Viveiro se ha convertido por méritos propios en La Meca del Hardcore. Este año se contaba con el cartel más completo de todas las ediciones celebradas. Esperemos que las cosas sigan así en el futuro.
Viveiro se ha convertido por méritos propios en La Meca del Hardcore en todas sus variantes. Desde hace algunos años se viene celebrando en esta localidad lucense bañada por el frío mar del Cantábrico el Resurrection Fest, un certamen que ha traspasado nuestras fronteras y que después de unas cuantas ediciones ya está considerado como uno de los mejores festivales europeos de este estilo. Las bandas se pegan por estar encima del escenario del Resurrection, producto de una buena organización y la buena respuesta de la parroquia hardcoreta, que este año se citó en un número aproximado de 18.500 personas.
Este año el Vans Resurrection Fest contaba con el cartel más completo de todas las ediciones que se llevan celebradas. Esto se notó en una afluencia masiva de público y en los negocios de Viveiro que durante casi una semana hicieron su particular Agosto para delicia de un alcalde cada vez más implicado con el proyecto. Viveiro, una pequeña ciudad marinera rodeada de austeras montañas y donde llueve 360 días al año (este año vivimos dos de los cinco días en los que no lo hace) es, sin embargo, un lugar idílico para la celebración de un festival enérgico que precisa de temperaturas frescas para calmar los ánimos que se caldean actuación tras actuación. La localización es ideal: un campo de fútbol amplio para la celebración de los conciertos, zonas de acampadas anexas al recinto a escasos metros del festi y una bonita playa para poder refrescarse por las mañanas que hacen la vida más cómoda a todas las personas que deciden pasar tres días fuera de sus casas. El festival ha crecido mucho y pide de algunas mejoras en sus infraestructuras tales como un mayor número de sanitarios y duchas (para evitar que la gente haga sus necesidades en el mar o use jabón en las duchas de la playa –conciencia medioambiental-) o en el apartado técnico quizás se necesita de un escenario más amplio y con un P.A más potente y acorde a las circunstancias. No dudo que la implicación que por parte del Ayuntamiento hay con y para el festival, harán que estas pequeñas deficiencias mejoren en futuras ediciones.
DIA 29 DE JULIO:
El primer día nos los perdimos, ya que nos encontrábamos cubriendo el festival Paredes de Coura en Portugal, crónica que muchos pudisteis ojear durante estos días por aquí. Esta jornada de apertura contaba con la presencia de Cro-Mags, una de las bandas más veteranas de todo el cartel y esperada por muchos de los asistentes.
DIA 30 DE JULIO:
Tres horas y media después de haber partido del sur de Galicia llegábamos a Viveiro a eso de las seis de la tarde. Para nuestra sorpresa el sol brillaba alto en el cielo, irradiando una temperatura veraniega que se agradeció mientras montábamos nuestras tiendas y abríamos esófago con las primeras “birras” del día. Intentando no retrasarnos en demasía porque ya había empezado el carrusel de conciertos, nos dirigimos hacia el Campo de Fútbol de Viveiro con intención de meternos en el meollo. El potente Sludge de Kylesa atronaba a lo lejos y llegaba a nuestros oídos de forma apagada mientras nos hacíamos con nuestras acreditaciones y la responsable de prensa nos explicaba algunos detalles a tener en cuenta. Cuando llegamos a pie de escenario vimos como un ya numeroso público que aplaudía fervientemente lo que nos atrevieron a asegurar, fue una actuación muy potente. Habría pues que esperar a la siguiente banda para abrir fuego en este Resurrection. Mientras tanto, pudimos observar el buen ambiente que se respiraba en el recinto, la camaradería típica de estas situaciones, caras conocidas con las que entablar conversación y mucha gente venida de distintos puntos de España y Portugal por lo que el acento gallego se mezclaba con el catalán, el vasco o el portugués.
