La banda californiana pasa sin pena ni gloria por el atestado recinto madrileño.
Dicen de los pimientos de Padrón “que unos pican y otros no”. ¿Y por qué los famosos pimientos gallegos pican más o menos? Porque en función de la cantidad de capsaicina que contengan estas verduras así será mayor el picor de las mismas. Los pimientos argelinos (peppers) que tuvimos la ocasión del morder para coronar la sexta edición del festival madrileño tenían poco de esta oleorresina.
Y todo comienza con que este año asistimos única y exclusivamente a la jornada que cerraba la edición de 2023 y en la cual el festival estrenaba su tercera localización en sus seis años de vida. El hecho de ser jornadas maratonianas (aunque este año las actuaciones finalizaban como muy tarde a las 2:00 de la mañana), tener que pasarlas solo (pues este año no nos acreditaron reportero gráfico) y que el festival cada vez tiene menos de rock y más de carnaval/feria de muestras, hizo que nos limitásemos a desplazarnos al nuevo recinto de Villaverde solo el sábado. Pero bueno, lo hicimos con la mejor de nuestras intenciones y con el objetivo de ver al cuarteto de Los Ángeles en su vuelta a la capital tras 7 años de ausencia y con Frusciante de nuevo en sus filas.
Así que tras estar más de media hora dando vueltas por Getafe para aparcar, hacerlo a 25 minutos a pie del recinto y sufrir las apreturas de un recinto colmado (aunque ya con una temperatura meteorológica aceptable) para poder llegar al escenario principal del MadCool, con tres minutos de demora sobre el horario planificado, comenzó la actuación de Flea y los suyos.
Sin muchas alharacas saltaron el bajista (calzonas moradas y medias una amarilla y otra morada Lakers-look), Frusciante (indumentaria casi colegial) y Chad al escenario para dar comienzo a una actuación que sabíamos que no se iba a alargar más de los 90 minutos (a la sazón 15 o 16 temas). El público se encontraba expectante ante quizás la actuación reina del cartel del festival madrileño y prueba de ello era la cantidad de camisetas de la banda que vimos entre el público (e incluso más de uno con el bigotillo del Anthony). Y la cosa prometía cuando, tras la intro instrumental del trio, aparece en escena Kiedis (camisa de redecilla y calzona con logo Playboy) para cantar Around the World. Bien. La cosa pinta bien pues Flea está activo, Frusciante no ha perdido técnica y Anthony mantiene intacta su voz.
Pero el subidón inicial poco a poco se va bajando debido a los temas que lo prosiguen. Hay hasta cinco temas de sus dos últimos discos, entremezclados con algunos hits como “Snow”. Pero quizás lo más destacado es la falta de alma y sinergia con los 70.000 que abarrotábamos el nuevo recinto. No hubo prácticamente palabras de complicidad con el respetable y entre tema y tema había excesiva demora que se quedaba como espacio en blanco. El sonido de la guitarra de Frusciante parecía que iba y venía y a Kiedis (ya sin camiseta) no le veíamos cómodo sobre el escenario, mirando más de lo común hacia el prompter para recordar las letras y con una aparatosa férula en la pierna izquierda (y otra más sencilla en la rodilla derecha). Solo Flea con algo de actitud y derrochando algo de simpatía al acabar cada canción (o tirándose al suelo) ponían una cierta nota de color a una noche gris. A falta de tres temas y tras una pequeña intro y con Flea luciendo un bajo con los colores del equipo baloncestístico de sus amores, “Californication” tocada a un ritmo quizás algo cansino hacen despertar el sopor que reina en el ambiente. Y después…después dos temas y el primer adiós. Tras un par de minutos vuelven con los bises que no pasan de ser dos, siendo uno de ellos “Give it Away” y hasta luego Lucas. Abandonan el escenario agitando sus manos, pero sin ni siquiera presentarse y menos hacerse la foto de rigor todos juntos. Solo Chad desecha un par de minutos de su existencia para regalar 4 baquetas a los más afortunados.
¿Y los demás? Mos quedamos con las ganas de oír Dani California, Otherside, Under the Bridge, etc. Que vaya por delante que ellos son libres de poder confeccionar sus setlist como les salga del pie, pero bien es cierto que tienen que ponerse en el lugar de los que allí se encuentran y actuar en función de las circunstancias particulares de cada actuación. Estamos en un festival ecléctico, con mucho público que le da igual si actúan ellos o C. Tangana y no exclusivamente ante sus mas fieles fans del mundo. Por todo ello un poquito más de empatía no hubiera venido mal. Y que conste que no criticamos sus valías personales, pues Flea es un animal con las cuatro cuerdas, Frusciante desliza sus dedos sobre las cuerdas como si fuera terciopelo, Chad mantiene el tipo a pesar de su edad y Anthony luce voz y forma física envidiable. Pero hay veces que la gaseosa se disipa a las primeras de cambio…
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).
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