Su nuevo álbum, largamente esperado, ha sido un gran éxito y la extensa gira de presentación está colgando el “no hay billetes” en muchas de sus paradas.
Kase.O es probablemente el rapper con más éxito de nuestro país, siendo ampliamente respetado por la escena Hip Hop nacional y gozando de una muy notable popularidad más allá de los aficionados al género y más allá de nuestras fronteras: en varios países de Sudamérica es todo un ídolo musical.
Comenzó a hacer rap con 13 años y tras varias maquetas propias y colaboraciones en las de otros artistas de su ciudad, Zaragoza, fundó junto a los MCs Hate y Lírico y el DJ R de Rumba, el grupo Violadores del Verso, con quienes publicó tres albúmenes en estudio, además de varios maxis y directos. Este grupo también es el que más éxito ha logrado de toda la escena nacional, equilibrando autenticidad y capacidad para llegar a públicos muy amplios.
Cuando Violadores del Verso decidieron darse un largo respiro, cada uno de sus miembros anunció que lanzaría trabajos en solitario. Así lo hizo Kase.O en 2011 con el álbum “Kase O. Jazz Magnetism”, en el que repasaba rimas previas de su trayectoria junto a una banda de jazz.
Pero sus seguidores querían un álbum neto de Hip Hop y esto se ha hecho esperar hasta finales del pasado 2016. Como tentempié lanzó un año antes “Previo”, un maxi con tres canciones nuevas, una de ellas junto a PDM, además de remezclas e instrumentales.
El nuevo álbum, “El círculo”, es un disco inesperado en su contenido, pues el MC ha buscado nuevas fórmulas métricas para sus rimas, nuevas temáticas, en algunos cortes se lanza a cantar y varias de las instrumentales han sido compuestas por él mismo.
La apuesta fue arriesgada, pero le salió ganadora. El disco ha sido muy bien recibido y la extensa gira que está ofreciendo desde noviembre del año pasado está siendo un tremendo éxito.
Con motivo de su visita a Santander, el pasado 4 de marzo, tuvimos ocasiones de hablar con él por teléfono unos días antes de un concierto que también resultó un gran éxito.
Las noticias sobre esta gira indican que está teniendo un éxito arrollador…
Así es. Así lo ha querido la gente. Estamos vendiendo todas o casi todas las entradas en todas las salas.
La gira que hice con la banda de jazz dejó muy buen sabor de boca. La gente tiene ganas de verme. Hay muchos jóvenes entre mi público ahora, que comenzó en el rap con 14 y ahora tienen 18 y ya pueden entrar en la salas. Son estos chavales los que están comprando las entradas, los que están en la onda y están llenando las salas.
¿Cuándo comenzaste la gira, e incluso cuando publicaste el disco, tenías inquietud sobre como iba a reaccionar el público?
Por supuesto. En el proceso creativo me venían los pensamientos de que iba a ser un disco que iba a escuchar mucha gente. Mucha gente estaría esperando cosas del pasado. Y yo no podía hacer un disco para la gente, si no para mí.
Tomé la decisión arriesgada de hacer un disco muy personal e íntimo. Y claro que tenía dudas… Aunque yo tenía la conciencia tranquila, porque me había esforzado mucho y más no pude dar. Y de hecho no cambiaría ni una coma del disco.
Pero tú no puedes decidir si le va a gustar o no a la gente. Eso no lo decide ningún artista, no sabemos los mecanismos. Yo lo que hice fue esforzarme al máximo, dejarme la pie y poner toda mi buena onda.
Pero claro que tenía dudas y no estaba preparado para el fracaso.
Cuando escuché el disco por primera vez, me dio la impresión de que había mucho sufrimiento detrás…
Sí, claro que lo ha habido. Me he esforzado al máximo, cada frase sale de lo más profundo de mí y he sufrido mucho durante el proceso, porque ya no me llamaban las mismas estéticas que antes. Las estéticas que muchos fans esperaban.
Intenté hacer un disco de rap al uso, de rap de toda la vida, y no me salía, no me parecía novedad. Hay canciones en este disco, evidentemente, que son rap clásico, pero necesitaba otros vehículos, otros acordes, otras estéticas… para sentir que avanza en mi vida, en mi carrera y en mi espíritu. Y ese fue el riesgo que tomé…. De apartar las estéticas clásica y hacer algo más personal, que no se parezca a Gangstarr, ni a Dre, ni a nadie… Y eso es muy difícil, es un reto y ahí está mi riesgo.
