Desgraciadamente, a este lado del charco Colombia sólo es noticia cuando se habla de su guerra civil, dándonos a los ojos europeos la sensación de que a parte del de las armas, ningún otro lenguaje se mueve en aquel país.
Por eso me sorprendió mucho cuando tuve noticias de la celebración del Rock Al Parque, sexta edición de un festival que este año duró ni más ni menos que diez días y por el que pasaron 200 mil personas, las cuales tuvieron oportunidad de ver a destacados grupos nacionales de diferentes estilos (desde el metal más duro a la música electrónica) así como de otras partes del continente americano (Méjico, Venezuela, Chile ó Ecuador).
En nuestro afán de saber, hemos preguntado a los organizadores, para que ayuden a despejar nuestras dudas.
· ¿Cómo transcurrió la edición de este año? ¿Hubo incidentes dignos de mención?
Ninguno. Tan sólo los desmayos de costumbre, aún teniendo en cuenta que la programación del festival se dobló: de cuatro días de programación se pasó a los diez días de programación.
· ¿Con qué grupos respondió la gente mejor?
Hubo dos programaciones que merecieron la atención no sólo del público, sino también de los medios de comunicación. La primera de ellas fue la Muestra de Electrónica Mexicana, en la que participaron bandas como Kynky, Nopal Beat y Nortec, y que se llevó a cabo en un hermoso parque público que se construyó recientemente sobre una vieja ala del Cementerio Central de Bogotá. La otra programación que se llevó la atención fue la de heavy metal, ya que asistieron más de cincuenta mil personas. Y lo increíble fue que era puro heavy vieja escuela, es decir, nada que ver con la onda de nu- metal.
· Al parecer ha habido problemas con la financiación pública…. ¿podías aclararme un poco lo que pasó?
Sí. En los últimos años la Alcaldía de Bogotá ha tenido que implantar un plan de austeridad con el fin de ahorrar dinero para invertirlo en mayor infraestructura física (carreteras, parques, etc). Aún así, el festival sigue siendo con fondos del estado, de la Alcaldía de Bogotá. Otra de las cosas es que como la Alcaldía cambia de gobernantes cada tres años, pues el festival entra a ser reevaluado nuevamente y el mandatario de turno define su presupuesto final y ha sido algo difícil, porque en este país la guerra se está comiendo todo el presupuesto que había para la cultura, y aún para la salud pública.
· Colombia es un país donde la violencia es algo habitual. ¿Ha habido algún tipo de incidente violento durante estos días?
Ninguno. Algunos lastimados por el “pogo” (que llega a integrar a más de trescientas personas), pero nada de consideración. Esto tiene que ver con que la gente ha visto tanta violencia en su vida que durante el festival trata de estar en paz, así estén tocando bandas de rock duro o punk. Además, la policía realiza un control policial muy efectivo durante el ingreso de los espectadores, evitando que la gente ingrese con chamarras muy pesadas o puntiagudas, zapatos con punteras, manillas de taches y otros objetos con los que pueda lastimar a alguien. Eso sí, la gente viene en plan de divertirse y hacer, en un espacio al aire libre, aquel buen y pacífico país que tanto le han negado protagonistas armados como los paramilitares, los narcos o las guerrillas.
De hecho, hay más heridos y agresiones entre las barras bravas del fútbol o en un festival de vallenato.
· ¿Qué estilos han estados representados en esta edición?
Heavy metal, punk, electrónica, funk, fusión, pop, hardcore…
· ¿Suele haber problemas entre los seguidores de los distintos estilos de música?
Esa es otra de las grandes características del evento. El Rock al Parque permite que las tribus de la ciudad se reúnan sin ningún tipo de problema o enfrentamiento. En otras palabras, borra aquel estigma que tienen los medios de comunicación y la opinión pública respecto a que, por ejemplo, los punkeros y los metaleros se odian, o respecto a que los raperos no pueden convivir con nadie que no sea de su especie. El festival, sin duda, reúne gente pobre, rica o de la clase media en un sólo lugar y les permite interrelacionarse para que se den cuenta que, en el fondo, tienen más cosas en común que diferencias.
· ¿Con qué grupo(s) os gustaría contar para futuras ediciones…?
De España grupos como B-Violet o La Polla. De Europa: djs y artistas electrónicos de Alemania e Inglaterra. De Estados Unidos, bandas como Slayer o más nu metal como Korn y de Suramérica, bandas como Charly García.
· ¿Qué repercusión esta teniendo el festival a nivel nacional e internacional?
En regiones como Suramérica y Centroamérica su repercusión es grandísima. Hay países de estas regiones que quieren copiar el modelo, principalmente en su aspecto gratuito y en su organización. En Estados Unidos tiene repercusión pero no tanto como el “boom latino”. Esto se debe a que los que manejan la música latina en Estados Unidos son verdaderas mafias y no les interesa promocionar eventos que promuevan artistas no superficiales.
Para terminar, hay que decir que la organización quiere comenzar a tener repercusión en España, y para ello espera que las bandas españolas interesadas en participar en el festival hagan llegar sus carpetas directamente a Bogotá.
· Para finalizar, un poco de autocrítica. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de esta edición?
Lo mejor ha sido la inclusión de una muestra electrónica, así como la inclusión de otros escenarios al festival, como el parque Renacimiento (parque construido sobre un cementerio). También fue muy buena la presencia de un gran número de medios independientes de comunicación.
Lo peor ha sido que algunos medios internacionales de comunicación invitados al evento se retiraron del mismo antes de su conclusión. Siendo medios de comunicación que nunca dudan en exponerse como los abanderados del rock latinoamericano, tan sólo dejaron en claro que lo suyo es la patraña y la hipocresía editorial. No todos los medios abanderados del rock en español creen en las bandas de este tipo.
Por otra parte, una de las críticas para Rock al Parque es que debe mejorar, sin duda, su oferta internacional con bandas que pertenezcan a mercados muy competitivos de Europa y Norteamérica. Esto no quiere decir que las bandas que asisten no son competitivas. Pero obedecen a mercados e industrias más independientes (o locales) que globales.
Se necesita, aquí en el festival, un mayor número de bandas de peso internacional, principalmente de las zonas antes mencionadas. Se entiende que el festival quiere fomentar a los artistas en castellano, pero también debe hacerlo con las bandas del tipo anglo. Además, y aunque tener una programación larga (diez días) es muy interesante, hace que de todos modos no todas las programaciones tengan el mismo peso o relevancia. Sería bueno encontrar un punto medio de tiempo y calidad musical (de talla internacional o global). Esto, finalmente, también atraería un mayor número de prensa internacional. Es claro que para hacerlo se necesitaría una mayor inversión del Estado. Por eso, el festival también debe buscar inversión privada.
Dirección de contacto: http://www.pressriot.com
Reportaje: Félix Vera.
Fotos por cortesía de Pressriot
(Fecha de publicación: 24/01/2002)
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