Bajo un pseudónimo que se hizo enormemente popular, y también empleando otros sobrenombres, el escritor Juan Gallardo Muñoz fue un prolífico autor que llegó a publicar más de 2000 títulos, llevando el entrenenimiento a los españoles en épocas muy diferentes a la actual, en la que las posibilidades de entrenimiento son muchas y variadas.
El libro
Yo, Curtis Garland, de Juan Gallardo Muñoz, ilustraciones de José Antonio Troya, prólogo de Javier Pérez Andújar, Editorial MORSA, Barcelona, abril, 2009, con álbum de fotos y referencial bibliografía temática.
Soledades de soledad, oficios y amistad
Ganarse el pan de cada día convirtió a los autores de bolsilibros en la década de los 40, y en adelante, del siglo XX, en España, en solitarios. Y en el prólogo, ese modo vivendis, y ese ser humano, es definido como tal en Juan Gallardo, por el prologuista del libro, su amigo, Javier Pérez Andújar, entre encuentros, y bares como El Zurich, ya remodelado en Barcelona hace años. Ese es el oficio, discreto e indiscreto, de un autor, en un libro que es un elogio, entre otras cosas a su esposa Teresa. La soledad fuente de vida en sí, vida en sí para esta gente, del que parece fue un renacentista en el siglo XX. Actor, autor de obras de teatro, novelista, guionista de cine, comercial, dibujante, proveedor de contenidos, gran periodista y amigo de sus amigos, que se verá obligado a ser anónimo en la voz con multitud de pseudónimos de los cuales no se va a desprender, como si fueran varias personalidades, conservando la suya, haciendo diosas a su mujer e hija y siendo autor de quiosco, a su vez. Espacios y tiempos, vidas veloces, tiempos duros, de salas de baile, música y cine, siendo Juan una roadmovie indomable, viajero en el papel y en las calles y ciudades, y la soledad de la literatura, y el autor nos habla, recuerda, cuenta…
Primeras palabras
En este libro el temor, la vida, la crueldad, la ternura, la realidad de la España y sus asesinos tras la guerra civil y durante ella, el amor, la tristeza y el conocimiento, la literatura y la sabiduría, se dan cita, son lágrima, espasmo y requiebro en un curtido informe de vida, hechos y literatura, desde esa página 19 y el gran elogio a Teresa y aceptar escribir estas memorias.
Ya estamos en el viaje
En un tren a los seis años, guerra civil española. Un tren sin luces y con luces de bombas. Nace el autor en 1929 y estamos en el 36. El miedo, la distancia, el trayecto, páginas 21 a 24, el horror, hambre, la farándula en los genes, desciende Juan de artistas viajeros, matrimonio ahora separado y ese tren está entre el terror y el pánico abismal, entre la muerte y la esperanza para volver a 1929 a una retrospectiva, a un tiempo de crio, a los viajes de las giras de sus padres, a ver la luz en el mundo y las estrellas y con la distancia reflexionar sobre la locura de la política España en aquellos tiempos, pero en plena efervescencia sin entender mucho más entonces si eras un recién nacido. Rapiña en el desencanto, desestructuración familiar, un padre querido, pero con otras afiliaciones existenciales, traiciones políticas, separaciones familiares, hambre, el tiempo machacado, el aire para sobrevivir, la vida ya en Barcelona, 1939, antes una propuesta del niño salva a toda una compañía de artistas, ¿de qué? Tendréis que comprar el libro y saberlo.
1 de abril, de Bcn a Zamora
Estamos en la página 33, seguimos anécdotas, y circunstancias, la vida del niño entre bastidores, el reencuentro con una madre, fruto de una separación bélica, a su vez, la fecha que da fin a la guerra, los juguetes, como un teatro por Juan construido, que son herramientas de trabajo reconocido su talento ya por grandes artistas. Juan se va a Zamora, serán años de estudios, de lecturas, de dibujar, saber del inicio de la segunda guerra mundial, más hartura del horror y la muerte, de saber de autores y tebeos, de más hambre, de su etapa como periodista en la que reseña películas y se las envía a las celebridades yanquis como Judy Garland y Walt Disney, como ejemplos, y le contestan, siendo su versatilidad una fuente de recursos y creatividad. Así que el autor, el maestro en ciernes, se codea con las estrellas del cine USA, sigue leyendo a buen ritmo, se inicia en la novela policíaca, y el pulp, y se ceba en su urdimbre creativa, siendo un apasionado del cine y marcando su destino entre azar y decisiones. ¿Cuáles?
