Un histórico de la movida punk de la ciudad condal, se ha convertido en el autor de una obra en la que se recoge como fue ese movimiento y como lo vivieron sus protagonistas.
Joni D ha publicado recientemente un libro sobre el movimiento punk en la ciudad condal, en el que se recoge con naturalidad la efervescencia de unos años, principalmente los 80, donde la juventud de aquella ciudad, al menos una parte de ella, soñaba con que el mundo se podía cambiar y se pusieron manos a la obra para que así fuera. El libro se titula “Que pagui Pujol – una crónica punk”.
Joni D relata aquellos hechos con el apasionamiento de quien tomó parte activa en ellos: fue miembro de varios grupos incluídos Epidemia, Joni Destruye y Los Repugnantes, además del célebre Juanito Piquete y los Mataesquiroles.
Hoy en día Joni D es un activo promotor musical, con cerca de una década al frente de Joni Hace Color, organizando conciertos de grupos vinculados al llamado “sonido mestizo”, y además está realizando un trabajo muy intenso entorno a su libro, pues ha recibido muy buena acogida y le reclaman de muchos puntos de la península para presentarlo en persona.
¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre aquella época y tus vivencias?
El inicio de darle vueltas a la cabeza en relación a mi juventud fue una entrevista que me realizó Jordi Llansamá con el objetivo de utilizarla para su posterior trabajo “Harto de todo”, aquella entrevista hizo que empezaran a salir a flote recuerdos olvidados, eran como flashes fotográficos que me descentraban en las situaciones más inesperadas y que me fueron acompañando durante un año hasta que decidí ponerme a transcribirlos para ver si de esa manera desaparecían de golpearme cuando menos me lo esperaba…
Tiene una estructura muy original, y muy útil, con los contenidos divididos y entrelazados en los apartados: “La importancia de las pequeñas cosas sin importancia”, “Las cosas importantes” y “Las cosas que pasan”. ¿Cómo se te ocurrió esta estructura?
La verdad es que no se me ocurrió, fue de la manera que iban apareciendo y yo los iba transcribiendo. En principio ni sabía que estaba escribiendo un libro ni empecé a escribir con el titulo con el que se ha publicado, si no que empecé a escribir bajo el título de “Las pequeñas cosas sin importancia” pues mi primer objetivo era dejar constancia de las cosas cotidianas que marcaron mi juventud y rendir un sincero homenaje a las personas que de forma casual me enseñaron muchas de las cosas que han marcado mi vida, aunque en aquellos momentos no éramos conscientes. Posteriormente, a medida que escribía, me di cuenta de que habíamos vivido también otro tipo de hechos, por un lado cosas que ya entendíamos que tenían importancia en el propio momento de vivirlas y por otro lado situaciones que nos venían dadas pero que no nos planteábamos pues creíamos en el carpe diem o aprovecha e momento. Finalmente decidí pasarlo todo a algo parecido a un orden cronológico por que si no, nadie que no lo hubiera vivido habría entendido absolutamente nada.
En el libro se describe la pasión de los jóvenes punks de Barcelona en aquellos años y como se implicaron en causas sociales… Algo en que coincidieron con punks de otros puntos del estado. Ahora con la distancia del tiempo y haciendo balance. ¿Crees que ciertas cosas son como son hoy gracias a aquellos movimientos y que serían distintas si toda la juventud hubiera sido pasiva?
Por supuesto, el movimiento punk de aquellos años dejó poso… Por un lado fue algo parecido a una revitalización del movimiento libertario, tras la transición los colectivos libertarios habían quedado diezmados y aquellos jóvenes autogestionarios y viscerales empezaron a darse cuenta de que repetían algunos esquemas cercanos al movimiento anarquista, sin ser dogmáticos y aun teniendo que aprender todavía muchas cosas de la vida y de la historia, pero las ocupaciones de casas para crear centros sociales, la lucha contra el militarismo, el enfrentamiento con la hipocresía religiosa, todas aquellas luchas cotidianas implicaron que el poder no pudiera arrasar con toda la oposición al sistema capitalista y se plantó una semillita de resistencia social y cultural.
La sintonía con el movimiento libertario que se produjo, es fácil de comprender… Pero me gustaría saber si penetrasteis en la ideología libertaria, leyendo libros o escuchando sus explicaciones, o si la sintonía sobre todo era algo de pulso emocional…
Fue pulso emocional 100%, como te decía nos fuimos dando cuenta de que nuestras ideas y formas de acción eran cercanas a esas teorías y a esas acciones de los anarquistas de antes de la Guerra Civil y también a los colectivos autónomos europeos de finales de los sesenta y de los setenta, así que por un lado nos fuimos acercando a ellos pero paralelamente también ellos se fueron acercando a nosotros… Aprendimos principalmente de la acción, de nuestra necesidad interior de plantar cara a la represión y de nuestra creatividad y necesidad de crear nuestro propio mundo, primero aprendimos del do it yourself anglosajón y después nos dimos cuenta que aquello era la autogestión de los colectivos obreros de principios de siglo…
Algo que choca en el texto, por mucho que pudiera ser ya conocido, es la forma en la que parte del movimiento skin muta hacia las ideas fascistas… ¿A estas alturas lo comprendes? ¿Crees que fue un impacto “estético” lo que sedujo a unos jóvenes sin las ideas claras y que terminaron contaminados por todo aquello, o que la tendencia natural que ya tenían era ese tipo de planteamientos?
