Este grupo mallorquín editó su primer disco hace unos tres años, un debut muy esperado que resultó ser un divertido compendio de canciones que sumaban el Hip Hop en diversos estilos, mucho ragga y un gran sentido del humor, con el que hacían guiños a otros grupos, se rendían ante el bouquet de “Don Simón” y soltaban rimas con gran desparpajo, sobre unas bases variadas y llenas de color.
Ahora con el único aperitivo del maxi-single “Batalla de Cazalla”, que se publicó hace un año y donde se mostraban más ragga que nunca, vuelven a la actualidad con un larga duración y con la transmutación de su personalidad en “Los cuñaos del fonk”.
El espíritu que ha entrado en la banda les ha llevado por su senda más funk y se ha llevado el raggamuffin a la nevera (menos en el tema “Mas fardón”). Además los juegos y variedades vocales que plagaban su primer disco, han dado paso a toneladas de rap, sobre unas bases buenas, originales, aunque repetitivas.
Pero la imaginación les gana y cuentan historias, como en el homenaje a la vida barriobajera vía “Perros Callejeros” de “Dale Caña”, o viajan en el tiempo a los primeros ochenta y se pegan un baño “old-school”, festivo, rodeados de jaleo en “Guays Stail”. El resto de temas lo dejan para cantos de reafirmación, chulería de MC, críticas sobre la escena y laberintos difíciles de entender, pero no importa, porque su genio les sitúa fuera de cualquier vulgaridad, de cualquier tópico y de cualquier atisbo de reiteración.
Además invitan a sus canciones a amigos como “EricoMartini” en el corte de saltarín estribillo “Que no pare”, a “Chico Fontana” en su primer single “Golpe Bajo”, un puré funkarra con un estribillo pegadizo, y a Dobehache, Kase O y Dave B, todos juntos, en “Pásatelo”, donde el primero muestra su fabuloso estilo, el segundo alcanza cotas de flow que nunca había logrado y Dave B también cumple, rodeado de los de Mallorca completando el cotarro.
La presentación del disco es increíble, con una estética que remite a la mafia más macarra y hortera de los años 70, con buena portada, fotos interiores de alucinar y todas las letras incluidas.
Por aquello de poner pegas, decir que algunas canciones son muy largas, como por ejemplo “Dale Caña”, que dura casi 12 minutos y que los estribillos son muy parecidos unos a otros. Pero en fin… la verdad es que estos tíos han hecho un disco buenísimo, con un trabajo de Biyi en las producciones más que destacable.
Además, y para terminar, decir que es un disco muy denso, que tendrás que escuchar muchas veces para sacarle todo el jugo… aunque se echa mucho de menos su vertiente raggamuffin.
Un notable muy alto.
Comentario: F-MHop
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