Nunca diez euros fueron mejor invertidos.
Ray Lema al piano de cola y Manu Dibango al saxo y al xilófono, pareja perfecta para desgranar canciones dulces y frescas como los mojitos que el gentío disfrutaba. Manu Dibango al xilófono era una explosión de ritmo y alegría, un espectáculo verlo. Y es que los ritmos africanos de estos dos gigantes te agarraban las entrañas y ya no te soltaban. Música profunda africana, pero no reñida con la fusión de otros ritmos como el jazz o el tecno. Fue curioso ver un DJ en el escenario acompañando a los músicos. Curioso pero no muy efectivo, pues la mayoría de las veces los scratchs” de los vinilos rasgados sobraban y no agradaron al respetable. También curioso vislumbrar en un viaje de ida y vuelta, ritmos latinos ,que no son causa pero sí efecto, de éstos africanos.
Extraordinarios músicos los acompañaban, sobretodo el bajista y el baterista. Se completaba el grupo con un guitarrista y dos mujeres como voces que acompañan y como percusionistas de cualquier cachibache tradicional que suene a ritmo.
A destacar las voces. Trasladaban a la Africa negra. La de Manu Dibango profundamente grave y cálida que invitaba a acercase más a su Camerún natal. La del congoleño Ray Lema, más aguda y dulce, se dejó notar sobretodo en su versión de “Sleeping” de Paul Simon. Las de los coros, perfectas. Y se ganaron al público ambos artistas con su humor y su cercanía al público. Disfrutaron e hicieron disfrutar a los que tuvimos la suerte de vivir esa noche de verano.
Después de ese concierto, en otro escenario instalado dentro de la fortaleza del castillo hubo un conato de concierto de un grupo de “rock” que hizo bajar enteros el prestigio de el festival de Cartagena. No quiero ni recordar el nombre. Indignante que tres impresentables, que se han quedado enganchados en el slogan de “sexo, drogas y rock’n’roll”, vayan de estrellas del rock y repitan y copien burdamente lo que Mick Jagger, Jim Morrison y tantos otros hicieron hace ya más de 30 años. No sé entiende cómo se puede programar ese concierto la misma noche que nos enamoraron dos músicos de la talla de Manu Dibango y Ray Lema. Incomprensible.
Texto: Estebu
(Fecha de publicación: 28/08/2003)
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