Chencho Lebaniegos es el alma mater de Lebaniegos, un proyecto conceptualmente personal pero que para su ejecución, la grabación de los temas y su puesta en escena, se apoya en una numerosa banda de músicos.
Chencho está bregado en mil batallas musicales, ha actuado con grandes artistas de muchos estilos y ahora, con Lebaniegos, presenta su actual inquietud creativa… Partiendo de una base rock integra en ella varios elementos y estilos musicales, entre los que destacan las influencias andaluzas y las de origen cántabro.
Recientemente ha editado “Debajo del agua”, un disco autoproducido que hará las delicias de los aficionados al rock progresivo y, en general, de todos aquellos que ofrecen a la música su sensibilidad para disfrutar de ella más allá de considerarla un vacuo objeto de consumo.
· Disculpa mi ignorancia, pero no conocía tu trayectoria musical, pero por lo que me he podido informar ésta comienza mucho antes de tu actual proyecto Lebaniegos. Cuéntanos cómo te introdujiste en el mundo de la música y como fueros tus primeros pasos hasta convertirte en músico profesional…
A decir verdad, empecé un poco tarde, si bien mi inclinación musical como aficionado era grande. Yo solía usar cacerolas o cualquier otro utensilio que cayera en mis manos, para crear improvisadamente instrumentos de percusión; para la desdicha de los oídos de mi madre.
Pero ya avanzada la década de los sesenta, cuando aún tenía 13 años, solía apoderarme en secreto del bajo de mi hermano, el cual tocaba en un grupo, y así comencé, si bien sin ninguna metodología, a producir mis primeros sonidos.
Finalmente pude convencer a mi madre de que me permitiera estudiar música seriamente, logrando contactar con otros jóvenes que se hallaban en situación similar a la mía; llegando así a formar un grupo con el que versionábamos, intentando imitarlos fielmente a nuestra manera, a otros grupos de éxito por aquel entonces, como los Shadows y, a veces, los Beatles.
A medida que iba perfeccionando mi estilo y aprendiendo, comenzaba a sentirme limitado en la imitación de aquellos modelos que al principio me inspiraran, pues comencé a descubrir y estudiar la música jazz e, incluso, el flamenco; esto último algo muy natural cuando se vive en Cádiz.
Con estos primeros conocimientos pasé por diversos grupos musicales -o conjuntos, como entonces se los llamaba- hasta que, en el año 1970, me trasladé a Madrid con el anhelo de ampliar horizontes, viéndome sumergido de inmediato en el ambiente profesional.
Así, tras interpretar junto a diversos grupos de la capital músicas de moda para amenizar bailes, en los que tuve la oportunidad de acompañar a diferentes atracciones del momento -como el showman estadounidense Frank Mana y otros- se me ofreció integrarme en un grupo atracción, de moda en aquellos años, cuyo nombre era “Santa Fé” (creo que en la actualidad existe otro grupo con este nombre). Con dicho grupo recorrí todo el país y parte de Europa.
Fue entonces cuando me di cuenta de que ya era un profesional.
· Sabemos que estuviste muy involucrado en el flamenco y con tu propia orquesta llegaste a acompañar a grandes figuras como Rafael Farina y Juanito Valderrama. ¿Qué nos puedes contar de esa etapa tuya?
Es una experiencia enriquecedora en todos los sentidos; el musical y el humano. Aquello supuso un gran aprendizaje para mí, ya que a la sombra de aquellos gigantes me sentía empequeñecido y debía esforzarme doblemente para crecer y sacar provecho de esa posibilidad, de la que muy pocos gozan, de capturar al duende.
En estas circunstancias es cuando procuraba hacer uso de mis conocimientos de otras músicas, intentando fusionarlos con los de ellos. Esto no parecía provocar ninguna extrañeza en ellos, ya que yo no era criticado en modo alguno. Esto me permitió conocer a la familia de Valderrama.
