Su historia es la de un apasionado por la música.
Si alguien oye hablar de José Carlos Molina siempre le traerá a la cabeza la imagen de Ñu. Si Ñu es José Carlos Molina, ¿por qué necesita José Carlos Molina sacar disco en solitario? ¿No tiene esta música cabida bajo el paraguas de Ñu?
Sacarlo con mi nombre me permite incluir cosas que no tienen nada que ver con la historia de Ñu. La libertad que siento con Molina no la consigo con Ñu, más que nada por el público, pues éste espera siempre un producto similar en Ñu y bajo ese formato pues esta música no tendría espacio (aunque alguna cosita he colado ya en algún disco de la banda). Que conste que si yo me pongo en el lugar de los fans del grupo, también opinaría lo mismo.
En las fotos promocionales del disco se te ve relajado, tranquilo… ¿ha sido un parto doloroso pero que te ha dejado orgulloso?
Es el mejor disco que he hecho en mi puta vida. Hay tres o cuatro canciones que creo que sacar algo parecido en el futuro sea tarea muy complicada.
Sin embargo, para poner título al disco no te has roto la cabeza, ¿no? ¿o estoy yo equivocado?
Pues sí que le dado vueltas y vueltas. Y tras muchas reflexiones le he puesto este título. Es cierto que cuando compuse este disco no tenía yo la cabeza mucho en su sitio. Me pilló justo al principio del confinamiento y lo hice en un mes. Mi día a día no era estar en casa. Salía y me iba a tomar algo, pero siempre con prisas, pues había que estar pronto en casa. Pensé en muchas historias, pero luego llegué a la conclusión de que tenía que elegir algo de lo que no me arrepintiera en un futuro. Y por eso lo de Molina.
Cuando uno hace un disco a su imagen y semejanza suele quitarse el corsé del grupo y se rodea de los que él cree que mejor le va a venir, de amigos que uno granjea a lo largo de una carrera tan dilatada. ¿Así ha sido en este acaso?
Bueno, he contado con la mitad de la banda actual de Ñu (Cesar, Oscar) y luego he llamado a Kakutani, a Eduardo Pinilla, a José Moreno al saxo, a gente de Kinnia como Jezabel o José Luís, a Maris de la Plaza, a Judith Mateo, a Susan Santos, a Juan Miguel, a Jean Louis Barragán, a Paco Ortega, David Palau, Clara Rubio, Cristian, Luís Calzada y creo que no me olvido de nadie. Y yo, que he tocado hasta los bongos y las congas, que hacía años que no los tocaba.
¿Se mima más un producto personal que uno colectivo?
Bueno, en este caso con Cesar y con Oscar he hecho bastante equipo y ellos han disfrutado mucho trabajando para este disco. Me han aportado mucho a la hora de hacer las mezclas, pues yo ya tenía el oído un poco agotado de escuchar el material tantas veces.
El disco tiene de todo en cuanto a sonido: hay rock&roll en “Que nadie toque ese piano” o en “Estrellas fugaces”, mucho blues a lo John Lee Hooker, sones celtas más Ñu como en “Te espera vida” o algo flamenco en “Entretanto voy cantando”. Es un disco muy ecléctico.
Es o es lo bueno de hacer un disco con tu nombre. Puedes incluir todas las influencias que has tenido a lo largo de tu vida. Desde lo que me gustaba de Santana o John Mayall (con quien yo empecé en esto del blues) hasta Jethro Tull o mucho órgano de Procol Harum, Billy Joel, Little Richard, etc. Y lo hace sin preocuparte si le va a molar a los heavys del garito de la esquina.
En cuanto a la letra veo que te has vaciado interiormente: veo rencor en “Tu vida es un drama”, recuerdos de juventud en “El verano nublado”, “La fuente negra” habla sobre un barrio de extrarradio…
Bueno, la fuente negra original estaba ahí, a la vuelta de la esquina de donde nos encontramos. Es una historia real. El resto eran cosas que, aunque no te han llegado a pasar, tú las adornas como si fueran una película. Todo lo que se te ocurre le das una vuelta y joder…parece la hostia.
Han pasado casi 30 años desde tu anterior disco en solitario. ¿Por qué tanto tiempo?
Pues eso mismo me pregunto yo. Lo anterior no tuvo demasiado éxito y esta vez era el momento de hacerlo. Estaba convencido de que era el momento y me puse y salió. Ya te he dicho que es del producto que más orgulloso me siento (incluido todo el material de Ñu). Tiene un poco de todo, incluido de Ñu.
He leído que la grabación del disco contó con una mesa analógica NEVE de los años 70, modelo único y casi exclusivo que hay en España ¿Por qué? ¿Qué buscabas con algo tan específico y antiguo?
Pues no buscaba nada en especial. César me contó que en ese estudio (Musigrama) tenían todavía ese cacharro, me moló la idea y fuimos a ver si salía algo setentero, pues una vez que lo pasas por el Pro Tools ya se digitaliza y pierde parte de esa esencia. Pero vamos, que no fue porque yo fuera un experto en sonido y buscase eso de forma específica. De todas formas, ya habíamos grabado con mesas como esa para Ñu hace muchos años.
¿Habrá gira de José Carlos Molina en solitario?
Sí. Posiblemente haremos algo.
Si tuvieras la oportunidad de volver a los años 70 y empezar de nuevo. ¿Cuántas cosas cambiarías? ¿Te hubiese gustado empezar tu carrera musical en estos tiempos (con 20 años, pero en estos tiempos)?
Si empezase ahora mi carrera musical haría reggaetón, seguro. Lo que sé es que, en aquella época era muy difícil. Y si pudiera rebobinar, pues yo creo que cambiaría de instrumento. Yo siempre quise ser organista o pianista.
¿Qué le debe la música a José Carlos Molina?
Nada, no me debe nada. Le he dado tiempo, familia, pero a mí la música no me debe nada. La música es un placer. Solo da satisfacciones. Puedes repensarte cosas y decir que hubieras hecho esto o lo otro, pero la música es mi vida.
¿Qué le debe José Carlos Molina a la música?
Yo le debo todo a la música.
La Factoría del Ritmo agradece a Sara Moreno de Background Noise y a José Carlos Molina las facilidades dadas para poder llevar a cabo esta entrevista.
Videoclip de la canción “Carlos Nublado”:
Más información:
Jose Carlos Molina en Facebook: https://www.facebook.com/josecarlosmolinaII/
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).
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