Ray Charles, una de las principales figura de la música negra del siglo XX, falleció a principios del pasado verano.
Nació el 23 de Junio de 1930 en Albany (Geogia, Estados Unidos) y sus años de niñez y adolescencia fueron muy poco alentadores. Perdió la vista a los siete años, por un glaucoma mal tratado, y hasta los quince años desaparecieron de su vida un hermano, su padre y su madre, todos fallecidos por diversas circunstancias.
Un panorama muy poco optimista se presentaba para un chico ciego, negro, huérfano y que vivía en la “Norteamérica profunda” en plenos años 40.
Pero su tesón y su mágica predisposición para la música le hicieron salir adelante.
Asistió a la Escuela para Ciegos y Sordos de St. Austine (Florida) donde se graduó en piano y clarinete con dieciséis años.
A los dieciocho emigró a Seattle (Washington) y formo un primer grupo con el que grabó varios singles para un sello local. Gracias al trabajo con esta formación entró en contacto con Ahmet Ertegun, el director del Atlantic, quien le fichó de inmediato.
A partir de aquí vino una etapa de gran actividad, siete años trabajando para el sello Atlantic, en los que forjó los cimientos que le convirtieron en uno de los grandes de todos los tiempos.
Fue en esta etapa cuando Ray Charles fue capaz de catalizar los anhelos de la juventud negra de su época en una música que fusionaba el blues con los espirituales negros. Su estilo causó estupor entre los puristas, pero barrió entre el público y creo escuela. Así nació el soul, que recogía la fuerza e intensidad del blues, con las bellas melodías del gospel, pero con letras que hablaban de amor y pasión.
En su repertorio, ya desde aquella época, también abundaban las incursiones en el jazz e, incluso, en el country.
A finales de 1959 fichó por ABC con los que registró una nueva etapa de brillantes discos.
Durante los 60 logró un estatus artístico y comercial que se ha mantenido hasta la actualidad, aunque también fueron años duros, con problemas de drogadicción e incluso con una sentencia condenatoria por tenencia de heroína (que finalmente no cumplió).
En 1973 creo su propio sello, Crossover, pero esta independencia no le llevó a una mejor calidad, o capacidad de riesgo, artística… algunos trabajos recordaban a sus mejores épocas, pero otros recogían empalagosas baladas y versiones de “estándares”.
Desde esos años y hasta la actualidad, su carrera profesional se mantuvo estable, con enorme éxito desde el punto de vista comercial, pero siempre grabando abundantes discos de calidad dispar, los cuales nunca hicieron sombra a sus etapas doradas de los años 50 y 60. Además, en los 90 abandonó definitivamente la composición y se centro en interpretar temas de otros.
Sin embargo estas tres décadas no enturbiaron la reputación del músico, ni hicieron que se olvidara su importancia capital para la evolución de la música popular.
Finalmente, el 10 de Junio del presente año, a los 73 años de edad, falleció debido a complicaciones hepáticas.
Meses antes de su muerte Ray Charles registró el que a la postre resultaría ser su álbum postumo: “Genius Loves Company”. Un disco de duetos, el único de su carrera, en el que repasa parte de sus éxitos, junto a algunos temas de otros artistas como James Taylor o Elton Jhon.
Junto a Ray Charles, en este disco aparecen Natalie Cole, Elton John, Norah Jones, B.B. King, Gladys Knight, Diana Krall, Michael Mcdonald, Jonny Mathis, Van Morrison, Willie Nelson, Bonnie Raitt y James Taylor.
Un disco elegante, sofisticado, tal vez demasiado perfecto (el Protools saca un brillo espléndido a las grabaciones, pero su calidad no es nada con la magia en bruto de los discos de los 60) que sirve como colofón a una de las carreras más largas y exitosas de la historia de la música del siglo XX.
Artículo por: F-MHop
(Fecha de publicación: 17/06/2004)
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