues en EEUU más vale ir con los ojos muy abiertos. Recuerdo que en una ocasión, en el centro de Detroit, paramos en una tienda a comprar pilas para mi pedal de overdrive y nos encontramos al vendedor sangrando como un cerdo, con un cuchillo clavado en la espalda. Otra vez, en Houston, al volver a nuestro motel después de tocar, nos encontramos con los SWAT (el equivalente guiri de los GEO) entrando a saco ?con machine guns- en la habitación contigua, desde donde les contestaban con más tiros, y nosotros como gilipollas en medio de aquel fuego cruzado. Estas son sólo dos de los cientos de aventuras que disfrutábamos día a día. Las que posteriormente vivimos en Sudamérica ya ni se pueden contar …
Tarzen es el grupo en el que más a gusto me he sentido en mi vida y en el que mejor he podido expresarme como instrumentista y compositor. Los dos elepés que grabamos son de los más completos de mi carrera, junto con los dos últimos que he hecho en solitario. Al menos son los que yo elegiría para un hipotético casting con el Sumo Sacerdote de las Seis Cuerdas.
• En los Noventa publicaste un par de discos… pero también hiciste algo que fue todo un hito. Publicar el libro “Psicópatas del Mástil”… ¿Cuánto tiempo te llevó preparar esa obra?
En “Psicópatas del Mástil” (Carisch, 1998) aglutiné todas las técnicas y recursos que se utilizan en la guitarra eléctrica, así como su potenciación y la manera más adecuada y rápida de ponerlas en práctica; eso sí, con la novedad de estar revisadas y analizadas desde la perspectiva de los músicos que las popularizaron o influyeron en su evolución. Así, de esta manera, el lector no sólo aprendería a tocar con soltura y solvencia el instrumento, sino que también conocería a fondo la Historia del Rock desde su creación hasta nuestros días, lo cual, a mí, me parece vital para cualquiera que desee ser músico de rock&pop, ya sea para tomárselo como hobbie, o para intentar buscarse la vida con ello y convertirse en profesional.
Muy pronto, justo después del verano de 2006, la editorial Carisch pondrá a la venta “Psicópatas del Mástil Vol. 2 (¡A Toda Máquina”)”, la segunda parte, que lo prolonga y complementa. Como indica el subtítulo ¡A Toda Máquina!, el libro consta de una serie de 350 ejercicios con los que incrementar a lo bestia la velocidad, la limpieza y la precisión con la guitarra.
Estos ejercicios, y la parte teórica que los acompaña, han sido fundamentales para poder desentumecer mis manos y mi cerebro, y recuperar la forma perdida tras cinco años ?de 2000 a 2005- dedicados exclusivamente a escribir la Historia del Rock Hispano. Como ves, su eficacia es incuestionable (risas).
• ¿Has conocido a músicos profesionales de hoy en día que te hayan comentado que aprendieron, al menos en parte, gracias a ese libro tuyo?
Desde que en 1989 publiqué mi primer método de guitarra, “En la Jungla de 6 cuerdas” (actualmente descatalogado), hasta ahora, han pasado 17 años, y miles de chavales de habla hispana han elegido mis libros didácticos como método de aprendizaje. Un buen número de ellos han llegado a tocar de maravilla y son músicos profesionales. Hay también profesores que me comentan que los utilizan como método de estudio en sus clases. Esto es algo muy serio, que a cualquiera le llenaría de orgullo. Me alegro mucho de poder haber sido útil, y aportar mi granito de arena para ayudar a extender la pasión por un instrumento tan maravilloso como es la guitarra eléctrica.
• Luego en esa faceta de escritor has escrito varios libros más… entre los que se encuentran dos volúmenes gruesos y de formato inmenso sobre la historia del rock en español… Dos obras monumentales a las que dedicaste cinco años… ¿Cómo te decidiste a embarcarte en un trabajo tan inmenso?
