¡Como pasa el tiempo!, y es que parece que fue ayer cuando un joven grupo de Reinosa llamado La Fuga irrumpía en la escena rockera bajo una interesante y original propuesta.
Desde que en 1997 descubrí a los reinosanos La Fuga he de reconocer que han sido una de mis bandas predilectas, y es que este cuarteto ha logrado dotar a su sonido de un sello muy personal, aunando rock con matices de otros estilos, y una voz inconfundible a cargo de su líder, Rulo.
Muchas veces las multinacionales nos intentan vender productos que quizás no merecen tanto la pena como quieren hacernos creer mediante grandes campañas promocionales; en el otro lado tenemos aquellas otras formaciones que sí que valen la pena y encima tienen la gran suerte de fichar por una gran compañía, dando a conocer su música a nivel internacional. Uno de esos casos en los que un grupo puede demostrar lo que vale como a todos nos gustaría, es el que nos toca, y es que La Fuga han tenido la suerte de ver editados sus discos bajo la poderosa DRO, lo que les ha llevado rápidamente a darse a conocer, si bien es cierto, que su música atrae desde un principio de forma fácil. Lo más destacable del grupo, sin duda, es el poder de atracción que han sabido transmitir con su música, todo gracias a un compendio de actitudes. Los ejes de su repertorio continúan siendo el amor, la problemática social y los oscuros agujeros del corazón (la lucha contra la soledad, la búsqueda de la felicidad…etc), cada vez ejecutados con mayor rotundidad y variados recursos.
Lo primero que vemos al escuchar el álbum, es que la banda ha querido jugar con las emociones, primero con unas letras intimistas, románticas en momentos dados, dotando al conjunto de estribillos muy pegadizos, de un rock enérgico pero con esa áurea melancólica que tanto jugo parece dar a muchos grupos actualmente.
De los once temas de “Negociando Gasolina” es difícil decantarse por alguno, y es que la mayoría de ellos son buenos hit singles, de gran pegada y melodías muy pegadizas, pero en pos de arriesgarme, me quedaría ante todo con la primera parte del disco, muy eléctrica, y de gran fuerza, así tenemos cortes como el que sirve de arranque “Buscando en la basura” contundente en guitarras, dejando ver la bonita y melódica voz de Rulo, quien consigue atraparnos desde el principio hasta el final. Igual que “Baja por diversión”, aquí podemos observar su gusto por los sonidos más duros pero a su vez más intensos. “Mendigo”, “Abril”, “Las Olas”…donde demuestran su gran habilidad para crear estribillos con gancho. “Gigante” una canción potente, dedicada a Fito Cabrales; pero sin duda, una de las mejores canciones la encontraremos por el ecuador “Amor de contenedor”, enérgica, intensa, emocional. Para a partir de aquí, tornarse en un disco algo más calmado, pero manteniendo la intensidad de la que hacían gala en los primeros temas.
Poco más puedo decir de La Fuga, parecen bendecidos, capaces de hacer cada disco diferente, pero manteniendo esa esencia de elegancia que los distingue del resto. Producido por Javi y Juanan San Martín (Sonido XXI), en este trabajo encontraremos a un Rulo magnífico en la voz, un Nando que firma posiblemente uno de sus mejores trabajos a la guitarra solista. Junto con un sonido de batería más limpio y puro a cargo de Edu, y una guitarra rítmica más protagonista de la mano de Fito. Medalla de plata para una banda que tiene mucho que decir en el futuro, un gran disco de rock and roll lleno de sentimiento, y algo más, que deja las puertas abiertas para conseguir el oro en tiempos nada lejanos. Sensacional de principio a fin.
En definitiva, La Fuga vuelven a la actualidad con una entrega que me ha logrado sorprender, y que seguramente les sirva para darse aún más a conocer por el resto de la escena musical. Una gran apuesta que no decepcionará.
Comentario: Cristina Cuenca.
(Fecha de publicación: 21/04/2005)
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