First Blood salieron a escena con intención de darlo todo y consiguieron que un buen número de straids se agolparan en las primeras filas. Con su furioso y metalizado Hardcore, consiguieron que los más aplicados en la materia montaran una buena trifulca con sus bailes excéntricos, no exentos de cierta pericia deportiva que nos hicieron pasar un rato divertido a los que observábamos más tranquilamente el concierto. Buena caña la que metieron los de San Francisco, sin duda.Tras un breve descanso, tocaba cambiar las tornas con Snuff, banda bastante mítica y que entraron en el cartel sustituyendo a 88 Fingers Louis. Ofrecieron un espectáculo divertido con su Punk Rock pasado de rosca con el que corrió la cerveza.
El terreno se iba preparando para los platos fuertes del día. El primero de ellos sería Gallows, a los cuales habíamos visto el día anterior en Portugal. Con la arrogancia típica de quien ha visto el espectáculo anteriormente, observábamos al personal antes de que se desatase la locura colectiva. Especialistas en montar circle pits de escándalo, Gallows volvieron a dar un show rabioso de Hardcore-Punk de ADN británico. La sirena policial que sirvió de intro hizo que la gente se agolpara en las primeras filas y con “London Is The Reason” fue imposible para algunos volver hacia la retaguardia. Condenados a sufrir un golpe tras otro, fueron cayendo bombas como “The Riberbed” o “Gold Dust” (increíble el Wall Of Death que se montó con este tema), la cañera “Lechees”, así como las más técnicas “In The Belly Of A Shark” o “Come Friendly Bombs”. Estuvieron ligeramente por debajo del concierto del día anterior, se les notaba algo fatigados, pero eso solo lo sabíamos unos pocos. El show fue más que digno, gozó de un sonido potente e incluso hubo rotura de guitarra incluida.
Dando una vuelta por los stands ubicados en el recinto, donde uno se podía hacer con cd´s más que interesantes a 2 euros, un buen surtido de camisetas o vinilos para los más melómanos, no éramos conscientes de que pocos minutos después nuestras retinas iban a presenciar la que, posiblemente, haya sido la mejor actuación del festival (teniendo en cuenta la opinión generalizada del personal). Converge, banda sobradamente conocida en el circuito Hardcore-Punk hicieron saltar las alarmas anti-incendio con un show enérgico, delirante, aunque no exento de calidad instrumental. El voceras Jacob Bannon no se partió la crisma en más de una ocasión de puro milagro mientras que el guitarrista Kart Ballou nos dio un autentico recital con su manera anárquica de tocar la guitarra clavando el sonido de sus discos. Un auténtico despiporre escénico, ruido y virtuosismo a partes iguales en una combinación adictiva de crush, punk, algo de thrash y mucho hardcore a través de temas como “Distance And Meaning”, “Reap What You Sow” o la delirantemente heavy “Dark Horse”, perteneciente a su más reciente trabajo “Axe To Fall”. El personal pedía bombonas de oxigeno en las primeras filas mientras otros gritaban efusivamente “converge, converge!!!” a lo que la banda respondió con más ácido extremo: “Heartache”, “Lonewolves”, “Concubine”… El escenario quedó inundado del sudor y los escupitajos del Sr. Bannon, energúmeno donde los haya.
Metidos de lleno en el Hardcore más corrosivo, los ánimos se irían caldeando cada vez más, ya que pronto llegaban las estrellas de la noche, los neoyorquinos Sick Of It All. Banda veterana y profesional donde las haya, los hermanos Koller y sus compañeros de batallas escénicas dieron otro recital del mejor HxC que se pueda facturar en la faz de la tierra. Se agradeció una mayor vocalización del voceras Lou Koller respecto al cantante de Converge lo que hizo que la gente acompañara los numerosos coros de estilo callejero tan recurrentes en las canciones de estos glorificados hardcoretas. La veteranía fue un grado a la hora de dar un recital compacto y milimétrico en lo musical. Escénicamente el guitarrista Peter Koller fue de los más activos, dejándonos una buena colección de saltos y coreografías varias. La rotunda pegada del batracas Armand Majidi atronó incesantemente durante más de una hora en nuestros sufridos tímpanos. La banda presentó su último trabajo para Century Media, “Based On A True Story” con temas como el vandálico “Dominated” o la cañera “Death Or Jail”, sin embrago fueron sus temas más míticos los que levantaron más pasiones, caso de “Machete”, “Good Lookin´ Out” o el clasicazo “Scratch The Surface”, con el que se volvió a batir el record del día en el circle pit más amplio. Un show impecable que vino a redundar en la calidad existente en este festival.
