Norah Jones: Concierto en Vigo, (Parque Castrelos) – 14/07/10

Norah Jones: Concierto en Vigo, (Parque Castrelos) – 14/07/10
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Los grandes conciertos de verano en Vigo daban pistoletazo de salida con la actuación de la multipremiada Norah Jones. Una puesta en escena acorde con el intimismo de la música, con unos sencillos juegos de luces que de manera ilusoria nos hacían ver que la banda estaba tocando en un salón de lujo.

Los grandes conciertos de verano en Vigo daban pistoletazo de salida con la actuación de la multipremiada Norah Jones, una artista que muchos dicen conocer pero que solo un número reducido de la prole sigue con verdadero ahínco y devoción. Castrelos, ese bendito auditorio al aire libre, se llenó hasta la bandera para recibir a esta eminencia del Jazz moderno. Cierto es que el coso no mostró una buena cara hasta poco después de que finalizara el “show” de la telonera Sasha Dobson, que hizo doblete esta noche ya que es integrante de la propia banda de Norah Jones.

 

protagonistasSasha ofreció un show muy intimista, sencillo en lo musical y que emocionó a los que no quisieron perder detalle. La mayoría del personal se tomó el concierto de Sasha para hacer “corrillos” y cenar algo rápido para que la espera por ver a la estrella de la noche fuese lo más corta posible. La sorpresa llegó cuando la propia Norah Jones se presentó en el escenario para tocar junto a su compañera un par de cortes.

 

protagonistasEl Ayuntamiento de Vigo habilitó a pie de escenario un buen número de sillas para que los asistentes disfrutasen cómodamente del concierto que, aunque numerosas, se quedaron escasas para la ocasión. Esta zona privilegiada era la única por la que había que pagar entrada y es justo decir que el precio era de lo más económico y nada comparable a lo que tuvieron que pagar los paisanos bilbaínos días antes o nuestros vecinos portugueses de Cascais el día anterior. Estamos hablando de 12 euros, un precio pírrico para un show de esta envergadura, lo que cuesta tomarse en cualquier local de la ciudad una tapa de “pulpo a feira” y una copa de vino. La mayor parte del público decidió situarse en las gradas que, en forma de semi-luna, flanquea el recientemente reformado escenario (mejores accesos y mayores comodidades para músicos y profesionales). Cabe decir que en esta zona el concierto era totalmente gratuito, como viene siendo habitual en los conciertos que se celebran en el famoso auditorio olívico. Entre zona de pago y zona gratuita se congregaron esta noche un número aproximado de 20.000 personas.

 

protagonistasTras la tensa espera, a eso de las 23:40, Norah Jones se presentaba ante el público vigués entonando el primer tema “I Wouldn’t Need You” haciendo gala de una voz fantástica, genuina, como caída del cielo. Una puesta en escena acorde con el intimismo  de la música, con unos sencillos aunque efectistas juegos de luces que de manera ilusoria nos hacían ver que la banda estaba tocando en un salón de lujo. El silencio entre los asistentes fue el gran protagonista, solo roto por breves aunque intensos aplausos cuando Norah Jones finalizaba alguno de los temas que presentó esta noche.

 

 

 

 

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protagonistasSu cuarto disco “The Fall” fue el gran protagonista y aunque goza de buenos temas, más coloristas y “movidos”, el personal parecía acoger mejor los que están más arraigados en el jazz accesible de los inicios de la artista, temas muy aplaudidos como uno de sus mayores éxitos comerciales “Sunrise”. Norah Jones, tímida ella, dedicó algún que otro “graciñas” con lo que se ganó el cariño de su público y dejó entrever en alguna que otra ocasión que “aunque la noche es muy bonita, me estoy muriendo de frío”. Pero aunque ella notara el fresco típico de una ciudad costera, la calidez de su voz y la métrica poética de sus versos no se vinieron abajo. La Fender que desde hace algún tiempo se cuelga de su cuello, le viene un poco grande, pero la artista crece en su mejor faceta que es la de pianista, instrumento desde el cual (a mi juicio) ofreció los mejores temas, engalanándonos en un aura romántica de la que era difícil escapar. La parte más divertida llegó de las influencias más countrys con temas como “Sinkin Soon” o  “Cry, Cry Cry”, homenaje al gran Johnny Cash o las que dejó para el final, en los bises, en los que bajo un formato muy clásico y acústico destacó la rítmica “Stuck” (que incluso hizo bailar al personal al estilo cowboy), fervientemente aplaudido. Jazz, Pop, Country y otros estilos se dan cita en la actual propuesta que nos ofrece Norah Jones. Así, el toque más Blues llegó con “Man Of The Hour” y el más Soul con “Chasin Pirates”, ambos de su último disco, del cual destacó también la interpretación de “Light As A Fader”.

 

Cabe destacar la profesionalidad de los músicos camaleónicos que acompañan a la artista,  capaces de virar desde el jazz más clásico hasta el pop-blues de nueva hornada. Nos ofrecieron variedad y sutileza a partes iguales y lo que es mejor, un sonido extraordinario, merito de los técnicos y de los propios intérpretes.

 

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protagonistasNo me gustaría acabar esta crónica, sin hacer una pequeña crítica a cierto sector del público que ya en el tercer tema de la artista se decidió por irse del concierto. Por supuesto cada cual puede hacer lo que quiera y todo es interpretable, pero a mi personalmente me parece una falta de respeto eso de ocupar varios sitios en la grada, aunque sea gratis, para quince minutos después abandonarlos mientras gente que realmente quería ver el concierto entero y llegó más tarde, tenían que estar de pie. Lo cierto es que no fueron pocos los que se fueron, unos contagiados por otros, pero mediado el concierto, las gradas se habían despoblado considerablemente. Unos no sabrían a lo que iban (sumamente ignorantes), otros quizás solamente querían hacer acto de presencia para después poder decir aquello de “yo vi a Norah Jones” (medianamente ignorantes), muchas parejas escuchaban dos o tres canciones y parecían estar preparados para ocuparse de otros menesteres, igual de cálidos y emotivos pero gozando de una mayor intimidad (ignorantes)… en fin, que lógicamente esto es debido a la gratuidad del concierto unido al esnobismo exacerbado del que hace gala alguna gente cuya única finalidad es aparentar, estar en el tinglado que se dice, fiel reflejo de la sociedad que nos oprime, curiosos como los que se hacinan alrededor de un accidente de tráfico, móvil en mano para capturar una foto o grabar su video casero con el que impresionar, como si una imagen borrase de un plumazo la ignorancia en la que viven sumergidos.

 

Fotos por: Jesús Figueirido

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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