Durante los años 80 y 90, el grupo 091 fue una buena banda, que editó unos discos más que notables, que han quedado para la posteridad como ejemplo de rock de calidad. Sin embargo nunca llegaron a romper en el terreno comercial.
091 editó siete álbumnes en estudio y uno doble en directo, publicado en el año 1996.
Jose Ignacio Lápido era el líder de aquella banda granadina y en los siguientes años dedicó su talento a componer para teatro y bandas sonoras de cortometrajes.
En 1999 decidió volver al ruedo del rock, con un nuevo proyecto: Lápido. Ese año editó “Ladridos del perro mágico”, donde compone, produce, canta y toca la guitarra.
En el 2001 editó el EP “Luz de ciudades en llamas” y en el 2002 el álbum “Música celestial”.
Ahora, en 2005, publica un nuevo disco, “En otro tiempo”, en su propio sello: Pentatonia Records. Doce canciones de rock potente, variado y de palpable calidad.
Hace años el sueño de todo grupo era fichar por un buen sello discográfico que impulsara su carrera. Ahora muchos grupos y artistas optan por autogestionar al máximo su carrera… Cuando 091 comenzaba su andadura, ¿cómo eran las posibilidades de comenzar a trabajar con un sello discográfico? ¿Los sellos ayudaban a los grupos o muchas veces se convertían en trampas para ellos?
Cuando comenzamos 091, en el año 82, los sellos grandes no hacían ni caso a los grupos de nuestras características. En eso no ha cambiado nada la cosa. Coincidió nuestro comienzo con la creación de muchos sellos independientes ?Dro, Gasa, Tres Cipreses, Spansuls, Twins etc..- que dieron cabida en sus catálogos a la nueva generación de jóvenes airados, aquello que se bautizó como “la movida”, nombre espantoso donde los haya.
Nuestro primer single, “Fuego en mi oficina” fue una de las primeras referencias de DRO. La verdad es que no nos costó mucho trabajo convencerlos. Nosotros empezamos a ensayar en Febrero de aquel año y creo que en Diciembre ya teníamos contrato (una mierda de contrato, por cierto). Nos vieron tocar en Rockola y rápidamente se dieron cuenta de la evidencia: estaban ante la mejor banda de rock del país. Luego, dos años después, cuando vimos que independencia no significaba eficiencia y nos quisimos largar, sacaron su perfil de perros negociantes y nos pidieron pasta por abandonar el sello por que nos habíamos pasado 10 días del plazo legal para avisar de nuestra no renovación. Tuvimos que soltar la pasta antes de irnos. Para la historia han quedado como una compañía de filántropos aficionados al pop. No hay que creerse nada.
091 fue un grupo con un éxito notable y además consiguió un gran nivel de respeto entre el público más “entendido” musicalmente. ¿Qué marcaba en aquellos años la diferencia entre dar un salto, tipo Seguridad Social, o mantenerse en el nivel que vosotros tuvisteis?
La diferencia para dar el salto es que la compañía que te editaba los discos creyese en ti, cosa que no sucedía con la nuestra. Para que eso ocurriera tenías que presentarle un single que hasta los niños de pecho pudieran tararear. Los Seguridad Social, que eran una banda de puta madre, tenían “Chiquilla”, que fue su gran éxito. Nosotros no quisimos nunca echarnos al barro. A los niños y a los oyentes de los 40 Principales les costaba trabajo tararear nuestras canciones, no sé por qué. Esa fue la razón de que no triunfáramos: un problema de dislexia.
Y ahora has decidido crear tu propio sello y autogestionar tu trabajo en todos los sentidos. ¿Esta decisión está más marcada por la necesidad o por la voluntad de controlar todos los detalles?
Este es un paso más en mi camino hacia la santidad. A mí, de pequeño, me enseñaron que a esta vida habíamos venido a sufrir, y así continuo. La creación de Pentatonia obedece a un oculto deseo de martirio. Yo hubiera dejado gustoso que otros controlaran los “detalles”, como tu dices, pero no encontré a nadie dispuesto a hacerlo, por eso creé Pentatonia, para tragarme yo todos los marrones que tuvieran a bien endosarme los dioses del rock´n´roll, que no son pocos.
Respeto a las tareas menos musicales, pero sin embargo muy necesarias, como son distribución y promoción. ¿Cómo lo has organizado? ¿Con qué empresas estás trabajando?
La distribución la hace El Diablo! Y para la promoción he contratado a La Caverna Comunicación, una oficina de Madrid que se dedica estos menesteres.
Hay un debate abierto entorno a la piratería en el mundo de la música. Por una parte discos en las tiendas por encima de 18 ? y por otra parte los superventas en el top manta. Ahora que tú estas metido de lleno y conoces los entresijos de la fabricación y has optado por una presentación para el nuevo disco realmente excelente… un digipack lujoso y elegante. ¿Está justificado el precio al que las grandes compañías venden sus discos? ¿Dónde está el equilibrio?
