Nacido en Reading en 1953, Mike Oldfield sintió la llamada de la música desde muy niño… con diez años compuso sus primeras canciones y tras unas pequeñas aventuras en varias formaciones, comenzó a grabar con Virgin, un pequeño sello creado por el dueño de una tienda de discos.
Desde 1973, año en que se publica "Tuburlar Bells", y durante el resto de esa década y la siguiente, Mike Oldfield editó un buen número de discos, en el que ofrecía rock sinfónico, canciones pop e influencias folk, siempre con una grandísima elegancia, que aunaba comercialidad y buen gusto.
Los discos de esas décadas le llevaron a mantener el estrellato mundial que logró ya con su primer álbum. Un éxito que sin embargo le generó muchos problemas con su compañía, que le presionaba para que diera prioridad a los temas cortos, vocales y comerciales, frente a los largos desarrollos instrumentales.
En los años 90 Mike Oldfield logró desligarse de Virgin. Lo que en principio le daba una mayor libertad creativa y aumentaba la posibilidad de que sus discos fueran más interesantes artísticamente.
Pero lo cierto es que desde entonces sus trabajos no han hecho sombra en ningún momento a los de la etapa anterior. Y no se puede pasar por alto el hecho de que ha exprimido el éxito de "Tubular Bells" hasta la saciedad, con dos continuaciones y dos revisiones totalmente prescindibles. Eso sí, desde el punto de vista comercial, sus discos han sido muy rentables.
En los últimos años además ha sumado a sus influencias el "chill-out", esa etiqueta que se convirtió en estilo tiempo después de que se vendieran discos vinculados a ella. Durante los años 90 en muchos clubs de baile surgió un espacio nuevo: una sala en la que alternar de música, cambiando la velocidad y el ruido por lo pausado, con sillones para sentarse y algún aliciente adicional. En esos espacios se pinchaba jazz, bossanova, electrónica relajada, trip-hop, Hip Hop abstracto y otros muchos estilos. Luego el fenómeno se explotó comercialmente y se creo el la etiqueta como estilo… una suerte de electrónica a medio tiempo o lenta, muy digerible y sin demasiada "enjundia", donde vale casi todo… ritmos tribales, voces de opera, versiones de temas comerciales, etc.
En "Light + Shade" Mike Oldfield ofrece una obra dividida en dos discos, donde junto a los estilos que le hicieron grande… rock sinfónico, algún eco folk y melodías con la accesibilidad del pop, se le suman los elementos electrónicos onda chill-out.
Basta con echar un vistazo a los créditos del disco para comprobar que junto a cuatro guitarras y un piano, aparecen un largo listado de elementos electrónicos… un teclado, dos ordenadores y sobre todo una extensa colección de software entre la que se encuentra el Vocaloid, software para la generación sintética de voces.
Sin embargo no viene el nombre de ningún músico, salvo dos arreglistas, Robyn Smith y Christopher Von Deylen, que participan en total en tres temas. Por lo que es de suponer que todo el resto del trabajo de interpretación, además de composición y producción ha sido realizados por Mike Oldfield.
El primer compacto se llama "Light" y se abre con "Angelique", un tema muy en la línea de sus discos de los 80. Con arreglos de teclados y riffs de guitarras elegantes, además de unos voces repetitivas que se asoman con frecuencia, todo sobre una base rítmica animosa. El siguiente corte es "Blackbird" un tema con el piano como protagonista principal, sin base rítmica y con algunos sonidos planeadores adornando.
El tercer tema es "The Gate", en onda ambiental… unas voces se llevan la mitad del tema, para luego aparecer unas cuerdas, darse el relevo y tener una parte final cercana a la música clásica. "First Steps" explota unos fraseos de guitarra que recuerdan a "Tubular Bells" durante unos tres minutos, hasta que entra una base rítmica y el tema evoluciona, más en arreglos secundarios que en esencia. Luego todo desemboca en una parte final apoteósica, a la que sigue un epílogo más calmado. En definitiva, un tema de más de nueve minutos muy similar a "Tubular Bells".
"Closer" es una pista relajada, construida primero con guitarras acústicas y después con sonidos ambientales. "Our Father" alterna varios fraseos de guitarra acústicos bastante bonitos, sobre un fondo de ritmos programados, y va añadiendo arreglos de más a menos.
"Rocky" es una breve pieza de piano. Y "Sunset" es uno de sus clásicos temas con guitarras acústicas bonitas, donde se hace un recorrido por diversos arreglos secundarios hasta el final del tema.
El segundo CD se llama "Shade". Se abre con "Quicksilver", un corte de ritmo techno, con bombo constante, muchos sonidos sintéticos y que en ocasiones es "chill out" y en otras el tema tiene mayor energía. "Resolution" tiene una base rítmica casi Hip Hop, pero muy limpia, y sobre ella frases de distintos instrumentos que bajan y suben el nivel de energía.
"Slipstream" es un tema con ritmo techno cuadrado, con un planteamiento similar a la primera pista de este disco. "Surfin" es casi Trip-Hop… una voz femenina, casi melancólica, sobre un ritmo un pelín limpio y partes con el sello evidente de Mike Oldfield.
"Tears of an angel" comienza con una introducción de violines, para seguir con un colchón de cuerdas sintéticas, sobre la que se acogen frases de guitarra y a partir de ahí el tema tiene una evolución habitual en el artista. "Romance" es un tema claramente techno… ¡¡incluso se podría bailar en una discoteca!!!. Con un ritmo imparable, unos riffs de sintetizador que arrastran y la entrada de guitarras y otros instrumentos que construyen una melodía inspirada en una canción muy popular.
"Ringscape" es un tema más relajado, con guitarras y un fluir de intensidades habitual en el artista. "Nightshade" es un corte muy rítmico, también de intensidad fluctuante.
En definitiva, en este trabajo Mike Oldfield explota sus conceptos tradicionales de crear canciones… progresión en las estructuras, arreglos preciosistas, sucesión de instrumentos, guitarras como protagonistas en abundantes ocasiones, y además les añade una parte electrónica importante, siendo en algunos temas una parte prioritaria. Un doble disco que contentará a sus seguidores de siempre, sin depararles ninguna sorpresa especialmente llamativa, y en el que se hecha en falta algo de garra… Algunos temas necesitarían unas bases rítmicas o un tratamiento más "sucio" para conseguir verdadero gancho… imaginarse a DJ Shadow produciendo, por ejemplo "Revolution", no es un ejercicio difícil, como tampoco es imaginarse que el resultado ganaría varios enteros.
Eso sí, el CD "Light" tiene una pista multimedia para ordenador, que incluye un software y las pistas de cuatro temas para ser remezclados. ¿Te atreves?.
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