Variedad y sentimiento, con un sonido nada convencional y mucho mimo en los detalles.
Segundo trabajo del músico madrileño en el que de nuevo se fusionan diferentes estilos musicales para dar lugar a una amalgama de sonidos cuyo resultado muestra un producto fresco y diferente. Disco continuista de su primer trabajo “Puntalmente Demora” que nos presenta a un músico diferente en el panorama musical de este país.
Cada canción de las doce que incluye el disco tiene algo diferente respecto a la anterior. Empieza el disco con el primer single “Creo en ti”, la canción más rockera de la docena de temas (junto con el cuarto tema) y finaliza el disco con “A plena luz”, un tema pausado, con una base reagee y una letra muy hip-hopera. En medio quedan otros diez temas donde Rodrigo ha sabido acrisolar una variedad de estilos musicales para dar lugar a un producto sorprendente, donde tienen cabida tanto coros con una gran componente soul (como el homónimo al disco) o, por otro lado, solos de guitarra de su padre en el tema “Entre sueños”. No obstante, si algo destaca dentro del disco son las voces, tanto del propio Rodrigo, con registros muy graves, muy del gusto rockero y los coros de Rocío de Porres en temas como “Promesas” donde su conjunción con la voz principal de Rodrigo muy un producto muy redondo.
Tampoco pasan desapercibidos todos los arreglos musicales de los acompañamientos en temas como el anteriormente mencionado de “Promesas”, con unos vientos muy marcados, o el tema “Abrazado a mi soledad” con ese fundamento reagee que, por un momento, te traslada de Carabanchel hasta el Caribe.
En resumen, un trabajo muy ecléctico, con un sonido para nada convencional, con una producción musical muy cuidada y un producto final muy propio y del gusto de este sorprendente artista.
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