El problema es que yo, que se supone que soy el editor, no puedo controlar el precio de venta al público final. Yo he llegado a un acuerdo con El Diablo para que mi disco esté en las tiendas a 13´5 euros, que es un precio razonable. Para ello he tenido que bajar mi margen de beneficios, pero la realidad es que luego vas a las tiendas y en la mayoría está por encima de esa cantidad. Los que al final suben el precio son los minoristas. Tienen unos márgenes enormes. Sin haber hecho ninguna inversión. El tío de una tienda va a ganar más dinero que yo por cada disco que venda, y eso que yo me he gastado un pastón en la grabación, fabricación, diseño, promoción, etc. Así están las cosas. En cualquier caso, el dilema de si es caro o barato un disco no debe ser esgrimido como justificación de la piratería. Un whisky te puede costar 6 o 7 euros y te lo soplas en 15 minutos. En una noche te puedes beber 7 u 8 si estás contento. No he oído a nadie que proteste por el precio de las copas, en cambio, la música parece que tiene que ser gratis a la fuerza. No lo entiendo.
Las composiciones de “En otro tiempo, en otro lugar”. ¿Durante qué periodo las has compuesto?
Son la cosecha compositiva de estos tres últimos años; los que han transcurrido desde que salió “Música Celestial”. Al final han quedado las 12 mejores, pero para llegar a esa selección se han quedado muchas en el camino.
¿Qué te inspira crear las letras y las músicas?
No creo en la inspiración. Creo en el trabajo. Hay que ponerse a trabajar todos los días con la guitarra a ver qué sale. Las letras de este disco expresan mis contradicciones vitales y las contradicciones del mundo que me rodea. Parten de una realidad tangible y se adentran en el subconsciente.
¿Qué nos puedes contar de los músicos que te acompañan en el disco? ¿Influyen en el camino finalmente toman las canciones?
Si me hubieras hecho la entrevista un par de semanas antes, te habría hablado maravillas de los músicos que han grabado este disco, pero lo cierto es que acabo de recibir la noticia de que dos de ellos abandonan la banda, justo cuando acabábamos de empezar la gira, ¿no es enternecedor?. Antonio Lomas, el batería, se va para ser road manager de Lori Meyers, y Sergio Martín, el bajista, se va también para ser el quinto miembro de ese mismo grupo. Me encantan los Lori. Por lo demás me quedan Víctor Sánchez y Raúl Bernal, que han hecho un trabajo esplendido con la guitarra y los teclados.
También te has encargado de la producción… ¿tenías totalmente claro como querías sonar? ¿Contar con un productor externo suele tener más ventajas o inconvenientes?
Tenía claro que no tenía pasta para pagarle a nadie que se encargara de eso. Llevo grabando discos desde hace más de 20 años, sé lo que es un estudio de grabación y sé cómo quiero que suenen mis discos, aunque la verdad, la tarea de productor es un poco paranoica, no me gusta demasiado. Abomino del perfeccionismo, y ser productor es un poco eso: la búsqueda del perfeccionismo. Tal vez para el próximo llame a Phil Spector, si al final no lo condenan a cadena perpetua.
De las canciones que han entrado en el disco… ¿hay alguna que tenga un especial significa para ti? ¿Has dejado temas ya compuestos fuera del álbum?
Todas tienen el mismo significado, son lo mejor que podía ofrecerle a la gente en este instante. Sin falsas modestias, creo que son 12 grandes canciones, para qué te voy a engañar. Hay una canción que ha salido como extra en el single que se llama “De mal en peor”. Una canción muy guitarrera y furiosa.
¿Cómo vas a trasladar las canciones al directo? ¿Contarás con los mismos músicos?
Como te he comentado antes, habíamos comenzado la gira los mismos que grabamos el disco, pero las deserciones no han tardado en llegar. Ya veré como lo arreglo. Menos mal que en Granada hay una buena cantera de músicos de rock.
Por cierto… si no recuerdo mal las primeras grabaciones de 091 fueron producidas por Joe Strummer. ¿Cómo era como persona? ¿Tenía un talento especial para la música que lo distinguiera de lo habitual?
Joe nos produjo nuestro segundo álbum, “Más de 100 lobos”. Era un tipo encantador, con gran sentido del humor y con una personalidad muy fuerte. Cuando tuve noticia de su muerte lo sentí como si hubiera muerto un familiar.
¿Te gusta el panorama musical actual de nuestro país? ¿Algún grupo que te haya sorprendido últimamente?
No, ninguno; principalmente porque sólo escucho blues y discos grabados en los años 60 y 70. Pero hay dos grupos que me gustan de hace tiempo, que son Los Débiles y Doctor Divago. También los Babylon Chat han hecho un gran disco.
En tu sello, Pentatonia Records, ¿vas a editar a otros artistas a parte de tu propia música?
No, mi sello es sólo para mí. No tengo ni la infraestructura económica ni el tiempo necesarios par ponerme a buscar nuevos talentos.
Y finalmente… ¿has trabajado o tienes pensado trabajar como productor de otros grupo?
Ya lo he hecho en el pasado, produje algunas cosas de grupos de Granada, el primer disco de Dorian Gray, por ejemplo. Ahora no tengo ofertas en ese sentido.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 20 (sección: Entrevistas).
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