Sin tiempo que perder
En la página 37 ese es el título del próximo capítulo. Y el tiempo es memoria hablada con el cariz del discurso del autor, que expone cicatrices y sangres. En algún momento George Sanders, a quien entrevista, imprime en Juan un pálpito diferente y decisorio, ¿porqué? Y el tiempo no podía escaparse. Dibujos, estudios, escribir, ciclos en el ciclo de la vida. Las chicas ocupan inocencia y deseos y se es evasión, se nos cuenta, a base de cultura que va creando la personalidad entre familia, su padre adoptivo, a quien el escritor tiene en gran estima y un viaje a Barcelona llegando a la pp-43- de la obra; sin olvidar las secuelas del fraticidio, sangre contra sangre. Una revista le acoge, la editorial Bagaña mencionada, surgen más nombres de amistades artísticas, del eje de la farándula diversa, y un encuentro periodístico con la gran Carmen Amaya que os tenéis que leer, así como ese codeo con las estrellas de Hollyood trasmitiéndose página a página la pasión de su vida, de toda ella. Gran autor, Curtis Garland, en sus memorias.
En una España demente (Todos los títulos de este reportaje son míos, salvo cuando se señala en contenidos lo contrario)
El joven Gallardo sigue su camino. Habla, lee, entrevista y en la página 49 el secreto para ponerse a escribir a lo largo de los años más de 2.000 novelas. “Los Ángeles no matan”, es el título de otro capítulo del libro, y es un título que me encanta. Corea en guerra, Ulloa en la vida de Juan, teatro, muere alguien muy querido, más viajes, escalones creativos y muchas más tablas en ellos. La experiencia se hace hábito y asistimos desde la página 54 a nuevas circunstancias y giros en la vida, se habla de Teresa, ya en Madrid, se abre el desconsuelo por su muerte en el presente escrito. El autor es más intimista, encanto, lágrima, elogio hacia ella y a medida que se van conociendo llega el adiós a una profesión (página, 56), la incorporación a filas, ya casado con Teresa, con otro episodio de roadmovie trasladándose la familia a vivir a Barcelona. Surgen anécdotas, momentos divertidos y de repente ¿Bruguera? Juan Gallardo ingresa en las filas de la editorial y el creador de grandes novelas nos va a contar que a lo largo de su vida contó con una gran asesora, y una cómplice en su obra que además acertaba en sus predicciones y tomas de decisiones, ¿a veis si sabéis quién? El día a día genera gastos, los cuales como siempre no dan tregua, y más en una época marcada por la pobreza en España. Bruguera y las giras teatrales son las fuentes de ingresos y su esposa se convierte en una gran actriz. Juan Gallardo realiza otro inciso para hablar de su devoción por Teresa Asensio entre hechos, una ardua vida, azares en el azar (pps-68-69) y una hija pequeña también ¿actriz? Los viajes, los bolos, las novelas no prescriben, hasta una propuesta a contra reloj en la televisión, u otras editoriales y el siguiente capítulo de las memorias, nos maravilla, en días de cine, escenarios y papel, alguna crítica en Barcelona, un suicidio doloroso y valoraciones propias importantes. Se suceden más y más novelas escritas a destajo, una referencia al presidente del Real Madrid (no diré que yo soy del Barça), un suicidio doloroso que le llega como noticia y el tema televisivo que no es ajuar precisamente. Hacia la página 81 se nos habla de cierta mejora laboral, sin exagerar, y también de una torcedura a modo de expolio de un guión de cine, y el trasiego de escribir para seguir creando obras maestras, así como ese con curso entre autores en Bruguera cuyo incentivo era el dinero, así como el instante de entrar como autor en la colección Selección Terror de dicha editorial, mis preferidas, y en España muere el asesino, criminal y terrorista de Estado Francisco Franco Bahomonte. Se nos cuenta en la página 87 el inicio del declive para los autores de bolsilibros y del formato mismo. El fin de un gran ciclo y de un soporte literario, a pie de calle, barrio y lectura, algo que será letal.
