gif" target="_blank">Durante la última mitad de los años 80 y los 90 Los Enemigos representaron una certera adaptación de la esencia del rock and roll a nuestra realidad. Canciones que describían situaciones cercanas y sentimientos que todos conocemos, con un sentido del humor lleno de ironía, y socarronería, que encaja muy bien con nuestro acerbo histórico… bien mirado su estilo no está tan lejos de escritores ácidos como Góngora, Pio Baroja o Cela.
Los Enemigos resistieron el paso del tiempo con admirable lucidez y así, cuando anunciaron su despedida, fue como si anunciaran el fin de una época… la cual se resistió a desaparecer con dos álbumnes en directo y las consecuentes giras (la última de ellas impulsada por el fervor popular).
El final de ese grupo no vino por desavenencias entre sus miembros, algo habitual en otras bandas, sino porque las canciones que empezó a escribir Josele Santiago le pedían otro sonido… no casaban con la contundencia de un grupo de rock. La idea del fin de su grupo de toda la vida no era nada atractiva… pero el debate interno entre el “deseo” y el “deber” se saldó con dar prioridad a las canciones. Y estas exigían una nueva etapa.
Así, cuando Los Enemigos daban sus últimas giras las nuevas canciones ya existían. El fin, al fin, llegó y Josele Santiago empezó a pensar en su futuro artístico.
Registró las canciones en una maqueta casera que llevó a varias discográficas. La respuesta fue negativa… una grabación con mal sonido, con canciones crudas e intenciones también crudas. No había nada de comercial en todo aquello.
Josele decidió volver a su sello de antes, Virgin, e intentar que fueran ellos los que respaldaban el proyecto… Y lo hicieron.
Pero para salir adelante necesitaba aliados y los encontró muy cerca. Pablo Novoa (ex-Golpes Bajos) era un buen amigo y tenía una buena banda, se unieron a él. Además Nacho Mastretta era su vecino. Alguien con quien tenía buena conexión aunque sus estilos musicales fueran tan dispares.
Todo empezó a rodar… Las canciones de “Las Golondrinas etcétera” se grabaron con una naturalidad pretendida e incluso sórdida… crudeza total. Registradas en directo en el estudio y sin apenas retoques. El resultado es un disco lleno de imperfecciones, pero colmado de sentimiento.
Canciones como “Serrín, “Ole papá” o “Tragón”, demuestran que Josele tiene mucha vida tras Los Enemigos y lo más importante… que es posible sobrevivir en el mundo musical actual sin ser esclavo de la perfección técnica.
Tras la edición del disco Josele Santiago lo ha presentado en directo, en muchas ocasiones en formato acústico con el solo acompañamiento de la guitarra de Pablo Novoa.
Por otra parte el disco ha sido excelentemente recibido por la crítica… Tres publicaciones tan dispares como “Rock De Lux”, “Rolling Stones” y “Todas las Novedades” lo han señalado con el mejor disco del año 2004.
“Las golondrinas etcétera”, sin duda un gran álbum.
Artículo: F-MHop.
(Fecha de publicación: 2005/02/24)
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