La Fuga: Concierto en Leganés – 7/10/2006

Calor y diversión nos esperaba en la noche del sábado para ver en directo a La Fuga, uno de los grupos españoles que paso a paso se ha creado su propio camino, gracias a su trabajo y a una música que se percibía como muy personal desde su primer disco. El sábado 7 de octubre acogía su actuación en la siempre polémica Cubierta de Leganés, y es que es milagroso que una banda suene bien en dicho recinto, ya que perfecto es una palabra que aquí no puede utilizarse.

Al llegar a Leganés, ya se veía el buen ambiente reinante, con numerosos seguidores por los alrededores, audiencia muy diferente, tanto en estilo y edad pero con las mismas ganas de poder escuchar sus nuevos y viejos temas en directo.

La verdad es que acreditarse fue algo bastante sencillo y rápido pero la búsqueda de la zona de prensa se hizo algo más complicada. Entre saludos a algunos músicos que también fueron a ver el concierto y a compañeros de prensa, una entró con BULL DOG actuando. Y sin duda por lo poco que pude ver, la banda convenció a base de energía, promoviendo el salto y no parar de cara a los reyes de la noche.

Con ese ambiente tan festivo que como por arte de magia, se iba transmitiendo uno a otro por todo el personal, empezaba la descarga del concierto de Dikers. El grupo interpretó a la perfección cada uno de sus temas, envueltos en un sonido más que decente, dejándose escuchar con total nitidez la voz de Iker, aunque con algún que otro acople de instrumentos en las partes más intensas de los temas. Un sonido bastante aceptable, pero mejorable, dejándome sorprendida sabiendo los malos precedentes de dicho recinto cuando se trata del tema acústico.

Canciones como “Mi sucio corazón”, “Dale gas” o “Tentación” iban alzando los ánimos del público, cada vez más enfervorizado. El set list se compuso de un repaso de los temas más significativos del grupo para finalizar el concierto con la mítica versión de Barricada “Esta es una noche de Rock and roll” coreada al unísono por todos los presentes.

Después de la descarga de Dikers, llegaba el gran momento de la noche. El arranque de La Fuga con “El manual”, tirando la casa por la ventana con una gran puesta en escena. Fortísima manera de comenzar el concierto, con todos los miembros entregados sobre el escenario y acompañando su música de pirotecnia, sin duda un montaje que para sí quisieran muchos grupos, tanto nacionales como extranjeros.

Un poco más calmados pero igualmente intensos, continuaron con temas como “Conversación, habitación”, “Mendigo”, y la coreadísima “Hasta nunca”, para pasar después a cortes como ” Las olas” y “Baja por diversión”.

La complicidad de Rulo con el público es total y el estribillo de “Buscando en la basura” fue cantado a coro con la audiencia con una entrega y una pasión que raya en la devoción. Y es que no se trata sólo de hacer buena música; el hecho de que ésta esté al servicio de unas estupendas letras, lejos de clichés y manidos estereotipos, hace que el público se sienta identificado con ellas, las interiorice y las haga suyas ya para siempre. Eso hace inmortal a una canción y La Fuga están firmando temas de estos a patadas. Como la emotiva “Luna de Miel”, cantada por Rulo en solitario, uno de los momentos más enternecedores de la noche, que nos habló de la pérdida de un ser querido por un desengaño amoroso a golpe del mejor rock que se factura en este país.

El ambiente se caldeaba por momentos y la temperatura subió varios grados más cuando el grupo echó la mirada al pasado más reciente y atacó los primeros compases de “Sueños de papel” de su cuarto disco “Calles de papel”. Siempre he pensado que una actuación en directo no puede sustentarse únicamente en la calidad de los temas, se ha de dar espectáculo visual y eso es lo que hizo el grupo de principio a fin. Desde la cuidada presencia escénica de los músicos, hasta el enorme telón del grupo y los elementos decorativos del escenario (pirotecnia, fuego, confetí..), todo contribuía a consolidar la sensación que muchos tuvimos de que La Fuga está a cinco minutos de hacerse con el liderato del rock nacional.

La traca final vino de la mano de temas como “Amor de contenedor”, para terminar con la emblemática “p`aquí p`allá”. En resumen, un dinamismo que ya querrían muchas bandas, fuego, multitud de colaboraciones sobre el escenario (como fueron el caso de Iker (Dikers) y Alfredo (Barricada), gran complicidad con el público, dos horas y cuarto de diversión y buenas canciones que invitan a la fiesta, ¿quién da más?. Hoy por hoy, y desde mi punto de vista, La Fuga se cuenta entre los mejores grupos de este país. Ahora sólo falta ya que el grupo cruce el charco y conquiste tierras argentinas, como parece que puede suceder en breve. Desde aquí les deseo la mejor de las suertes, aunque creo que lo suyo no es una cuestión de suerte sino el merecido fruto de un duro trabajo guiado por la ilusión y honestidad. Enhorabuena amigos.