Adiós Bolsilibro adiós
Ese es el camino, el comienzo, aunque autores y unas cuantas editoriales resistan un tiempo. Entra la vida en un ajetreo laboral. Juan Gallardo no cesa en el trabajo, se acoge al auge de la literatura porno con los nuevos aires de cierta libertad tras la Transición política y social pactada en España. Hay algún que otro viaje del autor, ocurren el 23-F y el atentado de Hipercor. Época en la que Mercedes Gallardo, su hija, trabajaba de Secretaria de Dirección en Bruguera. Se narra la supervivencia diaria, los errores garrafales de la empresa y el devenir familiar. Un nuevo ciclo de este autor que hizo con la palabra virtud, homenajea a su esposa, entrevistó a Tyron Power y otros y crea un libro cuy valor es incalculable. Toray y otras editoriales le dan trabajo, escribe una saga infantil, llegan las santas, y para mí, absurdas Olimpiadas de Barcelona, la de la Carcelona 92, que nos llenó la ciudad de más asfalto y rompió movimientos sociales hasta matarlos, la transición se cobraba su falso slogan. En esas circunstancias Juan sigue buscando más trabajo y su esposa Teresa enferma y entre esto y mucho más el autor sigue escribiendo y realiza encargos de excelso contenido. El oficio de escribir es imperante y aumenta el dolor ante la enfermedad en progresión de su mujer.
Remontar y seguir
Biografías escritas para seguir sobreviviendo, una novela muy buena a modo de bestseller, estamos en el capítulo que el autor titula “Estudio en Negro” y Ediciones B da un golpe de mando para que se publique y Morsa le da otro aliento con otro libro. La lucha no decae, cuidando a Teresa, sangre con sangre, la palabra, las ideas, este ciclo de vida de solvencias turbulentas y Juan Gallardo, define así mismo en la página 112: “…como lo que uno es y ha sido siempre, por encima de profesiones, gustos o aficiones: un simple ser humano, con todos los errores y aciertos que ello significa.” Y es que ser humano siempre ha sido muy difícil, ¿estáis de acuerdo? La soledad es más soledad, pero también se habla de quienes comienzan a reconocer su obra y al autor en publicaciones diversas, así como el entramado digital, seguidas estas argumentaciones de concisas reflexiones, preguntas entorno a su trabajo y los que escribieron como él, página 114, y Juan Gallardo da respuestas. Dinosaurios y bolsilibros De la página 116 a la 118, se acaban las memorias, encontramos conclusiones, dudas, os lo cuento sin contar y otra frase magnífica al final del libro que iba a reproducir aquí, pero prefiero que la descubráis comprando el libro. Algo que es de menester. Y luego una exhaustiva bibliografía por temáticas, colecciones y fin.
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A estos autores de bolsilibros les secuestraron su nombre, lo dejaron mudo, pero al escribir hablaron y nos entregaron su personalidad, e imaginación, que fue leída, y por lo tanto escuchada por cientos de miles de personas. Nos toca a nosotr@s hablar de ellos. Yo siempre he pensado que leer es vivir y escribir crear vida. Imaginaos lo que uno solo de ellos, Juan Gallardo, nos dio y nos lo cuenta entre emociones, sensaciones, tragedia, ilusión, felicidad, oficios y oficio, siendo maestro y magisterio.
Muchas gracias por existir señor Curtis Garland y cia, saludos, abrazos y cervezas, yo me voy a beber unas cuantas de ellas esta madrugada.
Barcelona, 01-09-2017
Entrevista a Juan Gallardo Muñoz en Canal-L:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Publicaciones).
