Un buen puñado de canciones de rock, en unas interpretaciones donde se nota el trabajo de los músicos en composición, arreglos y ensayos. Once temas que no dejan indiferente.
11 temas despachados en 57 minutos. Según el contador digital de walkam. La banda, pues, no tiene ninguna prisa ni ninguna presión. Abres la caja, sacas el CD, y se te puede tirar encima un "Alien" en blanco y negro dispuesto a desenfundar como todo un gunmen de las novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Al lado, a la izquerda, la fotografía de los 4 convictos de rock, o sea, Gerardo (Voz y guitarra), Sito (Guitarra), Alfonso (Batería) y José "Peixe" (Bajo), y en posición entre burlona, relajada e irónica.
Los agradecimientos van para Mauro Muñoz por "Vaya Marrón", "Vuelta a empezar" y "El gato y el ratón".
La portada de la maqueta es electrizante, bien currada. Un azul grisáceo, reloj sin agujas, cielo encapotado, tinieblas, algo crepuscular. Ya veremos.
Afronto este trabajo tras enviar un mail a Ana González, del Departamento de prensa de "Ojos de Brujo" sobre unas cuestiones profesionales, coordinar el listado de preguntas para la entrevista a "Zulú 9.30" para esta misma revista, recibir el último libro dedicado del escritor, editor y periodista Manuel Blanco Chivite, que os prometo reseñar, a pesar de sus 503 páginas, y de remitirle un texto breve para su próximo álbum al dibujante, ilustrador y amigo Juan Kalvellido, colaborador también de "La Factoría del ritmo". 2
"Al final del raíl", tema que da título a la maqueta, dura 5m46s, es el 1º de la tanda. Un tren va llegando. Silbido y guitarras a los 28s. Rock en estado puro al comienzo. El bajo muy expresivo, riffs potentes a los 55s. Un instrumental pasado el primer minuto. Letra al servicio de un rock español de algunas bandas de los 80 y principios de los 90. Historia de alguien, deseos, propiedades, el tiempo pasa. No se consumen las cicatrices. Un malentendido con uno mismo. Un mal funcionamiento. Tristeza, falsedad. ¿Se impone un cambio? Todo es hastío, despiste. Hay una vuelta al instrumental a los 3m acometida con fuerza. Espacios de guitarras nuevos que 33s después son melancolía y belleza. ¿Podemos romper? ¿Excesiva esperanza cuando todo es criminal y sepulcral? Canto existencialista poético que se agradece. El tren la vida, sigue. Les debemos agradecer esta canción. Su título me ha hecho recordar "el tren", de Rosendo, otra metáfora de la vida. ¡Hay que ver como son estos chicos del heavy rock!
Un viejo cuento es el del "gato y el ratón", que es el siguiente de la lista. El ratón, contaba alguien en un cómic de 5 ptas de artes marciales, en mi juventud, no debe ir a vivir con el gato. Veamos pues: Batería, efectos, guitarras, cierto misterio, tiempo medio de acordes, más o menos, hasta los 50s. Un tema tranquilo. Sonido depurado y vagaje de rock duro, balada a ratos. A los 2m47s llegan más vitaminas y un solo punzante de guitarra, y otro más profundo, introspectivo, a los 3m20s. Bastante bueno.
"Vuelta a empezar" es el 3º de los temas de registro contundente y vertiginoso. Velocidad y síntesis. ¿Personalidad atormentada. Se puede cambiar? Diálogo con un "yo" en cierto trastorno. Los tiempos musicales varían en sonidos. 1m42s más metalero, riffs de calidad a los 2 minutos, agudísimo a los 2m48s, la batería más personal en el tercer minuto, investigando entrañas musicales. Un tema ético al cual le sigue "Justicia" que es un punteado dulce, tranquilo. Operan los instrumentos contándonos la historia de alguien que se equivocó. Dos personas, tal vez él y ella. Rutina y delincuencia, balada con sobresaliente en su trajín, haciéndose distorsión en las guitarras en 1m1s, seguidas de columnas de sonido en claroscuro como la portada del CD. Realidad de injusticia, pues la justicia es la moneda de cambio de ascos en determinadas ocasiones. 4 minutos y pico bien aprovechados. Destaca el saber de los guitarristas que en este caso fusionan ritmo y elucubraciones. Tal vez esa foto en la contraportada adquiere más sentido.