Durante el proceso sufría y no me salían. Ninguna rima estaba al nivel de este disco. Cuando me ponía a hacer canciones ninguna me gustaba. Fue un proceso de mucha autocrítica, que ahora que lo he pasado, pues de “puta madre”, porque el resultado ha sido bueno y sin esfuerzo no hay recompensa.
Pero en el próximo voy intentar no rallarme tanto…
En esa primera escucha también tuve la sensación de riesgo, porque si hubiera hecho algo muy parecido a Violadores del Verso te habría asegurado una buena acogida. Pero se percibía que buscabas otra cosa y eso era una apuesta arriesgada…
Sí, exactamente. Es lo que estamos hablando, lo fácil en teoría era hacer un disco de rap clásico y no aportar nada nuevo, ni arriesgar. Pero soy un rebelde y me gusta el riesgo… Sin riesgo no avanza la persona, no avanza la sociedad y hay que correr riesgos en esta vida. Por lo menos así lo veo yo. También respeto a quien está cómodo en su confort y no lo cambia. Yo me aburro mucho.
Como ves, todas las canciones son distintas unas de otras. Era mi ambición que fueran distintas: estilísticamente, temáticamente, métricamente. Eso es el gran esfuerzo que invertido en el disco y el riesgo.
También al hacer canciones más románticas, que nunca se habían visto en mi abanico… Pues si gran parte de mi vida la ocupa el amor, y además el amor romántico, pues yo escribo de lo que vivo y el amor está muy presente en mi vida. He tenido que meter 3 o 4 canciones románticas, pues eso también era un riesgo para mí y lo asumí.
Como al final no podía contentar a todo el mundo, todas esas voces que oía en mi cabeza, pues al final me contenté a mi mismo, con mi gusto, que puede ser a veces hortera, friki, pero que soy yo. Y una vez que tomé esa decisión, me relajé mucho.
Al que no le guste, pues tiene miles opciones y al que le guste pues le va a gustar mucho. Decidí que me tenía que gustar a mi, tal y como soy, con estéticas muy dispares. Me gusta mucho toda la música, no sólo el rap y así ha sido, una apuesta que me ha salido bien. Pues gracias a Dios. Pero que también podía haber salido rana.
En el disco hay varios temas en los que entonas, incorporando una melodía vocal. Esto habrá sorprendido a parte del público, aunque en las primeras maquetas ya tenía alguna canción en esta línea. ¿Cómo ha recibido tu público actual esos temas?
Estoy de acuerdo contigo, ¡joder!, pues desde “Soy de Aragón”, que tenía un estribillo cantado, pasando por “Cantando”… Tampoco pensaba que la gente se fuera a sorprender tanto con “Mazas y catapultas”, por ejemplo, que es la más entonada del disco, porque ya me habían oído cantando. Han oído “Renacimiento” y saben que tengo ese ramalazo de entonación. El caso es que en esa canción ya no está el ramalazo, está entera entonada, es una canción en toda regla, no es rapada, es cantada.
Y volvemos un poco a lo del aburrimiento, si no hago cosas que no haya hecho, me aburro, no tiene sentido. Pues entonces yo estaba muy abierto en el sentido en el disco. Y una tarde apareció esta canción de “Mazas y catapultas”, que expresa un sentimiento real, que para mi es muy importante, y siempre supe que iba a estar en el disco y que la iba a defender a muerte.
Nunca es fácil hacer cosas nuevas o que la gente no ha oído. El resultado es que a la primera escucha dices, “¡Hostias! Pero que coño es esto…”, esa primera escucha puede sorprender, pero luego estoy viendo en los conciertos que es una de las que más ha gustado a la gente y la entienden perfectamente.
La gente no es tan radical como a veces pensamos. Y eso me lo han demostrado en mi carrera todo el rato. Desde el jazz, que tenía mucho miedo al disco de jazz y a la gente le encantó. Pues lo mismo con “Mazas y catapultas”.
Viene todo por evolucionar, por no aburrirme y por arriesgarme, por no tener miedo, por mostrar a la gente valentía. No sólo es el hecho de la canción, es una actitud que quiero que la gente vea: que vea que hago lo que me sale de la polla, para que la gente lo aplique o lo pueda analizar. Que pueda decir… “hostia este gachó, le suda todo, suda de los cánones…” Pues si yo puedo inspirar eso en la vida real o si eres artistas y dices, “¡hostia!, pues si Kase.O ha hecho esto, yo puede hacer también cualquier cosa.