A estas alturas de la noche la gente ya había tragado polvo en cantidades industriales. Lo de pasarse la lengua sobre los dientes y descubrir el arenoso sabor de la tierra así como la sequedad de paladar son experiencias únicas de este tipo de fiestas. Los stands que vendían badanas hicieron un buen negocio entre aquellos que sufren de procesos asmáticos. Pero ni el polvo ni el cansancio acumulado fueron impedimento para que el concierto de No Use For A Name fuera un rotundo éxito. Después de tanto Hardcore se agradeció algo de Punk Rock melódico para cerrar el día a cargo de estos californianos. La banda repasó, ante un ambiente realmente festivo, lo más destacable de los diez discos que engrosan su discografía. Algunos de los que ocasionaron más “chimpos”, fueron “Let Me Down”, “Friends Of The Enemy”, “Chansing Rainbows”, “International You Day”, “For Fiona”, “Soulmate” o “Invicible”. Un fin de jornada ejemplar, manteniendo el buen nivel de sonido y sobre todo de energía. Muchos se retiraron a sus tiendas mientras que otros preferimos ir a tomarnos una copilla a alguno de los locales del pueblo y alargar así la noche especialmente cálida de Viveiro.
DIA 31 DE JULIO:
El sol de las once de la mañana, rabioso y no muy común por estas latitudes nos hizo salir de nuestras tiendas…eso y cierto percance que tuvimos con las llaves del coche, las cuales desaparecieron por un periodo de dos horas, las que tardamos en encontrarlas. Sin camiseta y en calzoncillos montamos un buen espectáculo en el campo de fútbol en el que estábamos acampados, ciertamente asustados por la situación, intentando recordar como habíamos llegado a las tiendas la noche anterior. Hay que decir que las llaves nunca se habían movido de la tienda. La alegría de haberlas “recuperado” o más bien “localizado”, nos hizo despertar de la resaca y unos colegas de Ferrol que conocimos durante el transcurso de los hechos nos brindaron un desayuno por todo lo alto a base de cervezas y Ron canario, un desayuno que se alargó hasta las cuatro y media de la tarde…
…ciertamente entonado, mareado por el sol y con intención de que no me diera un bajonazo de tensión debido a la ingesta de alcohol y la carencia de alimento sólido, me dirigí hacia el recinto de conciertos para dar cuenta de la actuación de Aphonnic. Por suerte me encontré con algunos conocidos que me hicieron entrar en razón y recuperé mis valores periodísticos. Aphonnic ya estaban encima del escenario, mediada su actuación y aunque lo estaban dando todo (como siempre) no era mucha la gente que estaba presenciando el concierto. Hicieron lo que humildemente estuvo en sus manos a una hora bastante precaria para dar conciertos. “Dios Da” o “Una Historia Real: Cáncer” fueron dos de los temas más aplaudidos, así como la versión del “Breath To Breath” de Napalm Death que siempre dejan para el final.
