Tres años después de su álbum “Rozando Burbujas”, y colaboraciones diversas Manoel Macía mediante, regresa con un disco propio.
Nuevo disco de Manpel Macla, 14 nuevos animales invisibles que beben de lo más selecto y profundo de la música. Manoel es probablemente uno de los guitarristas más completos de éste pais, galardón que nunca le será entregado porque sus composiciones no atienden a concesiones de ningún tipo más que las de llenar su propio espiritu, de forma tajante y drástica. Podria tocar blues y lo haria mejor que nadie, o jazz, o pop y rock (ésto podria hacerlo con dos dedos, a Do Django, o imitar cualquier estilo, pero Manoel ya decidió de jovencito no servir al show-bussiness ni en las más minimas consecuencias. Ni siquiera lo hace cuando colabora en otros proyectos, incluso ahi sus guitarras, extrapoladas del conjunto, son obras de ingenieria con discurso propio por si mismas. En sus discos, obviamente, Manoel campa aún más a sus anchas, creando un universo realmente único. Mayormente imcomprendido, minoritariamente alabado, su música en general es compleja, muy compleja, pero también llena de todo tipo de matices, desde los más amables y elegantes a los más agresivos y perturbadores. Manoel retuerce las 12 notitas al extremo más extremo, quizás dentro de 100 años su música sea asimilable fácilmente, ahora no.
Más conceptual y coherente que su predecesor (Rozando Burbujas, 2009), Animales Invisibles nos vuelve a transportar al ambient, al sinfónico, al folk, a la new age, y cuenta ésta vez con la valiosisima colaboración de otro monstruo de la polivalencia musical, Rafael Pacha, quien mezcla, masteriza y añade pianos, baterias y otras pinceladas sonoras. Remata la – faena David Poveda con otro maravilloso diseño gráfico. ¿Que a qué suena Manoel Macla? pues a Manoel Macla, y en su caso ésto no es una frase hecha.