Para mi lo más importante es divertirme al hacer letras y canciones y cuando más nuevas sean y más raras, pues más lo voy a defender y más me van a gustar.
También otra gran novedad, que es el hecho de que tú también compones algunas instrumentales…
Sí. En el proceso creativo, buscando ritmos clásicos, hardcore, no encontré lo que buscaba o no lo super ver en los miles de ritmos que escuché. Y porque había una negación en mi interior de no hacer siempre lo mismo.
Pues tuve que aprender a producir, me pusieron un programa de producción, un piano y empecé a buscar acordes que no encontraba en los samples de funk o de jazz, o en las instrumentales clásicas. Tuve que inventármelos yo y fue un gran acierto para mi felicidad. Porque ya estaba haciendo mi propia música y mi propia estética, que puede ser hortera o cursi en algunos momento, pero soy yo y eso lo tengo que defender.
Me puse manos a la obra con ayuda de Gonzalo, Rumba y Ocean, que me enseñaron a manejar Ableton. Yo produzco desde el 96, hago ritmos a nivel amateur y me gusta samplear y programar baterías desde muy pequeño y en lo que he podido con Violadores he metido mi mano en mis canciones y tengo cierto gusto para la producción. Pero no soy un profesional del sonido, no consigo que suene super-bien.
Y fue un poco tirar de esa tradición que ya tenía y un poquito de nuevas tecnologías. Pues ahí está la intro, que toda la melodía me la inventé yo. Luego “Mitad y mitad”, que son unos acordes más eróticos, más sensuales, más pop incluso, que no encontraba, ni ese tiempo a 120. Igual no tuve tanta comunicación con los productores, para explicarle lo que buscaba.
Y al final, te lo tienes que hacer tú, porque es difícil explicar como ves tú la música. Así que cogí el toro por los cuernos y esas son mis bases, muy minimalistas. No necesito grandes arreglos, necesito un par de acordes que me dejen rapear, que resalten el rap, que no haya mucha distracción detrás. Ahí está “Tiempos raros”, que es un mantra, un repiqueteo de piano que se repite 5 minutos y que no varía, eso es minimalismo llevado al extremo. Que tiene su efecto mantra, de repetición y de monotonía, que es lo que intenta transmitir esa canción, que es una depresión, pues tienes que saber interpretar también bien lo que dice el texto, para ponerle la música que lo complete.
“Triste” también había que inventarla uno mismo, no había ritmos que me pasara la gente que tuviera ese sentimiento triste ni ese tempo de 80 bpms… donde no llegaban los productores tuve que llegar yo.
Reaccioné tarde, empecé a producir en enero del año pasado, que si hubiera tomado la decisión antes, hubiera salido el disco antes. Pero bueno, aprendí en 6 meses y ahí están 4 canciones muy minimalistas, pero que no cambiaria, no las rellenaría. Y es que a mi me gusta así la música.
Tu disco anterior “Jazz Magnetism” también tenía mucho de riesgo… ¿Ahí también sufriste o pensabas que en el peor de los casos el público lo tomaría con un experimento al margen de tu carrera?
También fue un quebradero de cabeza. No tanto al crearlo, porque las letras estaban hechas, habíamos hecho la gira, las canciones ya estaban rodadas.
Quería dejar un recuerdo de esas canciones, que se oyeran bien. Está grabado como en directo, con todos tocando a la vez.
Mi miedo era que habíamos prometido discos en solitario, había salido el de Hate, que un disco con letras nuevas y estética Hip Hop totalmente. Yo salía de repente, en lugar de con mi flamante disco de Hip Hop, con un disco recopilatorio y encima de jazz. Bueno… me van a pelar, a destrozar la gente… Pero las ganas son mayores que el miedo. Yo veía que eso estaba guapo, que no tenía porque hacerlo y había fuerzas que llevaban a hacerlo… Pero tenía ese miedo, de que no era lo que tocaba, que era mi disco de rap, que es el que he sacado 6 años más tarde.
Pero hay que arriesgarse y los fantasmas son que creemos que la gente es más radical de lo que es. Y tuvo muy buena aceptación, muy buenos conciertos y luego ni te acuerdas de lo mal que lo pasaste.