Claro que lo comprendo: en el caso barcelonés fue utilización de los grupos activos de extrema derecha, que habían perdido toda su influencia durante la transición. Algún iluminado se dio cuenta de los réditos que la unión de hooliganismo y fascismo simplista estaba dando a los partidos nazis ingleses y decidió importarlo utilizando unos cuantos jóvenes cercanos al movimiento punk pero que destacaban por su necesidad de violencia, principalmente algunos jóvenes de familias desestructuradas y algunos fascistas en potencia pero alejados e la rigidez de los viejos esquemas fascistas a los que, obviamente, atraía la estética paramilitar.
Muchas de las acciones que se describen en el libro están cargadas de agresividad y hay momentos en que se flirtea con la violencia. Incluso en una de las páginas describen un episodio que pudo dar un giro dramático al movimiento, si bien se abortó espontáneamente y terminas reflexionando que aquello fue una verdadera suerte… ¿Qué riesgo crees que existió para el movimiento punk se convirtiera en algo más contundente y violento?
A estas alturas pienso que el riesgo siempre o casi siempre lo marcó el poder, no fue, nunca decisión propia. Nuestro activismo siempre fue respuesta a las continuadas agresiones. Nosotros necesitábamos expresarnos constantemente, éramos muy, muy, creativos y debíamos aprender y hacer por nosotros mismos. Hasta el año 84 toda nuestra vida giraba alrededor de la música, multitud de bandas, infinidad de fanzines, muchas radios libres, y siempre paralelamente la represión por nuestra imagen… La gota que colmó el vaso fue la falta de locales de ensayo y lo alejados que estaban de la juventud los centros juveniles del Ayuntamiento, de ahí salió la primera ocupación y las primeras cargas policiales que vivimos y a partir de ahí, siempre había una excusa para reprimirnos. Siempre digo que las hostias policiales politizaron el movimiento punk… Esa acción de la que hablas era una acción con el único objetivo de salir en los medios y el motivo era el juicio por el asesinato de Agustín Rueda, en el 78 mataron a palos a un joven anarquista en la cárcel de Carabanchel y nueve años después los funcionarios culpables seguían sin haber sido juzgados, la justicia, en democracia capitalista, nunca fue igual para todos.
Fuiste miembro de varios grupos musicales, entre ellos Juanito Piquete y los Mataesquiroles… ¿Qué nos puedes contar de aquellas experiencias?
En aquella época llevábamos ya unos cuantos años de punk y algunos punks barceloneses decidimos montar una banda un poco más rockera, el punk había ido evolucionando y existían ya bandas de crust, super aceleradas pero con muy poca melodía, a nosotros aquello nos empezaba a cansar y decidimos parar y retroceder un poco, por otro lado nos marcó muchísimo Barricada, un grupo muy cercano ideológicamente hablando pero bastante alejado musicalmente… La banda inicial estaba compuesta por activistas anarquistas y priorizábamos el mensaje a la velocidad. Además yo antes ya había hecho la evolución musical, empecé en el 82 con Epidemia, haciendo versiones de Sex Pistols y Siniestro Total, entre otros, después vino Destruye y los Repugnantes que era una banda musicalmente `pre-punk, rock salvaje tipo Stooges, después de aquello monté Residuos Nukleares, en el 84, que ya se acercaba al hardcore y a partir de ahí fue echar el freno y mezclar punk rock con rock barriobajero.
¿Crees que sería posible abordar un libro similar al que has escrito pero con una perspectiva global del movimiento punk en el estado? ¿Crees que habría gente capaz, aunque sea en equipo, de escribirlo?
Por supuesto, de momento están empezando a aparecer propuestas parciales ya que el movimiento punk tuvo tanta vitalidad que cada zona necesita explicar su historia y su evolución, pero en cada territorio hubieron algunos personajes que creativamente necesitaban expresarse y que, sin quererlo, fueron marcando y acompañando la evolución del movimiento. Creo que los responsables de los fanzines más significativos y de los grupos más constantes son las personas adecuadas pues lo vivieron todo y con el corazón en la mano…
Por cierto… ¿Qué pensaban tus padres, cuando siendo muy joven, estabas involucrado en todo aquello?
Sufrían. Al principio me pretendían alejar, les daba un poco de miedo, sobre todo, el aspecto de las sustancias, más tarde, a medida que avanzaba mi activismo, empezaron a sufrir de verdad pero también empezaron a darse cuenta de algunas realidades encubiertas de nuestra sociedad… Recuerdo el día que se dieron cuenta de que teníamos el teléfono de casa pinchado, lo negaron durante meses, pero finalmente constataron que lo que le pasaba a nuestro teléfono no podía ser normal. Por suerte tuve y tengo unos padres muy comprensivos y a mi madre la educó mi abuelo, a quien le dediqué el libro por todo lo que me enseñó.