Por cierto, tuve la oportunidad de acompañar a Marián Conde en sus momentos de mayor éxito con temas como el “Taca taca” y otros en esa misma línea. Ella estaba entonces casada con Juan Valderrama, hijo mayor de aquel. A propósito, uno de mis sobrinos, Rubén Lebaniegos, en la actualidad acompaña como guitarrista de flamenco al hijo menor, el cual está tan de moda por su bien hacer en la mùsica.
Fue también en aquella época cuando trabé relación con diversos bailaores y canta-autores de flamenco, los cuales me pedían expresamente que, en mis intervenciones junto a ellos, usara esa forma mía de arreglar fusionando. De entre estos, fue José Luis Arniz el más destacado, el cual interpretaba temas propios y otros que, según él mismo declaraba, Rafael Alberti le cedía gustosamente. “Marinero en Tierra” fue mi primera colaboración con el autor mencionado.
· También has tenido desde hace mucho tiempo una inquietud muy especial por fusionar algunos estilos peninsulares con el jazz, el rock y la música africana. ¿Cómo se despertó en ti este interés por mestizar la música?
La idea de fusionar o mestizar -como tú la llamas- no es algo premeditado. Yo, simplemente, no soy un purista, sí quizá algo irreverente, pues me limito a hacer la música que espontáneamente sale de mí con los estilos que he ido aprendiendo con el tiempo, sin detenerme a realizar criba de ninguna clase para eliminar supuestas impurezas.
Aquí la música se iguala a la lengua castellana en el sentido de que introducimos en ella palabras aisladas de jergas, dialectos y otros idiomas, integrándolos en nuestro diccionario por su generalizado empleo y, así, el castellano se va enriqueciendo.
Mi verdadero interés es hacer la música que a mí me gusta y, como esta se encuentra diseminada por todo el mundo, me limito a hacerla y quedo satisfecho. Desearía que los demás también se sintieran así, pero si no lo consigo, y aún sintiéndolo, yo seguiré con lo mío.
· Y en esta línea de fusión destaca la suma de elementos andaluces y cántabros. Que luego los incorporas a una base rock, al menos en el nuevo disco “Debajo del Agua”. En la carpeta del disco explicas lo que es un jándalo… Pero me gustaría que se lo explicaras a nuestros lectores y también que profundizaras en las posibilidades que te ofrece esa línea de fusión musical.
El jándalo es el individuo, generalmente barón, que, originario de Cantabria, emigra a Andalucía en un determinado momento, para hacer su vida en dicha región. Una vez allí, a través de su enraizamiento familiar, se produce igualmente el cultural; es decir, sus tradiciones -también las musicales- se funden con las autóctonas andaluzas. Es un nuevo tipo humano y cultural.
Esta línea de fusión me permite interpretar lo andaluz, por mi educación más directa, y lo santanderino, transmitido por mi padre, el jándalo principal, Inocencio Lebaniegos Trápaga. Como puedes ver, el segundo apellido también es muy norteño, como lo era también el de mi abuela: Salsamendi.
Pero, como habrás notado al escucharlo, en el disco también predominan los ritmos africanos, indios e, incluso, más de Rhythm and Blues. Toda esta mescolanza me ofrece la posibilidad de trabajar con grandes músicos que comparten mi pasión por el mestizaje, en el cual encuentran su parcela para expresarse con su instrumento como deseen; algo que yo aprovecho para seguir absorbiendo.
· Este tipo de fusión también lo utilizaste en tres trabajos realizados junto al cuarteto de Ángel Moreno y en el que participó un importante personaje del rock nacional: José Carlos Molina. ¿Qué nos puedes contar de esas experiencias?
Las experiencias fruto de mi estancia con estas personas son muchas y buenas. Llegar a tocar y compartir escenario con José Carlos Molina es algo tremendo, ya que, cuando le escuchas con su banda causa mucha impresión, pero está haciendo lo que él siempre quiso. Sin embargo, cuando le escuchas interpretar flamenco, se transforma completamente, aunque sin dejar de ser él y su propio sonido; acompañado por la viola de Vesko y la guitarra de Antonio Reyes. Este último es un instrumentista virtuoso, creador de gran talla, que Ángel Moreno supo fundir en el crisol de sus coplas. Con él se grabaron tres CD´s y se llevaron a cabo innumerables actuaciones que obtuvieron buenas críticas en diversos medios, como el periódico El País.