Es un fantasma, pero creo que todos los artistas deberían tener ese miedo si realmente se dedican a esto y tienen ambición de que su música llegue a gustar
Pero al final la gente espera cosas de ti, cosas nuevas y que sea tú mismo. Esa es la gran fórmula. Puedes tener la tentación de hacer lo que le guste a la gente, o de hacer una tendencia que guste a la gente y enforcar tu música hacia ahí. Pero no tiene nada que ver con ser tu mismo, hacer una cosa fresca y ofrecer algo que nadie puede encontrar en otro disco. Entonces has triunfado, claro.
En el maxi que sacaste unos meses antes del disco, “Previo”, viene un tema, “Hardcore funk”, con PMD, toda una leyenda del Hip Hop. Me gustaría saber si hubo trato personal con él, más allá de grabar, y si tuviste la oportunidad de conocerle, que él te conociera y si hubo afinidad personal entre ambos…
Cuando hicimos esa instrumental Crudo y yo, y metimos el sample de EPMD, enseguida se lo dije a Crudo: voy a luchar porque en el tercer párrafo salga PMD… “ja, ja, tío, pero qué dices”… “me cago en tó, lo voy a intentar y lo voy a hacer”.
Entonces a través de ciertos contactos me puse en contacto con él… Hasta última hora no se supo y al final apareció el trozo grabado. En todo ese proceso yo ni le había visto y simplemente le había escrito una carta como seguidor, sobre la ilusión que hacía y de qué iba un poco la canción….
Cuando la teníamos mezclada, dije, “¡qué guapo!”, pero esta experiencia no está completa: de qué me sirve tener un trozo de PMD, si no le he visto la cara ni he hablado con él. Es un poco raro, una mera transacción. A pesar de que había nacido como un hit, como experiencia no era completa.
Con ese sentimiento, me dije: voy a conocerle, voy a hacer el videoclip de “Hardcore Funk”, voy a ir a Nueva York, nos vamos a ver las caras y a filmar juntos el trozo. Es la manera de que sea para mí “la polla” la “colabo”.
Y joder, que quería conocer a este “gachó”. Me hacía mogollón de ilusión. Así que ya con ese sentimiento, volver a contactar con él, cuadrar fechas, que no estuviera de gira, que estuviera en Nueva York. Irme para allí, contratar cámaras, furgonetas… todo eso lo hice con Muda, mi chica, y con el apoyo de algún amigo de Nueva York.
Y quedamos en Long Island, en su barrio. En un aparcamiento. Llegamos y ahí estaba, con su camioneta y su perro. Y se cerró el “Círculo”: unos abrazos bien dados, mostrarle mi respeto y mi admiración. Mis vinilos, que me llevé para que los firmara y para que viera que no era un “hype”. Y no me equivocaba, desde que le dije a Crudo, “este tipo es un bboy, este tío es real, va a decir que sí y lo vamos a gozar”… pues efectivamente. Las dos o tres horitas que estuvimos rodando, pues muy buen rollo, a pesar de que no hablo inglés, aunque lo entiendo muy bien. Pero bueno, hablábamos rapeando. Yo le rapeaba trozos suyos y se reía. Él me rapeaba un trozo nuevo y estaba muy bien.
Luego me respeta, se ha informado quien soy, de mi carrera, de mis conciertos y me decía que cuando íbamos de concierto, que hagamos otra canción… Le vi en Madrid, cuando vinieron EPMD, estuve con ello. Le hablaba a Erick Sermon… este tipo, tiene su marca de ropa… Vino con la gorra que le regalé en Nueva York y en Madrid la llevaba puesta. O sea que a ese nivel de detallista y conexión tuvimos. Eric Sermon igual… esa camiseta dámela, te voy a hacer un disco entero… Vete a Nueva York… Me temblaban las piernas enteras… bua, es eres mi padre tío, no digas eso… bueno, ellos también ven el “business”… te voy a hacer un disco entero porque eres una estrella y sé que me vas a pagar… no me lo creo del todo que sea tan flipante mi estilo como decía ellos… tu estilo es la “polla”… pero qué dices tío, tu estilo sí que es la “polla”… el mío es un hijo bastardo del vuestro…
Pero ya te digo, con PMD tenemos contacto y es una pasada poder ir a Nueva York otro día y quedar con él, ir al estudio o cualquier cosa. Y los dos contentos, no lo estamos forzando.
¿En esta gira has incorporado al repertorio algún tema de tus maquetas primeras?
