Un álbum de madurez, con buenas canciones, instrumentales que puedan calar tanto entre los aficionados al Hip Hop como a los que le gusta música en general y una ambiciosa extensión: más de 60 minutos muy bien aprovechados.
Public Enemy son, sin ninguna duda, el grupo de Hip Hop más conocido y respetado entre los aficionados a la música no vinculados de forma especial a esa corriente cultural. Su aparición a finales de los años 80 causó un gran impacto, debido a lo arriesgado de su propuesta musical (toda una tromba sónica que bebía de la música negra y sonaba tremenda) y a sus textos combativos y comprometidos.
Sus primeros cuatro discos fueron su gran etapa dorada: “Yo! Bumrush The Show” (1987), “It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back” (1988), “Fear of a Black Planet” (1990) y “Apocalypse 91: The Enemy Strikes Black” (1991). Y al menos dos de ellos, el segundo y el tercero, son consideradas obras maestras.
Después vendrían una sucesión de etapas irregulares, con una actividad en directo nunca suspendida, donde fueron probando varios tipos de formación (la habitual del Hip Hop con DJ y MCs y también otra abierta a la participación de músicos reales) y en la que han gozado de mayor éxito entre los aficionados al rock, y a la música en general, que entre las “huestes” del Hip Hop (siendo siempre respetados, pero con un tirón mucho menor que en sus inicios).
En el terreno discográfico esa irregularidad ha quedado reflejada, con discos notables (“Muse Sick In Hour Mess Age”, 1994 o “Rebith of a Nation”, 2005, junto a MC Paris), aceptables (“He Got Game”, 1998, o “New Whirl Odor”, 2005) e incluso totalmente fallidos (“There’s A Poison Goin On”, 1999).
La última grabación editada del grupo es este “How you shell soul to a soulless people who sold their soul???” (lanzado a finales del año 2007), en el que parecen haber encontrado el rumbo adecuado para trazar una senda de madurez coherente con sus mejores tiempos, también con la rica tradición de la música negra, y ofrecer música que puede ser apreciada a la vez por los más militantes del Hip Hop y por los aficionados de otros estilos proclives a su propuesta. Pues aquí hay mucho funk crudo, tan potente como el rock y que remite a las formaciones clásicas de los años 70 (la galaxia Funkadelic y similares), canciones que retoman el gancho de sus inicios de diversas formas: desde “Black is Back” (en la que guiñan sin complejos a AC DC) a otras muchas donde Chuck D rima con convicción y “punch”, Flavor hace el gamberro como el sólo sabe hacerlo y las composiciones están llenas de arreglos soul, texturas envolventes y ganchos efectivos (como la melodía burlona y los coros infantiles de “Sex, Drugs & Violence”, donde colabora KRS-One).
Así, cortes comos los ya citados, el que da título al álbum u otros como la orgullosa y melancólica “Harden than you think”, “Amerikan Gangster”, “Flavor Man” (el Flavor burlón, con unas rimas sobre Windows y Microsoft), “The Enemy battle hymn of the Public” (preciosos coros), “Escapism”, “Frankenstar” (tremendos guitarrazos, perfecto para que los aficionados al metal brinquen en un concierto de Public Enemy), “See Somethin, say something”, “Long and whining road” o la distorsionada y ruidosa “Eve of destruction”, hacen de este disco una grabación más que recomendable: un disco brillante, de Hip Hop maduro y que mantiene el tipo a lo largo de 19 temas y más de sesenta minutos de música, algo que no está al alcance de muchos grupos.
Por último indicar que existen varias ediciones de éste álbum, al menos dos, una de las cuales, la que nos nosotros tenemos la suerte de poseer, cuenta con un DVD adicional con reportajes y actuaciones en directo. Un suculento regalo que incrementa aún más el atractivo de este disco.
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