Y ahora, que puede que ya seas padre… ¿Cómo verías que un hijo tuviera vivencias similares a las que tu tuviste?
Pues es la vida. Tengo una hija de 14 años, ha asistido a muchas de las presentaciones que he hecho del libro, me ha escuchado hablar de drogas y de actividad político-social, pero también me ve, hoy, con cuarenta y pico años. Por suerte no he perdido la dignidad, digo lo que pienso, defiendo la libertad total y el respeto, pienso que la honestidad es prioritaria en el ser humano y defiendo que los jóvenes vivan su camino y realicen su propio aprendizaje.
¿Cuál crees que es el estado actual del punk? ¿Crees que existe como movimiento o sólo como tendencia musical?
Hoy en día existe una red underground de grupos y fanzines que gira alrededor de la música principalmente pero también alrededor de algunas ideas. Es lo que tiene la sociedad capitalista, y, sobre todo, la capacidad de resistencia humana a dicha sociedad. La gente necesita sentirse identificada con algo más amplio que uno mismo pero más pequeño que toda la humanidad, por que la humanidad está representada principalmente por todos esos poderes que hacen de la vida algo poco deseable, la gran mayoría de gente sabe que habría otras formas de vida más acordes con la libertad humana y para no sentirse culpable necesita evadirse colectivamente…
En los últimos meses el Movimiento 15 está acaparando mucho atención… ¿Qué valoración te merece? ¿Qué similitudes y diferencias encuentras con el movimiento que viviste y describes en el libro?
En principio me merece todo el respeto y cuenta con todo mi apoyo pero hay que darle tiempo… Es un movimiento salido del huevo, como nosotros, tiene que aprender de la vida e ir haciendo camino, tiene que andar, pero hay algo importantísimo que es la confluencia intergeneracional, hay gente que lleva cuarenta años dándose cuenta de la falsedad democrática y que aún tiene en la cabeza las experiencias autogestionarias que se intentaron durante la transición… Hay una diferencia importantísima marcada por el hastío democrático, y esa diferencia es la paciencia, nosotros nos habríamos liado a hostias a las primeras de cambio pero este movimiento colectivo sabe que va a costar sacar de sus poltronas a los títeres que nos gobiernan y que solo defienden su estatus para ellos y para sus hijos.
Tenemos entendido que has iniciado un blog, “Noticias del Frente”, que enlaza con uno de tus viejos fascines… ¿qué nos puedes contar sobre este proyecto?
Bueno, es un proyecto poco constante, empecé a hacerlo justo antes de salir el libro pero en cuanto salió el libro me he visto completamente desbordado, no esperaba esta respuesta, piensa que en ocho meses había sacado tres ediciones cuando el objetivo era hacer la segunda edición un año después de su publicación… Llevo cerca de cincuenta presentaciones y me estoy recorriendo el Estado… Estoy compaginando mi vida social con mi trabajo y con el libro, eso implica ir un poco estresado y tener poco tiempo para avanzar con el blog…
En los últimos años tu actividad pública más destacada es tu labor al frente de la promotora Hace Color, que trabaja sobre todos con artistas del llamado “sonido mestizo”… ¿Qué nos puedes contar sobre esta línea de actividad y sobre lo que te atrae de estos grupos?
Yo empecé a trabajar con grupos de mestizaje hace 15 años, aquel mestizaje tiene poco que ver con el actual… Eran bandas super punks en cuanto a actitud y conciertos, energía, trasgresión y rock´n´roll, sin complejos, pero rock´n´roll. Yo empecé con Color Humano, entre el 96 y el 98 fueron una banda punk que utilizaba otros ritmos, pero tanto la temática de letras como su actividad extramusical estaba en sintonía con mi persona… Participamos activamente en el movimiento ocupa, en el zapatismo internacional… Yo además salía de tocar con Pixamandúrries, una banda catalana de hardcore punk que utilizaba bongos y gralla (instrumento de viento típico catalán), cantábamos en catalán, castellano, esperanto, árabe… Para mi fue una continuación natural… En cuanto al hecho de estar al frente de una promotora, pues un poco lo mismo, monté mi primer concierto en el 82, con catorce años, ya entonces empecé a sacar discos, casetes… He tenido la suerte de que mi vida haya podido girar siempre alrededor de algo que me gusta que es la música.
Y nada más… darte las gracias, felicitarte por el libro y dejarte espacio por si deseas añadir algo más para nuestros lectores…
Pues agradeceros a vosotros por dejar que me exprese libremente y desear que aquellos que lean el libro lo disfruten y entiendan que en este mundo hay muchas realidades diferentes pero que la resistencia cultural y social al capitalismo es básica para mantener la esperanza en la humanidad, por que si no, seríamos todos iguales, escucharíamos todos la misma música, veríamos todos la misma televisión y nos engañarían a todos con las mismas mentiras…
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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