REMATE: Canciones para el fin del mundo.
Nos encontramos ante un artista madrileño, que compone, canta y toca todos los instrumentos de sus discos. Su música se mueve entre el folk y el blues, siempre con un toque amargo y desgarrado e interpretado en inglés. El sonido de sus grabaciones es del tipo denominado “lo· fí”, que es ideal para sentir de formar cruda los sentimientos que músico desea transmitir.
Editó su primer disco en el año 2003, “Desconstrucin’mood”, con el sello Dusty Rose. Con ese álbum logró un buen reconocimiento por parte de la crítica y se citaron influencias de Jhonny Cash, Neil Young, Willd Oldham o Ry Cooder entre otros.
Ahora ha publicado un segundo disco, “Ballads don’t change things”, de la mano de Limbo Starr. Una nueva colección de canciones que invitan a conectar con el alma de su creador y que él ha definido como “las canciones que imagino para el fin del mundo”.
· Cantas en inglés, el aspecto de tu disco no delata que seas español y todas la referencias que he leído sobre tu música hablan de artistas extranjeros… ¿Sientes que tu música y tu arte está fuera de lugar?
Si fuera de lugar significa que no atiendo a fronteras, aduanas o determinismos, ni lo dudes. Pero yo no lo enmarcaría nunca de ese modo. Mi música es tan española como escandinava o francesa, para algunos el mundo es una idea global, un mapa donde puedes cerrar los ojos y señalar al vuelo el sitio donde te vas a transportar. Yo soy lo que digiero y ante todo lo que quiero, o más que nada lo que no quiero (seguro), nunca lo que me pongan en la cara y por eso tenga que digerirlo. Apátrida y ateo.
· ¿Te has planteado hacer letras en castellano en algún momento?
No. Con esto quiero decir que tampoco lo descarto, porque tampoco planeo nada, y eso incluye que tampoco descarto nada. Eso sí, el inglés, como todos los idiomas, tiene su alma y su timbre, y además en mi caso es un instrumento que sé tocar, con toda naturalidad, y el español cantado me resulta ajeno.
· Tienes una sólida y amplia formación musical, sin embargo los recursos a los que acudes para construir tus canciones son mínimos… la voz, la guitarra acústica, una ligera percusión y algún arreglo adicional. ¿Sientes la tentación de hacer algo más grandilocuente aunque sea en un proyecto distinto a Remate?
No (en cierto modo remito a la contestación anterior). Lo que más me interesa es sugerir música muy rica con muy pocos elementos, que pueda reflejar mi formación musical implícitamente sin tener que hacer abdominales o funambulismos circenses. Nunca, y esto sirve de excepción a mi ausencia de planes, haré nada grandilocuente, lo que no tiene nada que ver con que me dé con grabar con una orquesta sinfónica, siete percusionistas y un coro de ninfas y farinellis, que no tiene por qué resultar grandilocuente en sí.
· Por cierto… ¿has trabajado en otros proyectos o participado en otros grupos?
No. Por lo menos no de un modo reseñable. He tocado solo sobre todo en Gran Bretaña y música clásica y jazz, ante un público encorbatado y vegetariano.
· Tú música es lenta, triste… ¿Sólo te inspiran los momentos amargos?
Puede que los que acostumbramos a parecer, y muchas veces a ser, alegres velemos una difícil congoja en nuestro vacío. Un camino parecido a los que suelen forzosamente vestir y sentirse espeluznantes, y desatan con mucha facilidad comedias asombrosas.
· En tu disco, “Ballads don’t change thigs”, hay una voz femenina que canta varios de los temas… sin embargo no he localizado por ninguna parte una referencia a su nombre… ¿quién es? ¿porqué no aparece en los crédito?
Esta es la mejor pregunta, sin duda, inigualable. Soy yo siempre, el que canta más grave o como una sirena sin mar. No eres la primera persona que me pregunta esto, pero verlo escrito es sensacional. Me tomo un tiempo hasta contestar la próxima pregunta porque sufro una incontinencia de lágrimas de risa de esas enfermizas.
· Parte del disco lo grabaste en tu propia casa y parte en un estudio, Bunker Studios, en Asturias. La parte de tu casa la registraste “…ni estaba dormido ni desde luego despierto, sino en mi ulterior…”. Me gustaría que nos hablases de este estado en que grabaste esa parte… era un estado pretendido o el único momento en que tenías tiempo para grabar…
Se parece a cuando tienes sed o hambre, algo fisiológico, que tienes que saciar, o a movimientos reflejos que se te escapan a la conciencia pero que tu cerebro manda ejecutar porque el organismo lo necesita. No es premeditado, pero sí soy plenamente responsable.
· ¿En Bunker Studios solo registraste las voces o algo más…?
Las voces, “Introducing” y “Dusty town”.
· Tus discos están reconocidos como “lo· fi”… ¿ese sonido es simple “dejadez” y escasez de medios o hay que trabajarlo e invertir un esfuerzo especial en la producción para conseguirlo?
La verdad es que es el sonido que, en general, más me gusta con mucha distancia. Y es absolutamente revelador, no admite trampas o trucos. Tú en tu casa solo sin atrezzo. Que te penetre en los sentidos, que lo sientas cerca.
· ¿Cómo son tus conciertos? ¿Cuál es el público natural que acude a tus actuaciones y compra tus discos?
Mis conciertos son mi piano, guitarra, armónicas, un micro para la voz y un público de elegantes señoras de mediana edad que quieren que cante en español.
· En tu página web tienes una foto con Victoria Williams y Mark Olson… Al igual que ellos actúan en nuestro país… ¿has tenido oportunidad de actuar en el extranjero? ¿Se distribuyen y venden tus discos en otros países?
Espero que se vendan mis discos fuera a medio plazo, y probablemente sea así, gracias a Limbo Starr.
· Antes hemos citado que las referencias que se citan cuando se habla de tu música son siempre artistas extranjeros… ¿te gusta la música española? ¿hay algún grupo o artista español que citarías como influencia?
Como influencia no, sería mentira. Pero con Nacho Vegas creo que comparto esencias muy importantes, manifestadas de un modo muy diferente. Y ante todo me parece un músico excelente.
Entrevista por: F-MHop
Fotos por Laszlo Kovacs y Ana Bolivar, aparecen por cortesía de Limbo Starr.
(Fecha de publicación: 24/12/2004)
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 18 (sección: Entrevistas).
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