Una oportunidad única, poder recrear y disfrutar un show de distintas vertientes del rock, a veces no demasiado afines: el rock duro, el horror punk y el rockabilly.
Había muy buenas expectativas para este concierto en la sala Eventual, aún se podían sentir las buenas vibraciones, creadas en la presentación del nuevo disco “La Edad de Mierda”, de la banda sevillana Gritando En Silencio, la semana pasada. Que pudimos compartir con el legendario locutor de radio, productor y creador de la revista “Heavy Rock”, hoy día “La Heavy”, Vicente “Mariscal” Romero; y al cual, rendimos cuenta, a modo de previo improvisado, de lo que acontecería la semana siguiente, justo en el día de Andalucía. Era una oportunidad única, poder recrear y disfrutar un show de distintas vertientes del rock, a veces no demasiado afines: el rock duro, el horror punk y el rockabilly. Y todo, en el marco del día festivo oficial del 28 de febrero.
Enterradores abrieron el “triunvirato rockero”, con dos nuevos temas inéditos, que ya pudimos oír en otros shows, como el del “40 aniversario de Juanillo Basura” en el Velvet, junto a la banda del homenajeado, Hairy Nipples; u otro, no tan lejano, en Artestación (Álora), que representaba la vuelta del grupo a los directos, tras un tiempo de pausa. La primera canción en sonar, sobre las 23:00 horas, fue la titulada “El juego”, para enlazarla con “Hienas”. Para acabar el primer bloque de cuatro temas, sin parar, en su onda de punk oscuro y con tintes ochenteros, con las más conocidas para su leal séquito: “Te consumes” y “Destruido”, ambas de la demo “Trabajo acumulado” de finales de 2012 y también incluidas como buenísimas versiones remasterizadas y vinílicas, en el LP split “It’s Only Punk, Collector’s Compilation Vol. 3” del 2013.
El siguiente bloque de temas, iría encabezado por sus ansias de despacharnos un muy grato “Festín sangriento”. Pako Nicho, poco a poco fue entrando en calor, porque Enterradores, si tiene un vocalista y frontman excepcional, es además, un grupo de directo. Y les gusta plasmar esta actitud sobre el escenario y más de una vez, abajo en el foso o cerca de la pista adonde se encuentre su fiel público. Y en varias ocasiones, a pesar de la altura y dimensiones del escenario, Pako logró sortear las “distancias” y darse su particular baño de masas, protagonizando esos clímax y feedback con sus incondicionales seguidores, a base de mucha sangre, sudor y placer… Temas como “Collar de perro”, “Akelarre” o “Deforme”, así lo certificarían.
Gran culpa de la buena actuación de Enterradores, a pesar de ciertas deficiencias en el sonido, típico a veces de salas cerradas, la tuvieron sin duda, los miembros que componen la base rítmica. Muy compenetrada y contundente a la hora de fijar las bases, Casaño a las cuatro cuerdas y Delia aporreando los timbales y el bombo percutor, como si se tratara de una batería antiaérea. Simplemente, inconmensurables. Cristóbal a pesar de llevar unos días febriles, supo resolver el envite, con maestría a la hora de ejecutar solos “diabólicos”, entremezclados y traducidos en oscuros acordes. Manteniendo notas y cadencias de ultratumba, en sintonía con el toque gótico y siniestro de sus compañeros de faena. Todo ello, aderezado con temas de sus dos demos e incluso de algún que otro proyecto compartido internacional como “Necronomicón: capítulo II” y el tema speed “Mata un viejo”. Tampoco faltarían temas muy conocidos entre la parroquia local, como “El hospital del horror”, “Búscate una distracción”, “Botas negras” o “Ruidos raros…” apostillada y rebautizada para la ocasión como “…En la Eventual”.
Enterradores mostraron en sociedad nuevos temas, muy en su onda, quizás dando rienda suelta a influencias más del after-punk, y punk 80, como “Psico-control” o “Invierno nuclear”, que esperamos ver pronto en formato físico. Y caldearon el ambiente, preparando la antesala de la actuación de Devil’s Dandruff, ya que finalmente Bert Blackmont cerrarían más tarde el evento.
