Concierto ofrecido en el Teatro Tantín de La Obra Social de Caja Cantabria, en Santander (Cantabria), con el cantautor arropado por una banda de músicos, donde interpretó canciones de su primer álbum y también otras nuevas.
Fuera de Cantabria, Mario San Miguel, es muy poco conocido, al menos de momento, pues el gancho de su música, y de todo lo que ofrece en sus conciertos, hace que el boca a boca este funcionando y cada vez más público se interese por su arte.
Mario San Miguel fue el cantante de SOS, un grupo de rock que a principios de los 90 estuvo a punto de dar el salto y de que una discográfica les lanzara al “circuito de grupos de éxito”, pero la espera se hizo eterna y al final la banda se deshizo.
En aquel momento Mario San Miguel se retiró del escaparate musical y con toda la calma del mundo aprovechó el tiempo sin presiones… aprendió a tocar la guitarra, escribió varios libros, trabajó en oficios diversos, hizo de cuenta cuentos y con el paso del tiempo se fue haciendo de un puñado de canciones, que presentó en directo sin demasiadas pretensiones, pero qué, para su sorpresa, encantaban al público de forma inmediata.
A partir de aquí se tomó las cosas con calma, aunque con la ilusión de la buena respuesta, y después de muchas peticiones y felicitaciones, editó un disco autoproducido el año pasado, un álbum de diecinueve canciones sin título y que presentaba a un cantautor lleno de optimismo y con un universo musical admirable… rock, flamenco, música latina y, por encima de los estilos, un gran talento para hacer melodías y letras que entran con suavidad y permanecen con dulzura en el recuerdo del oyente.
Desde la edición de aquel disco Mario se ha pateado escenarios de toda la península, casi siempre solo con su guitarra, pero también ha formado una gran banda que, cuando el presupuesto y los compromisos de los músicos lo permiten, aborda su repertorio de una forma más grandilocuente.
Hace unas dos semanas ofreció un concierto en Santander, en la sala Tantín de Caja Cantabria en Santander, con ese formato de banda y allí logró dos cosas: un llenazo total y que el público se fuera para casa más feliz que cuando entró.
El directo duró más de dos horas y en él se interpretaron unas veinticinco canciones (muchas del disco, otra nuevas), se contaron historias y se jugó con el público…
El concierto se inició con la sorpresiva aparición de un percusionista y de dos bailarinas flamencas, a lo que siguió la entrada por la parte trasera del teatro de Mario San Miguel, cantando acapella (“No me puedo separar del salitre de tu piel…”). A partir de aquí comenzaría la primera parte del concierto, que tenía formato acústico, con bajo y dos guitarras sin electrificar (una tocada por el propio Mario), batería, percusiones y un gran piano. La conexión con el público fue inmediata y así se interpretaron seis canciones, con tiempo para la improvisación entre ellas, lo que dio paso al recitado de una poesía sobre una base musical soportada por la banda, que realizó un puente musical para entrar de lleno en otras dos canciones. Tras una divertida tonada (“¡Malibú”), quedaron sobre el escenario Mario San Miguel y el bajista, Miguel Sánchez, que cambió su instrumento por la guitarra e hicieron un “duelo”, para luego interpretar una canción a dúo. A la que siguió una canción en solitario de Mario.
Aquí finalizó la primera etapa del concierto, que dio el relevo al relato de un cuento escrito por el propio Mario y con el que se mezcló con el público e incluso hizo que éste participase… Una historia ambientada en el pueblo asturiano de Cudillero, con tensión “negativa”, rasgos costumbristas y final feliz.
Cuando Mario regresó al escenario y se abrió el telón, los instrumentos habían mutado en versión eléctrica y comenzó una fase roquera, con algunas interpretaciones directamente heavys, donde no faltó ni el “paso del ganso” ni los movimientos coordinados de guitarras y bajo. También hubo “preguntas y respuestas” con el público, momentos para el humor (cantando feliz cumpleaños al batería y con una niña que le entregó un tarta), un rap cantando por el teclista, la presentación de los músicos y, tras diez canciones, un hasta luego…
Y los vítores y los “otra, otra, otra”… Y una nueva apertura del telón, con Mario en solitario y una adhesión progresiva de los músicos que terminaron cantando otros cuatro temas para desembocar en el adiós definitivo, que fue acompañado de una gran ovación del público.
Mario San Miguel y su banda dieron un fantástica actuación. Además, Mario demostró ser un artista que domina varias facetas y sobre todo que conecta y regala su música con total naturalidad… Optimismo, frescura, ilusión… y felicidad. Si te enteras que va a dar un concierto en tu ciudad no te lo pierdas, verás la vida con esperanza durante una buena temporada.
La banda que acompañó a Mario San Miguel estuvo compuesta por los siguientes músicos: Chema Palenzuela, teclados, Nacho Miralle, batería, Álvaro Manjón, guitarra, y Miguel Sánchez, bajista.
Puedes saber más sobre Mario San Miguel en su página web: http://www.mariosanmiguel.com
No te pierdas la galería fotográfica: “Mario San Miguel – Concierto en Santander – 18/05/2006”.
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