Mientras José Cano prepara una ópera y Ana Torroja trabaja en su primer disco en solitario, la otra pieza del trío Mecano, Nacho Cano, gira por varias ciudades españolas presentando su primer disco, “Un mundo separado por el mismo Dios”.
En su disco en solitario Nacho intentó expresar su lado “espiritual”, con canciones ampulosas, complicadas, con casi total predominio instrumental.
El público al que iba dirigido sumaba a los fans de Mecano y a un público adulto predispuesto al New Age. Pero algo ha cambiado desde los tiempos de Mecano: entonces la gente iba a ver unas canciones que todos conocían y con Nacho, van a descubrir nuevos sonidos.
Nacho se queja de la mala acogida de parte de la crítica, que le achaca una excesiva prepontecia y un sonido demasiado ambiciosos, con un aire de genio en su pose que no se corresponde con los resultados musicales. También le critican un cierto proselitismo hacía el budismo, filofía que Nacho ha abrazado con entusiasmo, al incluir en sus espectaculo a monjes budistas recitando mantra, y una falsedad en su espiritualidad por detalles como utilizar una ventilador para que su melena se agite.
El se defiende argumentando que quién opina así piensa que todo los que van a sus conciertos o compran su disco son idiotas.
Por otra parte tanto Nacho como los otros dos miembros de Mecano afirman que el grupo no ha desaparecido, pero el futuro de la banda lo ven lejano, por el momento, debido a sus proyectos en solitario.
Comentario: F-MHop
Si quieres saber más:
FAQ de Mecano
(Perteneciente al núm. 1 de la Factoría del Ritmo.)