Otros conocidos de Collector’s Series, por su gran aportación al primer volumen de vinilo, con el por entonces tema inédito y como adelanto de su segundo trabajo, la canción “Deserts in bloom”, Devil’s Dandruff, aparecieron a los pocos minutos, sobre las 24:00 h. Como era de esperar, abrieron de forma muy enérgica, la segunda actuación de la noche. Manteniendo la fiesta y el ambiente rockero, que se podía sentir y respirar, con una aceptable entrada de público, que se congregó, para no perderse ni un ápice de detalle, de ninguna de sus bandas favoritas. Sus dos primeras canciones fueron escogidas del álbum de debut “Suicide lifestyle” de 2006, más concretamente: “Go!” y “Hangover”. Un disco que destacó incluso a nivel estatal, llegando a manos de grandes conocedores del medio, que supieron valorarlo en su justa medida, como Carlos Pina, el vocalista de Panzer y periodista durante años en medios de prensa, como la revista Heavy Rock o sus míticos programas “Rompehielos” o “Música en negro” de Radio 3.
Con el tema “Radio zombie”, Devil’s Dandruff nos adentró en su vena más metalera, para lo que comparativamente nos tienen acostumbrados, riffs más entroncados con sonidos de hard rock. Y si realmente, la primera banda en abrir el show, bien podía haberse formado en los albores de los 80, esta segunda, sin duda podría haberlo hecho en la década anterior, la de los 70. Devil’s Dandruff, además de haber contado con producciones siempre celebradas y bienvenidas en sus trabajos, como la del genial Sergio Cascales o masterizaciones en los míticos Sterling Sound de New York, por el también reconocido Justin Schultz. Demostrando, trabajo tras trabajo, que tienen unas maneras de banda internacional. Más tarde, irían cayendo temas de sus discos más recientes, como el que daría título a su segunda obra en formato álbum “King of contradiction” de 2009 y que además contó con la presencia de Félix al micro, que junto a Sergio, cantarían a dúo dicho tema. Un amigo cercano a la banda y músico entre otras formaciones, de Cuatro Santos o Silver Beats. Del primer disco, también tocarían “Give it up”, con un Sergio muy glamouroso, crecido vocalmente conforme iba transcurriendo la actuación y muy sobresaliente en la ejecución del cover de Jefferson Airplane “Somebody to love”. Los solos se iban intercalando fenomenalmente, entre los guitarristas Manolo y Marcos, mientras Profe al bajo y Juan a las baquetas, hacían lo propio por arropar con buen tempo firme los temas. Antes, habían tocado la canción “Firewoman” y ahora le tocaba el turno a un bloque de tres temas del último disco del año 2013, “Rusty bones”. El primero en sonar, sería el que da título genérico al álbum y le seguirían “My blood” y Sunday morning”. Era también la hora de presentar a la banda, por parte del cantante Sergio, entre bromas sagaces, le tocaba el turno de lucimiento al Profe, que se hizo un solo de bajo, precisamente que pegaba bastante a los temas inéditos más recientes, donde la base rítmica está muy presente. Acabaron con canciones de nuevo, rescatadas del primer y segundo disco como “Behind the waterfalls”, “Spread the words”, “On the loose” o la de nuevo cuño “Never learn”. Una banda que no para de progresar y ojalá pronto pueda ofrecernos un cuarto trabajo discográfico, que de seguro estarán armonizando a base de cuerdas de acero y caña en el local de ensayo.
Bert Blackmont & The Bucks se hicieron esperar, pero finalmente dieron un buen concierto de “savage” rockabilly como a ellos gusta definirse. Venían con muy buenas referencias, músicos procedentes de otras grandes bandas del estilo o similares en la provincia, tales como The Beerbellys, Mike Hillman & The Latin Hillbillies, Raw Deal, Mike & The Knights o los ampliamente conocidos y añorados Toxic Womb, que también participaran en el primer volumen vinílico de la colección de Collector’s Series en 2009. De esta última banda procedía Javi, que no paró en toda la noche de golpear veloz y duramente sus timbales. Por ser músicos experimentados, no se les podría más que agasajar a cada uno de ellos, ya fuera a la elegante guitarra de Carlos, el propio Bert como vocalista, pero sin duda el que dio mucho juego, sobre todo a la hora de danzar y hacer piruetas, fue el contrabajista Antonio “Smiley”, un verdadero espectáculo al que acabaron uniéndose el resto de miembros, sobre todo cuando iba acabando su estupenda actuación. A pesar de las altas horas de la madrugada, ya pasando con creces las 1:00, temas como “Wake up, wake up”, “Nena peligrosa” o “Russian love” resonaron en las estancias de la Eventual, como si de un viaje a los 50 se tratase.
Al final el “crossover” de estilos, de buenos músicos y sobre todo “currantes” del rock. En muchos casos, dejaron atrás más que años, décadas, donde ya demostraron su talento y valía en recordadas muy notablemente bandas extintas y sinceramente, esa valía debería de ser aval más que suficiente, para que tarde o temprano se les valore como es debido. Los que suscribimos el artículo, lo celebraremos y estaremos en cualquier caso apoyándoles desde la humildad y la admiración.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).
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