Añado sinceramente que el bajo adquiere la misma brillantez que los otros dos instrumentos.
Un "Marshall" en la última página del libreto y fotografías de los socios repartidas entre letras en blanco y negro son otras de las señas de identidad de este combo. Señas peculiares en "Vaya Marrón", tema nº 5. Contundencia y sincronía, regalo del más sabroso heavy. Alguien busca de mujer a hombre. "Mujer de bar siempre en guerra". Guiños que hay que atrapar entre los cuerpos. Aire y viento de guitarras interrelacionadas con diversas voces propias. Todo un minuto largo a partir de los 2m20s. Corte más cañero desde los 4 minutos, yéndose hacia otros parajes.
Le sigue "Sigue así", que es un punteado cristalino a los 15 segundos de comienzo, dando entrada a un remix de guitarra y bajo. Palabras de la realidad en la letra. La sociedad clausurada en su exterminio mediatizado, más carne de estas escuelas de la vida que son prisiones y campos de concentración, soledad y dudas, esa nacionalidad que es la pérdida en la que nos marcan como reses sociales. Un 1m35s potentes, en línea al rock de dos décadas anteriores. En según que momentos su cadencia me ha trasladado a las epopeyas de "Bloque" con ese fascinante punteado a los 3 minutos. Muy elegante a partir de los 30 segundos posteriores, con un giro atrevido llegando a una duración estimable de más de seis minutos.
"Tóxico" aparca como 7ª canción. Es la historia de un muchacho que ya he escuchado cinco veces. Errores, personalidad, marcharse, actitud propia. Un corte enfrentado con habilidad por la banda, muy bien salvado pues tiene sus complicaciones en el seguimiento de la música a la letra y viceversa del que me quedado también con un espacio a los 2m25s directo, con las guitarras frenéticas y un minuto especial. Entrañable, recuerdo a un amigo que hace muchos años desapareció, se fue, no dijo adiós.
El 8º de la fila, ¿Qué puedo hacer?, tiene todas las trazas de reminiscencias a un rock más actual, de nuevo cuño, en que se pueden explicar influencias. Aunque os parezca mentira los cinco primeros segundos son muy buenos. Se abastece en la letra del tema de las relaciones humanas y de una voz femenina haciendo coros al 1m05s. Mantiene una cierta nostalgia instrumental, riffs más elásticos en correspondencia a una percusión más concreta, filigranas a los dos minutos y un concierto de dudas.
"Carne sin valor" dura casi 7 minutos. Es más metalero, nos envía sugerencias diversas, cambia el registro y con un minuto en solitario abriendo expectativas a otro rock. Mi tema favorito con "Sigue así", lo cual no descarta al resto, es mi orden propio. Ideas, colores en las palabras. Poder, autoridad, obediencia, sensaciones, traiciones. Tremendas la sección de cuerdas a los 5s y sigue para "Dar patadas al aire" con todas las melenas, o las calvas, je,je. "Patadas al aire" es el 10º. Efectos de calle, voces, guitarras, se pisa el pedal, otra guitarra, algo más dulce, melancolía menos crepuscular. Poema de noche y de ciudad. Ciudades en las que el sistema ha conseguido que seamos policías de los demás haciéndonos pensar que la muerte es la única identidad común por desgracia y beneficio para los amos. Alguien revuelve en la basura en días que se dejan de examinar. Tiempo musical lento de 2 minutos y estruendo más insistente hasta casi los 4s. Coros, silbidos, leyenda, tiempo, pasos y coraje, pasión de guitarras al final.
Concluye el CD con "A ti", tributo para el público. Aplausos, muy directo, cañero para la colección del buen rock. Homenaje a la música, al saber estar. Tocar y currar sin desfallecer. La propia biografía y memoria de las bandas. Vuelve la voz femenina de Sandra Abeal. Heavy en estado total, sin profecías, ni ambigüedades. Nostromo se merecen que les dediquemos sensaciones, en fin, ¡que les vaya bien!, salud y poesía, salud y anarquía.
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