El grupo de jazz Nevermind Trio ha publicado su segundo álbum con el sello Errabal, que ha difundido la siguiente información:
Un juego fonético entre Be (“Ser”, en inglés) y Bi (“Dos”, en euskera)sirve de título a este segundo capítulo de Nevermind Trio.
Cocinado a fuego lento, en la intimidad del caserío Irigoyen al que incluso dedican un tema, ‘Be” no es un disco de jazz al uso. La música que contiene se inspira en un claro elemento narrativo, viven-cial y reflexivo que parece cohesionar todo: recuerdos, sensaciones, imágenes y personas, sentidos homenajes y pequeñas citas. Pedazos de vida, en definitiva. El libreto es explícito en las deudas contraídas, y rebosa gratitud.
En Azkenengo Waltza, el tema que abre el disco, el batería Hasier Oleaga medita a propósito de Mikel Laboa, con quien llegó a trabajar de la mano de Iñaki Salvador. Piel de Gallina despega sobre el ejemplo de Jordi Bonell, En el fondo invoca a Wilco, Jeff Buckley y Radiohead en su equilibrio entre calma y tempestad, y en Stabat Mater y The Oxcart -Bydlo- adaptan sin impostaciones el universo barroco de Giovani Battista Pergolesiy el Músorgski más intuitivo, re-spectivamente. Todo encaja con naturalidad.
El guitarrista Jorge Abadías traza el camino a seguir, un discurso armónico hermosamente abstracto, que provee a Aritz Lu-zuriaga y Oleaga de numerosas opciones por explorar. Gran parte del repertorio lleva su caligrafía, perfectamente definida y personal, aunque también podamos reconocer en é! a Pat Metheny, DaniPérez, Neals Cline o el inevitable Kurt Rosenwinkel.
La modernidad del enfoque general no impide a Nevermind Trio tocar con un elevado swing en determinados momentos, como en la risueña El reclamo del amo, que puede incluso recordar a Blind Melon con ese groove nada impostado que lucha por imponerse a la melodía.
La colaboración de Alejandra Mingot en Stabat Mater y El Reclamo del Amo, o de Julen Izarra (RS Faktor, Ácido C, Organ-iks) en sus presentaciones en directo, refuerza la idea de que este proyecto sólo tiene sentido desde la afinidad y la honestidad. Música contemporánea que no entiende de etiquetas, emotiva y de altos vue-los, en ocasiones desafiante y a menudo meditativa, que nos obliga a recuperar el arte perdido de la escucha consciente. Más alla del Jazz.