En este grupo pude hacer con el bajo lo que ningún otro me había permitido hacer, pero algunos críticos que alardeaban de entender algo, me criticaron duramente. Llamémoslos puristas y derrotistas, cuyos nombres prefiero no mencionar. Todo esto era compensado sobradamente por las atentas miradas que, en el curso de nuestras actuaciones en lugares cercanos a Madrid, me dirigían entusiasmados bajistas de gran talla y mejores que yo, los cuales disfrutaban viéndome tocar en primera fila. Todo esto me obligaba a subir mi concentración y esmero para no defraudar.
Más tarde, a alguno de ellos les impartí algunas clases o les transmití algo de mis conocimientos. Ellos saben quiénes son; si quieren decirlo alguna vez que lo hagan, yo no lo haré.
· Y en qué otros proyectos y aventuras destacables has participado antes, o de forma paralela, del proyecto Lebaniegos…
Como puedes ver por las fotos y por cómo fueron mis comienzos, yo ya soy talludito -quiero decir madurillo-, por lo que he tomado parte en muchísimos proyectos; algunos con mucho éxito, otros con no tanto.
Antes y después de estar en tríos y cuartetos de Jazz, Rock y fusiones raras, me he encontrado en las mismas filas que Guni, bajista -entre otros- del grupo “Asfalto”, Luis Cruz, guitarrista de “Topo”, teniendo actuación con Vargas, el de la “Blues Band”, en la que ambos intervenimos con guitarras eléctricas. Esto fue con la banda de Rhythm and Blues en la cual tocaba el bajo Miguel Ángel Rojo -El Bibe-, que fue bajista de Víctor Manuel y Ana Belén. Tambien tengo recuerdos gratos de mi paso por el cantante Julian Granados con el cual estuve en su ultima etapa como cantante, también los tres discos que hice con Uribe y las actuaciones en directo de este grupo pop, en el cual colaboraron grandes mùsicos de estudio y directo como: Antonio Garcia de Diego así como otros muchos que no puedo contabilizar, pues no habría espacio aquí. Aunque si puedo añadir, que el primer festival de jazz Hispano que se hizo en este país, estuve presente con mi bajo, compartiendo dia y teatro con Jaime Marquez.
En mi actual grupo cuento con la colaboración del violinista Enrique Valiño, líder de Los Elementales, el cual, a propósito, está grabando ahora su nuevo trabajo con músicos que ambos compartimos, como Sergio Valcárcel, al bajo, y El Vicario, a la batería.
· Y ahora lideras una numerosa banda para dar vida a las canciones de Lebaniegos. Un disco principalmente de Rock Progresivo, pero con ese importante componente de fusión cántabro-andaluza. ¿Cómo surgió la idea de crear Lebaniegos?
La idea de esta música no fue premeditada, es la consecuencia de la oferta que en una ocasión recibí, de hacer música para los Paradores Nacionales; motivada por mi trabajo como compositor de sintonías para programas de radio y anuncios publicitarios. Igualmente colaboro con editoriales escribiendo canciones que luego le son entregadas a cantantes de los que no componen, que son muc
os. De aquel trabajo para los Paradores nació Jándalo, una mezcla de montañas del norte, mares y paisajes de nuestra geografía, predominando lo cántabro y andaluz.
Después de haberla compuesto para cuarteto de cuerdas, violines, viola y violonchelos, decidieron, finalmente tras su grabación en el estudio, no aceptarla. De esta manera vi un filón para mi forma de componer; les puse letra y trabajé sobre estas dos culturas tan lejanas geográficamente, pero tan unidas en mi corazón. Ya solo tuve que hacer con todo lo que ya he contado de otras culturas, y en eso estoy ahora.