En enero de 2000 me enteré de que la Fundación Autor tenía una editorial literaria, llamada Iberautor, y pedí una cita con su directora, Elsa Punset, para presentarle un libro que tenía escrito y que iba desde el comienzo del rock ´n´roll (Elvis, Fats Domino, Chuck Berry, etc,) hasta el Festival de Woodstock, en 1969.
Elsa lo leyó y me llamó para decirme que le había gustado mucho y que me pasara por su despacho al día siguiente. Cuando aparecí por allí, pensando que iba a firmar el contrato, me dijo “¿Porqué no haces lo mismo, pero en vez de hablar sobre grupos ingleses, lo haces sobre grupos españoles?”
Al oír eso, me quedé desencantado, pues me estaba pidiendo otro libro, distinto al que yo le estaba presentando, pero su idea me pareció muy buena y me puse manos a la obra, considerando que no sólo tendría que hacerlo sobre los grupos que hubo aquí en España, sino también con los hispanos del otro lado del charco, ya que el primer grupo en cantar rock en castellano fueron Los Teen Tops, formados en México D.F. en 1958.
Dos años y ocho meses después, en octubre de 2002, presentábamos el libro “Bienvenido Mr. Rock …” (SGAE, 2002) en los salones de la SGAE, con la presencia de El Dúo Dinámico, Miguel Ríos, Tony Ronald, Pedro Ruy-Blas, Los Bravos, Los Brincos, Los Pekenikes, Los Canarios, Los Sirex, Los Mustang, Los Salvajes, Los Gatos Negros, Los Cheyenes, Los Sonor, Los Relámpagos, Los Módulos, Los Íberos, Los Pasos, Los Shakers y muchos otros compañeros, con los cuales ya me había entrevistado para recabar información, y que ese día me dieron la enhorabuena por el contenido final del libro. Fue muy gratificante que ellos consideraran que había hecho bien mi trabajo, a pesar de ser una misión casi imposible.
En vista de la gran acogida, esa misma tarde Elsa me pidió que escribiese la segunda parte de la historia. Yo, que salía exhausto del envite, le pregunté si sabía lo que me estaba pidiendo, pues esa segunda parte tendría que abarcar unas etapas en las que salieron miles y miles de grupos, y si escribir la primera parte había sido un auténtica labor de titanes, no digamos la segunda.
Aún así, me embarqué gustosamente en el proyecto, con el cual me tiré otros dos años y medio encerrado, escribiendo. Ahora, cuando recuerdo aquello, se me abren las carnes de solo pensarlo. Qué locura. Vaya currazo, Dios mío.
• Por cierto… ¿Tu editorial hizo de mecenas durante todo ese tiempo…? Porque conozco a autores de libros musicales que solo ven dinero cuando logran que su libro se edite y una embarcada de tantos años y tanto trabajo… ¡¡cualquiera la afronta!!.
Al igual que tú, yo tampoco conozco autores de libros musicales que vean dinero antes de publicarse la obra, y me consta que hay muchísimos que no lo ven ni siquiera después. Como caso excepcional, puedes lograr un adelanto de royalties ?a cobrar la mitad al entregar tu trabajo, y la otra mitad al editarse el libro- que, generalmente, suele ser el monto total de tus ganancias por esa obra. Así funciona el tinglado para todos.
Escribir libros sobre música no es ningún negocio lucrativo, más bien todo lo contrario, pero en mi caso me sentía en la obligación de contar la Historia del Rock Hispano, porque no se había hecho ni con la debida profundidad ni con el rigor necesario. Era de justicia poner las cosas en su sitio y alguien tenía que hacerlo, aunque arriesgaras la salud y la economía particular en el intento.
• En “Psicópatas Urbanos” empezaste a utilizar sonidos electrónicos y muestreos digitales, ahora en “New Flower Power” los empleas a fondo… ¿Qué opinas sobre las posibilidades expresivas que da la tecnología actual?