Decidí darme un descanso durante la actuación de Onesta. La jornada sería larga y había que dosificar unas fuerzas que tendían hacia lo precario. Un poco de agua y algo de comida no me vendrían mal. Al llegar a la barra mi cabeza me jugó un mala pasada; sustituí el agua por medio litro de cerveza y de la comida ni me acordé (no turning back…), un día es un día,…La jornada del Sábado era la más variada de todas en cuanto a estilos, así teníamos bandas de Hardcore, Thrash, Deathcore e incluso Post-Hardcore y Ska, por lo que fue habitual que, dependiendo de que banda estuviese encima de las tablas, así cambiaba el decorado en la primeras filas. Algo de eso pasó antes de que Angelus Apartida diesen comienzo a su potente actuación. Se veían menos tatoos y menos gorras y más camisetas heavys y pelos largos. Lo único que fue común al género hardcoreta fueron los circle pits que se montaron, aderezados con algo del mosh pit más típico de las sonoridades thrashers. Treinta y cinco minutos de sobredosis metalera fue la que nos dieron los de Albacete, una chuta de adrenalina directa al corazón a través de pelotazos como “Vomitive”, “Blast Off”, “Of Men And Tyrants” o el despiporre con “Thrash Attacks”. Muchos decían que no pegaban con el festi pero sin duda fueron de lo mejor de una jornada que nos traería claros y oscuros a partes iguales.
Tras la intensa descarga de Angelus Apartida entramos en una especie de apatía musical debido en parte al bajo nivel de las bandas que fueron cayendo por el escenario, las cuales fueron engrasando nuevamente la maquinaria HxC. Tras los primeros temas de Nasty nos fuimos hasta las tiendas a reponer algo de fuerzas y estirar músculos. Cuando volvimos, Devil In Me estaban dando espectáculo gracias a su hardcore de la vieja escuela. Escuela del Odio dieron uno de los pocos conciertos en los que se pudo escuchar algo de castellano y las ácidas letras de sus canciones, aderezadas con Hardcore made in Spain envenenaron a un buen sector del público. Así la cosa, la mayoría estaba esperando que las horas pasaran rápidamente y se acercaran los shows más atractivos del día. Había, además, cierta desilusión por la caída del cartel de Municipal Waste, por lo que la parroquia thrasher se quedó en cuadro, tan solo con Angelus y Heaven Shall Burn defendiendo el pabellón más metalero. Precisamente la caída de Municipal Waste del cartel y la no sustitución de estos por ninguna otra banda hizo que la sensación de horas muertas se acentuara todavía más.
Catch 22 sorprendieron a propios y extraños con su Punk/Ska/Reggae donde los instrumentos de viento son los grandes protagonistas. La gente se lo tomó a lo bailoteo, siendo las vértebras las grandes beneficiarias de los escasos movimientos de cabeza que provocaron. El ritmo jamaicano de “Spark” o “It Takes Some Time” hizo que el humo de las trócolas llegase a ráfagas constantes hasta nuestras narices. Los veganos, presentes en un gran número, dieron uso extra a sus badanas mientras que a otros se nos abrió el apetito por más cerveza.
Tras la medio psicotrópica actuación de los cachondos Catch 22, el Metal volvía a hacer acto de presencia con una de las mayores bazas del día: Heaven Shall Burn. Los alemanes eran esperados con ansiedad por los más ávidos de sonidos extremos. Lo cierto es que había que estar bien situado para disfrutar del sonido de Heaven Shall Burn porque desde cerca el nivel de saturación era considerable debido a un volumen muy alto y un sonido de guitarras brutal que por momentos parecía una cacharrería. Hacia el centro del campo la cosa sonaba algo mejor y se podía disfrutar de la contundencia sonora de la pareja de hachas Maik Weichert/Alexander Dietz, posiblemente los mejores guitarristas que pasaron por el festival. Si no fuera por la voz más hardcoreta de Marcus Bischoff lo que Heaven Shall Burn ofrecen es un show de puro Death Metal. Dejaron noqueados a más de uno a golpe de “Awoken & Endzeit” , “Combat”, “The Omen”, “Voice Of The Voiceless o “The Weapon They”.
