Proboscis: Stalemate

Proboscis: Stalemate
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¿Es posible hacer música agresiva y cañera que a la vez resulte terriblemente imaginativa y sorprendente?.

Puedo afirmar rotundamente que si por que tengo la prueba entre mis manos, y que pedazo de prueba. Desde el primer acorde hasta el último este cuarteto de fieras se dedican a derribar muros estilísticos y prejuicios a base de componer piezas que se escapen de lo convencional cargándolas de texturas, cambios e imaginación que te van a dejar con la boca abierta. Para que te hagas una idea, pon su centro de gravedad en el Hardcore más metálico, añádele un bajo hyper-groove, una guitarra que suena como un tiro pero con técnica abundante (la digitación en algunos momentos es de lo más parecido a Satriani) y sazónalo con un vocalista muy agresivo y un batería que se sale por momentos, obteniendo diez temas que varían desde el frenetismo de “Losing Streak” (que podrían ser unos Voïvod de tripi) a los ritmazos de “Stalemate”. Cada tema es un mundo en sí mismo, no son nada típicos y se salen de madre con historias muy raras, a pesar de lo cual resultan bastante pegadizos, y ese es su principal aliciente, ser capaces de meter un matute del copón sin recurrir a lo de siempre, lo cual se agradece en algo generalmente tan poco imaginativo como el Hardcore metálico. Su faceta más funk la puedes encontrar en la instrumental “Sulaco” y en el inicio de “Ashes”, pero esto es sólo un pequeño detalle de su variada galería de sonidos, a veces pueden resultar rayantes y otras extremadamente directos, no te vas a aburrir ni lo más mínimo viendo como machacan sin piedad palabras como “inmovilismo” o “estancamiento” a lo larga de treinta fantásticos minutos.

Todo un acierto la edición de este disco por parte de Progress., los cuales les han definido como los Primus del Hardcore, no por que se parezcan, sino por que son igual de originales y transgresores, también se les notan ciertas influencias de Fudge Tunnel, Helmet, los masters Voïvod o una Rollins Band sustancialmente más dura, pero incorporadas de una manera muy personal a su sonido.

Yo de momento me lo escucho casi todos los días con gran disfrute, y si no quieres pasarte la vida mordiéndote los dedos de los pies deberías comprártelo antes de que se lo lleve otro, esto no merece otro calificativo que obligatorio, es más, te ordeno que lo pilles ya. ¡Oír para creer!

Comentario por:  Jorge X.

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: , ).

Sobre los autores del artículo:

Jorge X
Amante de la música, batería y ex-vocalista en grupos de metal extremo. Sus amplios gustos musicales solo son comparables con sus amplios conocimos de géneros como el jazz, el Hip Hop, el metal o el hardcore.

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