Son alucinantes, pero lo primordial es saber hacer uso de ella. Puedes tener cientos de programas informáticos de última generación y una colección completa de CD´s con cientos de miles de loops, pero eso no te servirá de nada si no tienes las ideas claras y sabes perfectamente qué quieres conseguir.
• Por cierto, tu eres un músicos de amplia experiencia y vastos conocimientos y ahora empleas la tecnología musical, pero hay mucha gente joven sin apenas conocimientos musicales que usan esa misma tecnología… ¿Les aconsejarías que complementaran sus ganas de experimentar con aprender música “de una forma tradicional”?
Que hagan lo que les apetezca hacer. No existen reglas escritas para ello. Cada cual es muy libre de enfocar su música como le venga en gana. Si quieren ampliar sus conocimientos aprendiendo música “de una forma tradicional” , me parece bien. Si, por el contrario, consideran que la mejor manera de expresarse es a través de la tecnología exclusivamente, pues muy bien también.
• Tengo entendido que tienes una vasta discoteca, y en tu web has “colgado” las portadas de 201 discos que te han influenciado… Hay muchos clásicos del rock y alguna cosa más moderna… Living Color (“Time´s up”, un disco que me encanta), un álbum de Bjork, la banda sonora de Spawn (metal industrial), Terrorvision… Pero he echando en falta discos de drum´n´bass y Hip Hop, que son los estilos que pienso que han influido en tu forma de utilizar la tecnología moderna en “New Flower Power”… ¿No tienes artistas y discos favoritos en estas tendencias musicales?
Prefiero no ser muy consciente de lo que escucho en lo que a “música actual” se refiere. Me puede atraer cualquier sonido, un loop, los arreglos de un tema que no sé ni cómo se llama ni quién lo grabó, algún acorde llamativo que pueda escuchar en alguna emisora, en algún bar o en casa de algún amigo. No tengo ni idea de quiénes son los exponentes más en boga del Drum´n´bass y del Hip Hop, ni intento teorizar sobre la diferencia entre música “ambience” y el “Trip Hop”.
Naturalmente, sí que sé quiénes son Afrika Bambaataa, Sugar Hill Gang, Grandmaster Flash, Run DMC, P-Funk, Public Enemy, Dr. Dre, D.J. Greyboy, Philip Steir, Roni Size y todos esos maravillosos hijos de puta. También escucho cosas de Fear Factory, Prodigy, Chemichal Brothers, Wire, Nine Inch Nails, Korn, Incubus, Daft Punk, Beautiful People, Tranquility Bass, BT, Fluke, The Crystal Method, Sneaker Pimps, (hed)pe, Underworld, Trans-Am, Tortoise, Fatboy Slim, Apollo 440 y de otras bandas que ya analicé en el último capítulo de “Psicópatas del Mástil” (Carisch, 1998).
Como tú bien dices, en el apartado “201 discos” de mi página web http://www.salvador-dominguez.com aparecen muchos y muy variados estilos de música. Son los que he ido conociendo a lo largo de mi existencia y aunque no estén todos los que son, sí son todos los que están.
Lo que hice para componer los temas de New Flower Power fue combinar este vasto mundo sonoro del que estamos hablando con la teoría musical y la técnica guitarrera que “me he echao pal cuerpo” todos estos años. Después, colarlo todo por un decodificador mental y procesarlo, escribirlo, trasladárselo a mis compañeros músicos, y finalmente grabarlo.
• Por cierto… una curiosidad personal… ¿Qué opinas del papel de los DJs en el panorama musical actual? ¿Crees que los platos, bien usados, son un instrumento musical comparable a una guitarra, una trompeta o un teclado?
