En este disco no inventa nada. Pero lo hace muy bien. Otro calidoscopio de ritmos, estilos, sentimientos e influencias, donde un puñadito de canciones son más que notables.
Es cierto que los discos de Manu Chao, en su etapa en solitario, son esencialmente muy parecidos: collages sonoros de mil colores llenos de melodía y ritmos que se entrecruzan, se funden, se dan el relevo unos a los otros y en ocasiones comparten elementos. También es cierto que el acierto de su primer disco, "Clandestino", que parecía tocado por las hadas, lo pone como constante referencia y medida para el resto.
Sí, todo eso es cierto, pero también lo es que "La Radiolina" es un disco que se escucha con agrado desde el principio y que con sucesivas escuchas crece en atractivo y las canciones que contiene esponjan como un bizcocho de limón: ofreciendo al oyente dulzura, pero también tristeza; esperanza, pero también un punto ácido.
Éste álbum ha sido grabado "sobre la marcha", en el autocar de gira de Manu Chao y Radio Bemba, en hoteles, en casas de músicos amigos, en el local de ensayo de Manu en Barcelona… Y Manu ha tenido a su lado en esos registros a Madjib Fahem, guitarra y bajo, David Bourguignon, guitarra, Gambeat, voz, Roy Paci y Angelo Manzini (éste solo en "Politik Kills"), trompetas, además de las colaboraciones vocales de Tonino Carotone (en "A Cosa"), Flor ("A Cosa") y Beatnik ("Tristeza Maleza").
De las mezclas se ha encargado Manu Chao junto a Mario Caldato (de Beastie Boys y Jack Johnson), Andrew Scheps (Mars Volta) y Charlie Vde Farravox (el ingeniero Charles Van Der Elst). Con masterización de Adam Ayan (un refutado especialista en esa materia, que ha trabajado con Nine Inch Nails, Nirvana, Rolling Stone, Linkin Park o Rush entre otros muchos).
El disco contiene veintiún temas (quince, más seis bonus-tracks) y las canciones que sobresalen sobre el resto, y para el gusto de quien esto escribe, son: "Tristeza Maleza" (un ritmo sencillo, pero con gancho, sobre el que se elevan melodías y voces llenas de melancolía), "Rainin in Paradise" (el primer single, un corte muy rápido, en el que se viaja por el "planeta trampa"), "Besoin de la Lune" (aires de western para una letra en francés), "El Kitapena" (una bonita canción de amor), "Me llaman calle" (una canción que podrían versionear con acierto Los Chungitos), "A Cosa" (una canción lenta y con bonita melodía), "El Hoyo" (aunque la música parece reciclaje de otras canciones, la línea vocal de Manu merece la pena), "La Vida Tómbola" (los avatares de la vida y Maradona convertido en superhéroe) y "Mala Fama" (guitarras acústicas y voz soportan una bonita canción).
"La Radiolina" es un disco del que disfrutarán con satisfacción todos los fans de Manu, que sin duda sorprenderá a la gente más joven que descubra ahora al artista, aunque tiene unos planteamientos y resultados muy similares a los del resto de sus discos en solitario. C´est la vie.
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