Para mí es relativamente fácil hacer algo que siento tan profundamente, de ahí que el nombre del grupo sea Lebaniegos, que es mi apellido, siendo al mismo tiempo una sugerente evocación de mis ancestros.
· Y dado que para este proyecto se necesitaba tan numerosa formación… ¿tuviste dificultad para encontrar las personas adecuadas y conformar la banda?
Se trata solamente de reunir a los músicos en el local de ensayo un día determinado, evitando que esto interfiera demasiado en sus otros trabajos. Este, por el número de personas que tomamos parte en él y el equipo que hay que trasladar, no origina muchas actuaciones. Desde el punto de vista musical ellos están encantados, pues pueden realizarse como músicos, gustándoles lo que hacen por su libertad de ejecución. A la hora de componer cuento con ellos y su ayuda, que sé le irá bien a los temas.
· ¿Qué trayectoria ha descrito el grupo desde la idea inicial hasta la publicación de este disco?
La trayectoria más o menos la he ido desglosando a lo largo de esta conversación; es difícil y los conciertos son escasos por las razones ya comentadas: muchas personas, mucho equipo, músicos caros… Así, cuando pido el caché se me pregunta si me creo que soy Bisbal. La verdad es que me conformaría con mucho menos que él. Pero debido al abundante intrusismo y a tanta gente actuando por baja remuneración, e incluso gratis, algunos piensan que pueden contratar nuestro trabajo de la misma manera.
Así que nuestros músicos tienen otros trabajos, como Vesko -el violinista-, que está con Amparanoia; el mismo Valiño consigo mismo; Pilar Machi tiene su propio grupo y un coro de Gospel. Yo me limito a comunicarles el momento de una actuación, nos metemos en el local y repasamos los temas para ese día. Hemos hecho muchas menos actuaciones de las que nos gustarían, pero ya se sabe… No obstante, es de recalcar la que hicimos en el World Music de Getafe, con la que obtuvimos buena crítica.
· Se me antoja que la música que ofrecen en el disco “Debajo del Agua” donde mejor se tiene que disfrutar es en directo… ¿habéis presentado ya en concierto estas canciones? ¿habéis tenido oportunidad de actuar en Cantabria?
Por supuesto, el directo es una gozada. Además, como soy yo el que hace los temas, elegí puntualmente la guitarra eléctrica y mis actuaciones con ella, de manera que cuando dejo de tocar, como somos tantos, no estoy rascándola; dedicándome a oír el concierto de mis compañeros dentro del meollo. Es la leche, porque a ellos no les tengo que dirigir, pues saben muy bien cuando tienen que entrar y salir.
Referente a los temas del concierto: Sí, estos son algunos más nuevos.
En cuanto a lo de actuar en Cantabria, nunca lo hemos hecho con esta banda, aunque sería mi mayor ilusión y sé que el público paisano mío estaría encantado con esta música. Pero, salvo que algún representante de allí se entere de que existimos, no tenemos posibilidad. Desde aquí no nos venden por lo ya expuesto.
Bueno, en el teatro de Santander sí actué una vez, pero con Manolo Escobar. Como verás soy folclorista; si quieres te canto “Mi carro”. Ja, ja!
· Hay algunos estilos musicales que subsisten gracias al apoyo de un circuito de aficionados que comprar los discos de los artistas y acuden a los conciertos. Estilos como el punk-rock, el Hip Hop, el jazz e incluso Heavy Metal tienen difícil llegar a una masa de público, pendiente de los “triunfitos” y similares, más general. ¿Consideras tu música, con el actual proyecto, afín al Rock Progresivo? ¿Existe un circuito de aficionados que siga a bandas como la tuya o a Difícil Equilibrio, In Nomine, etc.?
En realidad, este tipo de competencia lo hemos tenido siempre, porque cualquier artista que esté arriba de una forma u otra ha tenido su Operación Triunfo, marketing. Y si eso es lo que llega a través de los medios a las personas, supongo que es lo que realmente les gusta. Pero eso no me preocupa, pues es algo que a los circuitos de nuestro estilo en este país no les afecta. Las compañías que se dedican a algo como lo nuestro saben que esa no es su competencia. Así, ellos siguen promocionando en su versión de Operación Triunfo a los suyos y, supongo, están conformes con lo que venden.