Por supuesto que lo son. Un tío que sepa cómo manejar los platos, hacer mover el culo al personal y a la vez mantener una actitud “underground” es un artista con letras mayúsculas. Tengo amigos DJ´s profesionales que saben cómo hacerlo, y admiro su talento. Durante la grabación de “New Flower Power”, muchas noches salía del estudio con una premezcla bajo el brazo y me iba a verlos a su habitat natural, para conocer su opinión sobre aspectos rítmicos y sonoros, o simplemente para que me dieran su bendición. Aún así, nunca se olvidaron de que aquello iba a ser el disco de un guitarrista de rock, y al final terminaban pinchando vinilos de The Jimi Hendrix Experience. Gracias, tíos … (DJ´s: Tito Ramone y Marcelo).
• ¿Has comenzado a trasladar el nuevo disco al directo? ¿Con qué formación de músicos vas?
Nos presentamos el pasado 24 de noviembre de 2005, en la sala Arena, de Madrid, tocando todos los temas de New Flower Power, un par más de mi anterior álbum, y algunas versiones de clásicos que llevo tocando desde que soy chaval. Los músicos que comparten conmigo carretera y manta son: Germán Vilella (batería, coros y programaciones), Héctor Laina (bajo y coros) y Víctor Alonso (teclados y samplers).
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Nuestros conciertos duran un mínimo de dos horas, y llevamos un potente equipo de sonido y de luces manejado por dos de los mejores técnicos operadores del país (Sonido: Fernando Vega. Luces: Pot). Además, detrás del escenario montamos una pantalla de vídeo, enorme, en la que un DVD DJ (Abel) proyecta imágenes alusivas a cada canción, lo cual realza aún más la puesta en escena y hace que el público entienda mejor qué tipo de mensaje social, político o meramente lúdico queremos transmitirles. La producción de los conciertos corre a cargo de Paco Salazar, todo un especialista en el tema.
Si a alguno de los múltiples visitantes de La Factoría del Ritmo le interesa ver de qué va la cosa, pueden escuchar varios temas del disco y ver un vídeo clip en directo pinchando aquí:
http://www.myspace.com/salvadordominguez
• ¿Cuándo son tus próximas fechas?
Ahora mismo me pillas en bragas, aunque no suelo usar prendas interiores femeninas. Me motiva mucho más quitárselas a una tía que llevarlas yo (risas).
• El nuevo disco está dedicado a los movimientos de resistencia a la guerra de Irak y haces un guiño a los sueños pacifistas de los años 60… ¿Qué querías transmitir con “New Flower Power”?
Por primera vez en mi vida he hecho un disco de cabreo. Nunca he lanzado mensajes políticos; creía que el rock no se debía mezclar con la política, pero las mentiras de George Bush, a propósito de la injustificada invasión de Irak (sin aprobación ni cobertura de la ONU) por unas armas de destrucción masiva que no existían y toda la mierda que ha venido apareciendo después, con las torturas en la cárcel de Abu Ghraib, presos sin garantías y sin saber de qué coño se les acusa en la de Guantánamo, y matanzas de civiles (perdon: se les llama daños colaterales), me pusieron de muy mala leche, como a cualquier hijo de vecino que no se crea lo increíble.
Si estos son los valores que Occidente quiere exportar al resto del mundo, apaga y vámonos; vaya ejemplo … Además, quién coño somos nosotros para decirle a unos países con unas costumbres muy distintas a las nuestras qué es lo que deben hacer. Es como si los americanos hubiesen invadido y arrasado España cuando gobernaba Franco, por ser un dictador y un asesino, o el Chile de Pinochet, o la Argentina de Videla. ¿Porqué EEUU no los invadió en su momento, en vez de tutelarlos, apoyarlos y pertrecharlos de medios con los que exterminar a sus opositores ?
Así que cuando vi en televisión las manifestaciones sociales contra la Guerra de Irak, me di cuenta de que eran imágenes idénticas a las que yo veía de chaval -entre 1966 y 1970- en los Estados Unidos contra la guerra de Vietnam. Parece que aquel movimiento social, denominado flower power, no sirvió para nada, pues la historia se estaba repitiendo casi cuarenta años más tarde.
