Esta era nuestra primera visita a la sala Edaska de Baracaldo y estamos seguros de que no será la última, porque fue una gran noche con tres grandes grupos.
Esta era nuestra primera visita a la sala Edaska de Baracaldo y estamos seguros de que no será la última, sobre todo teniendo en cuenta la increíble programación de conciertos que están consiguiendo los chicos de la promotora Gure Hitzak. Sin duda, podemos darnos con un canto en los dientes por tener la suerte de ver a grupos de este nivel en un ambiente tan íntimo y lleno de encanto.
Cordura fueron los encargados de abrir la noche y, a pesar de algún problemilla técnico al principio del concierto, los vascos no lo hicieron nada mal. Empezaron fuertes con “Aquella noche”, todo un himno perteneciente a su último disco “La ridícula mecánica de la vida moderna”. Todas las canciones elegidas por la banda para ese concierto fueron precisamente de ese disco, dejándose en el tintero algún tema ya mítico de su primera grabación. Las siguientes en caer fueron “Otra estúpida discusión” y “Demasiadas cosas en la cabeza” con las que demostraron la buena forma en la que se encuentra el grupo. Aunque el público se mostró un tanto frío al principio, poco a poco se fue animando y cuando llegó el final con “Cenizas, quedó claro que todos habíamos disfrutado de un buen concierto.
Ensanchamiento del pecho y una sonrisa de oreja a oreja? Diagnóstico diferencial: No se preocupe, Usted acaba de ver a Red Sparowes. La verdad es que no sé qué decir acerca de esta actuación, es, precisamente, porque me dejó sin palabras. Un grupo formado a partir de miembros de bandas tan impactantes como Isis y Neurosis, practicando una especie de post rock muy conceptualizado… mmm… un auténtico lujo. Si a eso añadimos el hecho de poder verlos en una sala con un aforo de unas 150 personas, resulta en una aceleración del ritmo cardíaco a medida que se acerca el día del concierto.
El quinteto venía a presentar su segundo trabajo “Every red heart shines toward the red sun” basado en la exterminación de gorriones que tuvo lugar en la republica china durante el gobierno de Mao Zedong y su “gran salto adelante”, considerados como una de las cinco pestes por alimentarse del grano que cultivaban. Al eliminarlos, eliminaron al mayor depredador de langostas, que se convirtieron en plaga y arrasaron las cosechas. Tras ello sobrevino una de las mayores hambrunas en la que perecieron millones de personas. Pero volvamos a lo que nos ocupa; ya en el escenario, pidieron que se apagaran las luces para poder empezar con las proyecciones que acompañan a sus temas de títulos interminables, que carecen de letras, ayudando así a una mejor comprensión de su significado, y dotando al show de un halo especial. La gente se agolpaba al pie de un casi inexistente escenario esperando las primeras notas, que llegaron con “Buildings began to strectch…”segundo corte de “At the soundless dawn”. El sonido se enmarañaba un poco, costaba distinguir el entretejido del tridente de guitarras, en parte porque estaba situado por delante del PA, pero fue solo un espejismo que se desvaneció a medida que avanzaba la actuación. Los sutiles paisajes daban paso a desgarradoras atmósferas tema tras tema. Así cayeron, entre otras, “The great leap forward…”, “Like the howling glory…”, para acabar con “Alone and unaware…” con pedal steel incluido, tema que abre su primer disco. La gente pedía más, pero las indicaciones que daba Josh Graham, uno de los guitarras, eran claras, había que retirarse para dar paso a These Arms Are Snakes. Cumplieron su cometido, conmover nuestros sentidos y dejarnos petrificados. Sensación de plenitud y, a la vez, ganas de más… ¿Es grave, doctor?.
Y si sin palabras nos dejaron Red Sparowes, These Arms directamente nos dieron un puñetazo en la cara y nos tumbaron. Lo de esta gente en directo no se puede explicar con palabras, hay que verlo y vivirlo. Para el que no lo sepa, TAAS hacen una especie de post-hardcore con mucho toque experimental, que si en disco puede dejar algo indiferente al oyente, en directo se convierte en un espectáculo tremendo. Mucha culpa de ello tiene el vocalista de la banda Steve Snere, un animal de escenario que no para quieto ni un segundo. Baila como un poseso, baja al público, se tira al suelo, se retuerce, agarra de las piernas a la gente y anima al personal como nadie.
TAAS basaron su concierto en los temas del disco “Oxeneers or The Lion Sleeps When Its Antelope Go Home” y los momentos cumbre de la noche estuvieron en los dos temas que abren ese album, “The Shit Sisters” y “Angela’s Secret”, una de sus canciones más “bailables.
También hay que hacer hincapié en que tuvimos la suerte ver en acción a Brian Cook, ahora en TAAS y desde 1993 hasta 2002, bajista original de los legendarios Botch, banda de hardcore americana que influenció a pesos pesados actuales como Converge o The Dillinger Escape Plan… Todo un lujazo!
Una gran noche con tres grandes grupos. Desde aquí nuestra enhorabuena a la gente de Gure Hitzak por el gran trabajo que están haciendo.
No te pierdas la galería fotográfica: “Red Sparowes, TAAS y Cordura: Concierto en Edaska – 26/04/2007”.
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