Y sí, mi música es tan afín al Rock porque es Rock… fusión cántabro-andalusí pero Rock. Si quieres llamarlo progresivo, pues bien; si no, pues también bien.
· “Debajo del agua” ha sido una autoproducción. ¿Fue una decisión tomada desde el principio? ¿Has intentado hablar con alguna discográfica antes de publicar el disco?
Sí, esto es una autoproducción desde el principio. Este disco me lo he grabado yo haciendo de técnico en el local de ensayo, convocando para ello a los músicos a veces individualmente, a veces todos en grupo. Las copias las hemos pagado nosotros mismos.
Para la distribución tenemos una mesita a disposición de todo aquel al que le halla gustado, donde se puede adquirir una copia. Claro que a nosotros nos hubiera gustado grabarlo en uno de esos caros estudios, pero no ha podido ser.
Y, desde luego, también he acudido a más de una casa discográfica para ver si estaban interesados en el producto, pero este no se encontraba en su política de venta y distribución. Tal vez no fuí a la adecuada, pero ¿cuál lo es?
· Y un gran problema para hacer efectiva la venta de un disco es su distribución… ¿con qué cuentas para poder llevar a cabo una distribución efectiva?
Después de su autoproducción, sabíamos que el fin del disco no era hacer negocio, ya que nuestra manera de hacer es poco efectiva para ello. Pero no sé ni donde estarán los distribuidores. Tal vez tú lo sepas. Desde luego al público le gusta lo que escucha en el escenario y lo quiere comprar, aunque la magia de la tarima no se plasma en un plástico.
· ¿Cuáles son los objetivos planteados para Leganiegos? ¿Tienes intención de que sea una banda estable que edite discos con regularidad o te lo planteas como un proyecto puntual?
Lebaniegos soy yo y mi objetivo es seguir haciendo músia hasta que el cuerpo aguante. Supongo que no siempre estarán los mismos músicos -espero que sí-, pero ya he estado con otros muchos y seguí sin ellos; aunque con estos últimos hay algo especial en todo.
· Y antes de terminar… Dado tu interés por el mestizaje musical, me gustaría preguntarte si te interesaron bandas como Mano Negra o Los Fabulosos Cadillac, que hace unos 10 años iniciaron una línea de fusión de rock con otras músicas y cuya influencia ha abarcado después a muchas bandas.
Sí, me interesan esas bandas y todas las que salen. Yo me nutro de todo ello: rap, reggae, tecno, pop, etc.
· Y nada más salvo dejarte espacio por si deseas añadir algo más…
Aparte de dar las gracias a LA FACTORÍA DEL RITMO por el interés depositado en LEBANIEGOS, quisiéramos también dar ánimos a todos los que, como nosotros, sobreviven, así como a los que empiezan, derramando músicas y estilos diferentes, fuera de lo que el gran mercado discográfico demanda para su mayor enriquecimiento material.
Yo, personalmente, creo, por la experiencia de nuestros conciertos, que hay público para nuestro estilo, pero se precisa una promoción adecuada y desde un principio; no como con los estilos más comunes, que ya la tienen hecha. Ese es el pequeño riesgo que las productoras no están dispuestas a correr, cuando se tiene el papel vendido.
Seguiremos en la brecha, repartiendo nuestra forma de ver la música, así como bebiendo de los manantiales culturales de los pueblos en los cuales tenemos la dicha de actuar. Esperamos que se nos ofrezca alguna vez el soporte para facilitarnos nuestra labor.
Un abrazo para todos los pueblos y culturas.
Puedes saber más sobre Lebaniegos visitando su página web oficial:
Entrevista por: F-MHop
(Fecha de publicación: 12/03/2004)
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 17 (sección: Entrevistas).
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