Lujuria: Concierto en Vigo – 07/11/2009

La marcha a contra-reloj en que siempre se convierte la ruta entre el lugar de trabajo y la sala de conciertos propició una vez más que llegáramos un tanto tarde, tanto como para perdernos la mayor parte de la actuación de Nocheni, que se encontraban tocando sus últimos temas cuando, por fin, pisamos suelo iguanés. Lo primero que nos sorprende es el gran ambiente que presenta la sala, llena hasta los topes y disfrutando plenamente de los Nocheni, y no eran precisamente sus colegas de barrio los que solamente ovacionaban a la banda. Lo cierto es que estos chicos suenan de maravilla y cuentan con un cantante/teclista que es un auténtico animador de fiestas. Aunque tarde, llegamos para el fin de fiesta del show de los vigueses, marcado por el cachondeo a base de buen Hard Rock y cuyos momentos finales reservaron para hacer un medley de B.S.O. de series míticas de los ochenta en clave hard que fue realmente espectacular; mezclaron entre otros los riffs más clásicos de “El Coche Fantástico” con los de “Sensación de Vivir” y la peña se lo pasó en grande, que los despidió como si fuesen la banda titular de la noche.

Tras la actuación de Nocheni, toca  preparar el escenario para Lujuria. El despliegue organizativo entre las dos bandas me dejó estupefacto y en pocos minutos la banda se encontraba lista para matarnos con su demoledor directo. Opté por quedarme en la parte superior de esta jaula de leones que es La Iguana Club, visto los ánimos caldeados que se vivían a pie de escenario y lo imposible de acceder cerca del mismo. La banda da comienzo con un petardazo llamado “Licantrofilia”, canción que da título a su nuevo disco y desde el principio la gente se vuelca con la banda; tanto que Oscar queda gratamente sorprendido aún antes de lanzarse con el segundo tema. La verdad es que no es novedad eso de que las bandas se sientan un tanto acorraladas en el pequeño escenario vigués (demasiado pequeño bajo mi punto de vista para esta ocasión), unido a esa sensación de estar tocando en un ring de boxeo, cuyos gritos y aplausos vienen de todos los lados, miren los artistas para el frente, hacia arriba o para un lado.

El contacto directo con el público, propio de los escenarios a ras de suelo y una gente totalmente volcada y desenfrenada, hacen que Oscar, tras un furibundo “Jekyll & Mss. Hyde” acabe haciendo un alegato sobre lo buena gente que es el público vigués, al cual reconoció que la banda había dado demasiado de lado, algo que tras esta noche no se volvería a repetir. Aprovechó también para hacerle un dedo a todas aquellas instituciones que se encargan de enterrar el rock y las juergas nocturnas vista la “última moda” en que se ha convertido cerrar bares y salas de conciertos. Por supuesto, acabó metiéndose a la gente en el bolsillo y arreciaron los aplausos y vítores varios.

“Licantrofilia” fue el disco estrella de la noche. El numeroso público joven que se congregó en la sala parecía saberse más que de memoria temas como “Cuerpo de Mujer”, “Las Tablas de Moi-Sex” o la propia “Licantrofilia” y curiosamente cojeaban algo más en los temas clásicos, algo que denota que Lujuria se han convertido en el referente que necesitaba el Heavy Metal español de corte más clásico. De hecho su último disco vuelve a incidir en esa vena clásica que quizás habían perdido en discos más “elaborados” como pudo ser “Y La Yesca Arderá”, y sin duda, los segovianos se encuentran con ganas de dar más caña que nunca. Musicalmente rozaron el perfecto, dentro de las limitaciones sonoras de una sala pequeña, por supuesto. La falta de espacio para un lucimiento escénico mejor fue reemplazado por un sonido aplastante, con unas guitarras sobresalientes, un Oscar incendiario, el buen hacer de Ricardo Minguez a las teclas, sobre todo en los nuevos temas donde sobresale este instrumento y por supuesto la bestialidad de Maikel a la batería que hizo las delicias de los que presenciamos la actuación desde las alturas.

Emocionante fue ver como toda esta panda de nuevos jóvenes heavymetaleros ovacionó a Oscar tras la presentación de “Viejo Rockero”, un tema de corazón y sobre todo de principios.  Algunos de los que no llegaban a los veinte años no sabrán hacia donde se encaminarán sus vidas en un futuro, y de todos es sabido, que el Heavy Metal en muchos casos es una etapa corta de nuestras vidas (la más destroyer y reivindicativa) y que acaba apagándose hasta convertirse en un recuerdo casi anecdótico. Hoy la gente pareció “prometer” que llegarían a viejos siendo rockeros e inevitablemente  pensé aquello de “haber si es verdad”. A todo esto, el corte fue total.

Tras el momento “comunión”, los más veteranos disfrutamos plenamente con “Corazón De Heavy Metal”. Esto si que es una declaración de principios con la cual viví momentos de auténtico orgullo, tanto como para acabar lanzando algún que otro grito desmedido. Oscar se acaba lanzando al público en un derroche de locura. Eligió mal el sitio, porque esa zona la ocupaban unas chicas bastante menuditas que vieron como les caía la montaña de Mahoma encima. Estas (que no pararon de animar el cotarro en ningún momento) sí que descubrieron hoy el verdadero sabor del Heavy Metal.  Así como se acercaba el final, con una gente extasiada y casi asfixiada por momentos (una de las chicas aplastadas exigió a Oscar que le diese de beber de su cerveza, a lo que este no se negó y se la regaló encantado para regocijo de la pequeña y sus colegas), Lujuria acabaron el show con las siempre delirantes y cañeras “Goliardos“  (nuevo alegato antimonárquico y anti-sistema de Oscar) y “Estrellas Del Porno”, recibida por el sector femenino con desmedido fervor y que provocó otra dosis de locura.

Buenísima noche de Heavy Metal la que nos ofreció Lujuria, que hoy se hermanaron definitivamente con Galicia. Según palabras de Oscar, “En la próxima gira volveremos a La Iguana. Hoy ha sido el mejor show de la actual gira. Somos testigos de sus palabras… por si el caso.