Mi disco habla de ese flower power, de hecho el tema que da nombre al disco emplea como estribillo el lema que aquellos jóvenes pacifistas norteamericanos gritaban a su presidente contra la guerra del Vietnam: “Hey, Hey, L.B. J. (siglas de Lyndon B. Johnson), ¿a cuántos niños has matado hoy?”, y extiende esa misma crítica a George W. Bush. Básicamente, New Flower Power busca reflejar el paralelismo entre aquel flower power de los años 60 y el actual.
El sonido del álbum abarca desde la música de los Beatles y Rolling Stones a Jimi Hendrix y The Doors, que fueron mis primeras influencias musicales, todo ello salpicado por la sonoridad de mi vieja Fender Stratocaster, como reminiscencia del flower power originario. El adjetivo new (nuevo) aparece por la utilización de loops, sampleados y programas informáticos actuales.
La verdad es que me he divertido muchísimo componiendo, arreglando y grabando este nuevo disco. Ha sido un proceso lento, minucioso, que ha precisado de mucho trabajo y concentración, y que hemos podido llevar a cabo de manera totalmente satisfactoria, a pesar de contar con un presupuesto de grabación exiguo, basado únicamente en mis ahorros y en los de mi manager, el productor de conciertos Paco Salazar, quien siempre me ha apoyado y ha creído en lo que hago. Él y yo empezamos juntos en el showbiz profesional; años más tarde coincidimos viviendo en Londres (él con su familia y yo con mis tres guitarras favoritas), y después fue manager personal de Banzai.
• Cambiando de tema… en algunas ocasiones has compuesto para otros artistas… como por ejemplo para Miguel Ríos… ¿Cambia mucho la perspectiva de cuando compones para ti que cuando lo haces para otros?
Miguel lo que hacía era pillar los temas de mi repertorio que más le gustaban, que para eso es un gran amigo y una figura fundamental en la Historia del rocanrol hispano. Creo que nunca he compuesto una canción pensando que sería otro quien la iba a grabar. Si algún tema mío le gusta a alguien que yo admire y lo graba, pues es todo un honor.
• ¿Nos puedes decir más artistas para los que hayas compuesto?
Hay un caso muy divertido, o que al menos a mí me hace mucha gracia. Fue cuando Emilio Aragón, en pleno éxito de su carrera en Tele 5 con una teleserie de médicos cuyo nombre no recuerdo, grabó -en un elepé suyo- un tema mío titulado “Subiendo”, que aparece en mi CD “Sangre en la Arena” (Pasión/Área Creativa, 1992) y cuya letra trata sobre un tío enganchado a la heroína.
Emilio, que, por cierto, tiene unas facultades innatas para la música, al parecer, no se dio cuenta de ese detalle y lo grabó tal cual. La verdad es que el tema le podría haber perjudicado a su imagen de chico sano, pulcro y simpático (el yerno que desearía cualquier madre), pero le gustaba y tuvo los bríos de hacerlo. Sinceramente, aún no sé si se enteró de qué iba la letra (risas).
• Antes hablábamos del libro que escribiste para aprender a tocar la guitarra… Pero también das con bastante frecuencia cursos monográficos sobre el tema… El leído el temario que ofreces y es realmente completo… ¿Cómo es uno de esos cursos tuyos? ¿Los asistentes salen con la emoción de que ser como Jimi Hendrix?
Hombre, no sé si se sentirán como Jimi Hendrix, pero motivados salen a tope, con las pilas bien cargadas, el cerebro en llamas y con ganas de pillar su guitarra para poner enseguida en práctica los conocimientos que un servidor les ha traspasado, siempre desde la camaradería, la igualdad y la modestia más absoluta. En los muchos “Master Class” que imparto, no voy de maestro rutilante e inasequible, sino de compañero veterano que está ahí con ellos para ayudarles a enfocar de mejor manera su carrera y, sobre todo, para hacerles ahorrar tiempo en su búsqueda de recursos con los que poder expresarse musicalmente. Es una tarea muy gratificante.