Lo que vendría después de Heaven Shall Burn sería una sorpresa para gran parte de los asistentes. Enter Shikari están que la rompen allí donde van con su Post-Hardcore aderezado con sonidos discotequeros. Al igual que Gallows, fuimos testigos de su directo dos días antes en Portugal donde dejaron una más que grata impresión. Lo cierto es que los ingleses salieron a darlo todo, saltarines e hiperactivos como siempre, pero se notó que el escenario del Resurrection, así como el sonido y las luces para la propuesta que ellos hacen adolecieron de una mayor grandiosidad. Para empezar sonaron algo embarullados, algo que solventaron con trucos teatrales a cargo del bajista y el guitarrista, que volvieron a montar sus shows particulares. Los efectos discotequeros no lucieron al volumen que se presume como para impresionar (como si consiguieron en Portugal) y en general vimos una versión light de Enter Shikari. Aunque agradaron a la gran mayoría, hubo a quien asqueó una propuesta tan basada en máquinas, loops y samplers. No se dejaron en el tintero ninguno de sus temas más efectistas, caso de la inicial “Solidarity”, “Mothership” (estribillo made in System Of A Down), “Juggernauts”, su éxito “Sorry You Are Not A Winner” o la maquinal “Zzzonked”. Divertidos como nadie, dieron el show más atrevido del festival.
Largo descanso mientras se preparaba el escenario para las estrellas del festival. Un icono del Metal como es Phil Anselmo estaría ante nuestros ojos en pocos minutos. La espera se hizo larga y tensa y por el camino cayeron más cervezas que a esas alturas de la jornada ya no surtían efectos energéticos en mi persona. En una jornada donde ya habíamos escuchado varios estilos musicales, solo faltaba algo de Sludge Metal y eso es lo que Down traían preparado: una colección de ásperas bofetadas que todavía resuenan en nuestros oídos.
El guitarrista de Crowbar, Kirk Windstein, salió ataviado con una camiseta de los Scorpions con lo que se ganó mi simpatía para siempre y con unos ojos de fumeta (diez elevado a n factorial) que quitaban el sentido; el tío debió fumarse todas las plantas de algún pantano de Loussiana. Los más carismáticos, Phil y Rex, vestigios de Pantera, la verdad es que no se hicieron notar demasiado. Corrían rumores de que Down son un poco pretenciosos y muchos los tienen por una banda mainstream…a mi no me dio esa sensación.
Personalmente se me hizo algo pesado el concierto de Down a esas horas de la noche y con todo el carrusel de conciertos anterior que no fueron de Pop precisamente. Al igual que Enter Shikari, el equipo de sonido se les quedó pequeño y por momentos se saturaba de tal manera que era hasta demencial. Los bostezos empezaron a aparecer sin remedio; temas largos, densos, sonido saturado…La banda descargaba sin piedad por las mentes cansadas temazos como “Templations Wings”, “The Path”, “Losing All”, “Stone The Crow” o “Eyes Of The South”…demasiado para mi cuerpo. Objetivamente tengo que decir que Down dieron un concierto que rayó el sobresaliente.
Y como broche final a tres días de música “don´t stop” otro clasicazo como Lagwagon, esperados por muchos incluso más que a Down. Se agradeció que para finalizar tuviéramos sonidos de Punk Rock más melódico. La lluvia hizo acto de presencia para regocijo de quien quería algo de refresco y con unas y otras la banda se metió muy pronto a la gente en el bolsillo, con un buen repertorio en el que destacaron “May 16”, “Alien 8”, “Sick”, “Coffee & Cigarrettes”, “Give It Back”, “Choke”, “Change Despair”, “Sleep” y el broche final con la versión del “Ace of Spaces” de Motorhead la cual hicieron junto a componentes de No Use For A Name en lo que fue un auténtico detallazo.
El alcalde de Viveiro aseguró a todos los presentes que el año próximo habrá más festival así que podemos estar tranquilos porque el Hardcore y sus variantes seguirán teniendo un buen escaparate donde lucir. Desde aquí alentar a todo aquel que guste de estos estilos a que cualquier desplazamiento a Lugo será barato si lo comparamos con el nivel musical y organizativo que allí nos podemos encontrar. Por ultimo solo me queda recordar que el precio que este año se pagó por todo lo que aquí hemos contado fue de 30 euros, bastante módico a mi parecer. Esperemos que las cosas sigan así en el futuro.
Fotos por: Jesús Figueirido
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
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