No. De las maquetas no rapeo nada. Hacer el set-list no ha sido fácil, porque hay muchas canciones.
Yo me baso en lo que más conoce la gente para hacer mi directo. Que vayas al concierto y te sepas casi todas. Que estén todas tus preferidas.
Las de las maquetas no son representativas. Hombre, “Soy de Aragón”, sí que me gusta cantarla. La canto en Zaragoza y en algunos sitios que me da. La canto porque sigue vigente. Pero tampoco hay canciones exitosas en las maquetas o que todo el mundo se sepa. Aparte las instrumentales no las conservo.
Han pasado unos cuantos años desde el anterior disco “Jazz Magnetism” y unos pocos más desde los conciertos de Violadores… ¿Has notado alguna diferencia en la profesionalización del circuito de salas o los técnicos de sonido?
Nos estamos encontrando de todo. La mayoría están bien. Ten en cuenta que yo invierto en mi propio espectáculo de luces, tengo mi rack de sonido y hay que cumplir sí o sí, aunque tenga que invertir en ello. Y lo que ve el público es una pasada.
No es lo mismo ver mi concierto que el de cualquier otro rapper o artista. No uso los mismos focos de la sala que todos usan, yo llevo los míos y mi programación.
En este caso, no te puedo responder, porque llevo mi equipo de profesionales que lo son desde hace bastante tiempo: el lucero, el técnico de sonido, los pipas, monitores… Esta gente te hace las cosas fáciles. Aunque la sala se esté cayendo a pedazos ellos la hacen sonar.
Entonces no te puedo responder si ha habido una evolución. Aunque normalmente a los raperos no se les tiene respeto. Tradicionalmente llegas y eres un monigote. Ahora si eres Violadores o Kase.O, llevas 20 años yendo a las salas, siendo profesional, llegando a la hora, no rompiendo los camerinos… Ni haciendo cosas de mal gusto, entonces la gente ya te respeta.
Pero a los raperos en general… los técnicos son rockeros, no les gusta el rap, no le ponen interés y eso se ve en muchas salas. Por eso nosotros con Violadores dijimos de llevar un técnico de sonido, porque no queríamos jevis mezclando esto, ni malas caras ni gritos. Llevamos nuestra mierda y felices todos.
Tienes que aprender a eso, a que te vas a repartir menos plata, que es una inversión, que esa gente trabaja y hay que pagarla. Pero gracias a Dios puedes hacerlo y el espectáculo gana.
Si estás empezando no tienes tanta opción a llevar tu propio equipo, te tienes que comer más marrones de acoples, micros… lo que nos hemos comido todos los 5 o 6 primeros años de gira.
Y para terminar, me gustaría saber tu opinión sobre la retahíla de condenas a cantantes de rap como Valtonyc, César Strawberry o Pablo Hassel, que recuerdan a lo que pasó hace unos años con Soziedad Alcoholika y Fermin Muguruza…
Es la España en que vivimos. Explosiones de un momento de rabia de una persona, que en un momento dado escribe un Tuit o una canción en la que se caga en todo… arrebatos que no van a más, que tienen 500 visitas, que no es que estén afectando a toda la sociedad.
No sé que buscan realmente con esos juicios, cuando lo que incita al odio y la violencia es que dejen suelta a la Infanta Cristina y al Urdangarín. ¿Qué pasa? ¿Qué encima no vamos a poder expresar nuestro odio y nuestra violencia verbal?
Claro que me parece mal, hermano… Y no me parece tan trascendente como para juzgarlo. Tuis que no duran ni medio día, no valen para nada, no puede juzgarlo, no tienen trascendencia. O canciones que tienen 500 visitas. ¿Pero de qué estamos hablando?
Tienen tendencia a buscar noticias y seguir crispando a la gente, que es lo que se intenta desde ahí arriba… crispar y crispar. Pero ahí está la vaina y las verdaderas noticias no se sueltan y así vamos.
Pero vamos, mi máxima solidaridad con esta gente y ya te digo que los que incitan al odio y la violencia son los jueces y los políticos con sus leyes y sus mierdas. Que es lo que habría que juzgar y no un arrebato de una persona. Es que ya no podemos hacer nada… ni hacer canciones. Esto no pasa en ningún lado del mundo y nos la están clavando una detrás de otra.
Videos de los temas “Yemen”, “Esto no para” y “Repartiendo arte”:
Enlaces de interés:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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