• Tu nuevo disco ha salido con la Factoría Autor, vinculado a la SGAE, y tus libros sobre la historia del rock hispano también… Además tocaste con Los Canarios y supongo que tienes una buena amistad con Teddy Baustista… El caso es que antes, al principio de esta entrevista, te preguntaba si en Los Canarios se amaba la música, porque hoy en día los nuevos grupos ven a la SGAE como algo negativo, una agencia de recaudación, sin más, y a Teddy Bautista como un funcionario ávido de recaudar impuestos… ¿Es consciente Teddy Baustista, y los responsables de la SGAE en general, del divorcio entre su entidad y los músicos que no gozan de éxito masivo? ¿Saben que se piensa en ellos como un enemigo y no como alguien que apoye la cultura?
Es posible que alguna gente les esté cogiendo ojeriza por sus mensajes contra la piratería, los porcentajes de un CD o de un DVD ?destinados a los autores-, y ese tipo de asuntos, que, por otro lado, es para lo que están. Ése es uno de los muchos ángulos que comprende su trabajo. No me imagino al director general de ASCAP (la sociedad de autores de los EEUU) incitando a la gente a descargarse canciones de Bob Dylan con el E-mule.
Ya que hablas de mi amistad con Teddy Bautista (en la actualidad Presidente del Consejo de Dirección de SGAE) y que mis últimos libros y mi disco hayan sido editados por Fundación Autor/SGAE, y para que la peña no crea que voy de “enchufao” o de “pringao”, te diré que a mí nadie me ha regalado nada, y que me cuesta un mundo tirar hacia delante. Nunca en mi vida he recibido ni una sola subvención, ni un favor especial que dinamice mi carrera, ni nada parecido. Ojalá hubiese sido así, pues no se me haría todo tan cuesta arriba. Te agradezco mucho que me hayas planteado la pregunta en estos términos, Florián, porque así puedo dejar claro a la peña de lo que voy: músico y escritor independiente, con una aversión enfermiza a los círculos de influencia y de poder.
En lo que al CD New Flower Power se refiere, pensé que sería una buena idea sacar el disco con Fundación Autor, puesto que ellos fueron quienes publicaron mis libros sobre el Rock Hispano, que tuvieron una acogida fenomenal entre los profesionales de Prensa, Radio y TV. Según dice mi editora, no hay medio de comunicación en España que no se los pidiera, por lo que pensé que cuando les enviaran este nuevo trabajo mío tal vez lo recibirían con algo más de cariño del habitual, dedicándole un par de segundos a oírlo y a hacerle una crítica, ya fuera buena, mala o regular.
• Y por cierto… ¿sabes si Teddy Bautista se sigue emocionando con la música?
Eso es algo que tendría que responder él, no yo, pero mi impresión personal es que sí, claro que sí. Tal vez mucho más que antes, porque ahora se ve obligado a ver los toros desde la barrera. Lo que sí puedo decir es que Teddy es el mejor músico español de rock y rhythm and blues que he conocido a lo largo de 36 años como profesional. Creo que todos los compañeros músicos que lo vieron al frente de Los Canarios estarán de acuerdo con lo que hablo.
• Y nada más… darte las gracias, decirte que en La Factoría del Ritmo abundan las personas que admiramos tu músico y que te tenemos un gran respeto. De hecho es un honor para nosotros haberte entrevistado para nuestra publicación. Y bueno… dejarte espacio por si deseas añadir algo más para nuestros lectores…
El placer ha sido mío, Florián. Espero encontrarme con vosotros en algún concierto. Hasta muy pronto, amigos, y enhorabuena por el portal tan cojonudo que tenéis.
Que la Strato de Hendrix os bendiga…
Puedes saber más sobre Salvado Domínguez y su música visitando su página web oficial:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 21 (sección: Entrevistas).
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